lunes, 22 de agosto de 2011

San Juan de Avila: Doctor de la Iglesia

S.S. el Papa Benedicto XVI anunció en España la proclamación del Maestro de Avila como Doctor de la Iglesia


El Maestro Ávila es una de las personalidades más representativas del s. XVI. Estudió Leyes en la Universidad de Salamanca y Teología en la de Alcalá. Sacerdote diocesano, gran humanista y buen conocedor de la Sagrada Escritura, dedicó su vida a la predicación y a la enseñanza. Fundó varios Colegios y la Universidad de Baeza; escribió libros como Audi, filia; Tratado del amor de Dios; Tratado sobre el sacerdocio; Doctrina cristiana, y otros. Redactó unos famosos Memoriales para el concilio de Trento, y se conservan de él numerosos Sermones, Pláticas y un abundante Epistolario. De reconocida sabiduría, amigo y apoyo de grandes santos como Teresa de Jesús, Ignacio de Loyola, Francisco de Borja, Juan de Dios, Pedro de Alcántara, Juan de Ribera, fray Luis de Granada y otros, fue una de las personas más conocidas y consultadas de su tiempo. Hombre de Dios y con gran experiencia humana, lo fundamental de su actuación apostólica y de sus creaciones educativas sorprenden aún por su actualidad.

jueves, 18 de agosto de 2011

"Arraigados en Cristo damos alas a nuestra libertad"

Discurso que el Papa Benedicto XVI pronunció a los jóvenes de la Jornada Mundial de la Juventud, celebrada en la Plaza de Cibeles de Madrid el 18 de agosto 2011

Queridos amigos:
Agradezco las cariñosas palabras que me han dirigido los jóvenes representantes de los cinco continentes. Y saludo con afecto a todos los que estáis aquí congregados, jóvenes de Oceanía, África, América, Asia y Europa; y también a los que no pudieron venir. Siempre os tengo muy presentes y rezo por vosotros. Dios me ha concedido la gracia de poder veros y oíros más de cerca, y de ponernos juntos a la escucha de su Palabra.
En la lectura que se ha proclamado antes, hemos oído un pasaje del Evangelio en que se habla de acoger las palabras de Jesús y de ponerlas en práctica. Hay palabras que solamente sirven para entretener, y pasan como el viento; otras instruyen la mente en algunos aspectos; las de Jesús, en cambio, han de llegar al corazón, arraigar en él y fraguar toda la vida. Sin esto, se quedan vacías y se vuelven efímeras. No nos acercan a Él. Y, de este modo, Cristo sigue siendo lejano, como una voz entre otras muchas que nos rodean y a las que estamos tan acostumbrados. El Maestro que habla, además, no enseña lo que ha aprendido de otros, sino lo que Él mismo es, el único que conoce de verdad el camino del hombre hacia Dios, porque es Él quien lo ha abierto para nosotros, lo ha creado para que podamos alcanzar la vida auténtica, la que siempre vale la pena vivir en toda circunstancia y que ni siquiera la muerte puede destruir. El Evangelio prosigue explicando estas cosas con la sugestiva imagen de quien construye sobre roca firme, resistente a las embestidas de las adversidades, contrariamente a quien edifica sobre arena, tal vez en un paraje paradisíaco, podríamos decir hoy, pero que se desmorona con el primer azote de los vientos y se convierte en ruinas.
Queridos jóvenes, escuchad de verdad las palabras del Señor para que sean en vosotros «espíritu y vida» (Jn 6,63), raíces que alimentan vuestro ser, pautas de conducta que nos asemejen a la persona de Cristo, siendo pobres de espíritu, hambrientos de justicia, misericordiosos, limpios de corazón, amantes de la paz. Hacedlo cada día con frecuencia, como se hace con el único Amigo que no defrauda y con el que queremos compartir el camino de la vida. Bien sabéis que, cuando no se camina al lado de Cristo, que nos guía, nos dispersamos por otras sendas, como la de nuestros propios impulsos ciegos y egoístas, la de propuestas halagadoras pero interesadas, engañosas y volubles, que dejan el vacío y la frustración tras de sí.
Aprovechad estos días para conocer mejor a Cristo y cercioraros de que, enraizados en Él, vuestro entusiasmo y alegría, vuestros deseos de ir a más, de llegar a lo más alto, hasta Dios, tienen siempre futuro cierto, porque la vida en plenitud ya se ha aposentado dentro de vuestro ser. Hacedla crecer con la gracia divina, generosamente y sin mediocridad, planteándoos seriamente la meta de la santidad. Y, ante nuestras flaquezas, que a veces nos abruman, contamos también con la misericordia del Señor, siempre dispuesto a darnos de nuevo la mano y que nos ofrece el perdón en el sacramento de la Penitencia.
Al edificar sobre la roca firme, no solamente vuestra vida será sólida y estable, sino que contribuirá a proyectar la luz de Cristo sobre vuestros coetáneos y sobre toda la humanidad, mostrando una alternativa válida a tantos como se han venido abajo en la vida, porque los fundamentos de su existencia eran inconsistentes. A tantos que se contentan con seguir las corrientes de moda, se cobijan en el interés inmediato, olvidando la justicia verdadera, o se refugian en pareceres propios en vez de buscar la verdad sin adjetivos.
Sí, hay muchos que, creyéndose dioses, piensan no tener necesidad de más raíces ni cimientos que ellos mismos. Desearían decidir por sí solos lo que es verdad o no, lo que es bueno o malo, lo justo o lo injusto; decidir quién es digno de vivir o puede ser sacrificado en aras de otras preferencias; dar en cada instante un paso al azar, sin rumbo fijo, dejándose llevar por el impulso de cada momento. Estas tentaciones siempre están al acecho. Es importante no sucumbir a ellas, porque, en realidad, conducen a algo tan evanescente como una existencia sin horizontes, una libertad sin Dios. Nosotros, en cambio, sabemos bien que hemos sido creados libres, a imagen de Dios, precisamente para que seamos protagonistas de la búsqueda de la verdad y del bien, responsables de nuestras acciones, y no meros ejecutores ciegos, colaboradores creativos en la tarea de cultivar y embellecer la obra de la creación. Dios quiere un interlocutor responsable, alguien que pueda dialogar con Él y amarle. Por Cristo lo podemos conseguir verdaderamente y, arraigados en Él, damos alas a nuestra libertad. ¿No es este el gran motivo de nuestra alegría? ¿No es este un suelo firme para edificar la civilización del amor y de la vida, capaz de humanizar a todo hombre?
Queridos amigos: sed prudentes y sabios, edificad vuestras vidas sobre el cimiento firme que es Cristo. Esta sabiduría y prudencia guiará vuestros pasos, nada os hará temblar y en vuestro corazón reinará la paz. Entonces seréis bienaventurados, dichosos, y vuestra alegría contagiará a los demás. Se preguntarán por el secreto de vuestra vida y descubrirán que la roca que sostiene todo el edificio y sobre la que se asienta toda vuestra existencia es la persona misma de Cristo, vuestro amigo, hermano y Señor, el Hijo de Dios hecho hombre, que da consistencia a todo el universo. Él murió por nosotros y resucitó para que tuviéramos vida, y ahora, desde el trono del Padre, sigue vivo y cercano a todos los hombres, velando continuamente con amor por cada uno de nosotros.
Encomiendo los frutos de esta Jornada Mundial de la Juventud a la Santísima Virgen María, que supo decir «sí» a la voluntad de Dios, y nos enseña como nadie la fidelidad a su divino Hijo, al que siguió hasta su muerte en la cruz. Meditaremos todo esto más detenidamente en las diversas estaciones del Via crucis. Y pidamos que, como Ella, nuestro «sí» de hoy a Cristo sea también un «sí» incondicional a su amistad, al final de esta Jornada y durante toda nuestra vida. Muchas gracias.

miércoles, 17 de agosto de 2011

El Café Negro

J.J. Bravo Ríos (1911-1961)
El Poeta Marense


Este líquido negro, este café;

fuente de inspiración para el poeta;
su aroma es otro cielo… la receta
para versificar… lo tomaré!


Me gusta mucho sin saber por qué;
esta infusión me atrae, me sujeta;
si lo tomo –lo sé –nada me inquieta;
si no lo tomo, perdería la fe.


Lo quiero no muy dulce, más espeso;
pero eso sí: humeando de caliente;
que me queme la boca como un beso;


pero un beso romántico y vehemente
cuando es producto de amoroso exceso
un trago de café lo quiero ardiente!

viernes, 12 de agosto de 2011

El Evangelio de la Política

Andrés Bravo
Capellán de la UNICA

Para el cristiano el fundamento de su reflexión doctrinal y de su praxis pastoral es el dato de fe de Dios que irrumpe en la historia y se autorevela hasta tal extremo de hacerse hombre y habitar en nosotros. Este misterio de la encarnación del Hijo de Dios le da sentido superior a todo lo humano. Sin olvidar lo definido en el segundo Concilio Constantinopolitano reafirmado por el Vaticano II y el Catecismo de la Iglesia Católica, de que por la encarnación Dios asume todo lo humano, pero no lo absorbe. Es decir, lo humano no desaparece ante la misteriosa unión con lo divino. Más bien lo humano se enaltece y adquiere una nueva dignidad mucho más enaltecedora. De ahí que nada hay humano que no sea asumido por Jesucristo, como tampoco hay nada humano que le sea indiferente a la Iglesia. Ella no sólo está al servicio de los seres humanos, es humana, es la comunidad de los seres humanos que siguen a Jesús.
La misión de la Iglesia es la de anunciar el Evangelio de Jesús. Él vino a predicar el Reino de Dios que, aunque debe realizarse en nuestra historia, sólo encuentra su plenitud en la eternidad. Por eso Jesús indica, por un lado, que su Reino está en medio de los hombres y, por el otro, que no es como los de este mundo. Se trata de un nuevo dominio en los pueblos, que se realiza en la fraternidad universal y se manifiesta en el extremo del amor en la cruz donde el Hijo se entrega a la muerte. Es pues, una buena noticia (Evangelio) que ocupa la vida y la doctrina de Jesús y su Iglesia. Esto, necesariamente, trastoca el orden de la sociedad con sus sistemas socio-políticos. Los hombres de poder se ven amenazados por la presencia de Jesús. Sin embargo, los pobres de la tierra, se abren a una nueva esperanza de liberación. Esto está significado en el anuncio del Ángel a los pastores: “No tengan miedo, porque les traigo una buena noticia, que será motivo de gran alegría para todos: Hoy les ha nacido en el pueblo de David un salvador, que es el Mesías, el Señor” (Lc 2,10-11). También en el himno de María donde anuncia que Dios “actuó con todo su poder: deshizo los planes de los orgullosos, derribó a los reyes de sus tronos y puso en alto a los humildes…” (Lc 1, 46-55). Por eso, ante el testimonio de los sabios de oriente, Herodes y su poder temblaron de miedo (cf. 2,1-12).
Al comenzar su ministerio, Jesús entra a la Sinagoga de Nazaret y lee el comienzo del capítulo 61 del profeta Isaías y, con este pasaje profético, presenta su programa de acción: anunciar el Evangelio a los pobres, dar la libertad a los presos y la vista a los ciegos, liberar al oprimido y anunciar el año del Señor (cf. Lc 4,16-21). Esta es la prioridad de su acción. Felizmente, Juan Pablo II ha referido esta escena de Jesús, en su convocatoria al Jubileo del tercer milenio, indicando su relación con la práctica del Año Sabático del pueblo de la antigua alianza. Ahí podemos saber en qué consiste “el año del Señor” anunciado por el Profeta y asumido por Jesús como su misión. Sencillamente, podríamos interpretar que se trata de la reconciliación de la humanidad entre sí y con Dios, para lograr la comunión del amor, símbolo del Reino predicado por Jesús. En concreto, leemos en el capítulo 15 del libro del Deuteronomio: toda deuda sea perdonada porque es el año del perdón, “de esta manera no habrá pobres entre ustedes… Si hay algún pobre entre tus compatriotas en alguna ciudad del país que el Señor tu Dios te da, no seas inhumano ni le niegues tu ayuda a tu compatriota necesitado; al contrario, sé generoso con él y prestare lo que necesite… No dejará de haber necesitado en la tierra, y por eso yo te mando que seas generoso con aquellos compatriotas tuyos que sufran pobreza y miseria en tu país”. Es el año de la libertad.
Todo esto nos ayuda a comprender lo que para el cristiano significa la política. No crean que los discípulos le Jesús entendían lo que consiste su Reino predicado. Aún tienen la idea de un Rey soberano que impone su voluntad ante todo un pueblo que se convierte en súbdito, con un orden jerárquico estricto. Ya ven ustedes que la Madre de Juan y Santiago ingenuamente le pedía a Jesús los mejores puestos para sus hijos. Jesús aprovecha la oportunidad para enseñarnos que existe un tipo de gobierno y sistema político autocrático, dictatorial y tiránico: “Como ustedes saben, entre los paganos los jefes gobiernan con tiranía a sus súbditos, y los grandes hacen sentir su autoridad sobre ellos” (Mt 20,25). Pero, para Jesús gobernar es servir. El ejercicio de la política es esencialmente el arte del servicio al bien de todos, siguiendo los criterios del Evangelio del Reino que tiene como meta la fraternidad universal: “El que entre ustedes quiera gobernar, deberá servir a los demás” (Mt 20,26). A eso llamo el Evangelio de la política.

domingo, 7 de agosto de 2011

RELIGIONES EN DIÁLOGO

Cardenal Jean-Louis Tauran
Presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso
En preparación a la Jornada de oración por la paz en el mundo convocada por Benedicto XVI el 27 de octubre en Asís
El 27 de octubre se celebrará, como es sabido, el 25º aniversario de la histórica «Jornada de oración por la paz en el mundo», convocada en Asís, en 1986, por el beato Juan Pa¬blo II. Aquella gran iniciativa no de¬bería hacer que se olviden otros dos acontecimientos que el mismo Pontí¬fice promovió en la ciudad de san Francisco: la «Jornada mundial de oración por la paz en los Balcanes», el 23 de enero de 1994, y la «Jornada de oración por la paz en el mundo», el 24 de enero de 2002, en un mo-mento de preocupante tensión inter¬nacional. El 25º aniversario —al cual Benedicto XVI ha querido dar como tema Peregrinos de la verdad, peregri¬nos de paz— se celebrará y vivirá en el signo de la reflexión, del diálogo y de la oración.

La reflexión, el silencio, el distan¬ciamiento son compañeros necesa¬rios de todo diálogo verdadero: si no existieran, este proceso correría el peligro de empobrecerse y de redu¬cirse a un intercambio de ideas, con poco contenido espiritual e intelec¬tual o sin él. Una vez más nos pre¬guntaremos: ¿por qué los cristianos se empeñan en dialogar con perso¬nas y comunidades de otras religio¬nes? Un primer motivo es que todos somos criaturas de Dios y, por tanto, hermanos y hermanas. Luego, el he¬cho de que Dios actúa en cada per¬sona humana, la cual, ya mediante el uso de la razón, puede presentir la existencia del misterio de Dios y re¬conocer valores universales, constitu¬ye un segundo motivo. Existe, por último, un tercer motivo: descubrir en las diversas tradiciones religiosas el patrimonio de valores éticos co¬munes que permite a los creyentes contribuir, come tales, en particular a la afirmación de la justicia, de la paz y de la armonía en las socieda¬des de las que son miembros con pleno derecho.

Esa reflexión requiere tiempo, in¬tercambio de puntos de vista, honra¬dez intelectual y humildad. No es raro que los interrogantes que sur¬gen en los interlocutores del diálogo necesiten un tiempo de estudio, de reflexión y también un intercambio dentro de un mismo grupo religioso en diálogo. La Jornada del próximo 27 de octubre favorecerá, desde lue¬go, esta reflexión, tanto a nivel per¬sonal como colectivo.

El diálogo que la Iglesia procura instaurar con creyentes de otras reli¬giones, pero también con toda per¬sona en búsqueda del Absoluto, se coloca en la estela del particular diá¬logo de Dios con la humanidad a través de su Verbo hecho hombre: «En muchas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a los padres por los profetas. En esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo, al que ha nombrado heredero de todo, y por medio del cual ha realizado los siglos» (Hb 1, 1-2). Ese diálogo se realiza procurando siem¬pre conciliar verdad y caridad (cf. Ef 4, 15).

El diálogo no es una conversación entre responsables religiosos o cre¬yentes de varias religiones; no es una negociación de tipo «diplomático»; no es terreno de regateo y, menos aún, de componendas; no está moti¬vado por intereses políticos o socia¬les; no busca subrayar las diferencias ni eliminarlas; no tiende a crear una religión global, aceptada por todos; no se promueve sólo por una inicia¬tiva personal, ni como hobby; no cae en la tentación de la ambigüedad de los conceptos y de las palabras.

El diálogo verdadero, en cambio, es un espacio para el testimonio recí¬proco entre creyentes que pertenecen a religiones diversas, para conocer más y mejor la religión del otro y los comportamientos éticos que de ella brotan. Esto permite, al mismo tiem¬po, corregir imágenes equivocadas y superar prejuicios y estereotipos so¬bre personas y comunidades. Se tra¬ta de conocer al otro como es y, por tanto, como tiene derecho a ser co¬nocido, no como se dice que es y, menos aún, como se pretende que sea. Gracias al conocimiento directo y objetivo del otro, se incrementan el respeto y la estima recíprocos, la comprensión mutua, la confianza y la amistad.

Se conocen bien las cuatro moda¬lidades principales, según las cuales los creyentes están llamados a dialo¬gar: el diálogo de la vida (comunión de alegrías y de pruebas de la vida cotidiana); el diálogo de las obras (colaboración de cara a la promo¬ción del desarrollo integral del hom¬bre); el diálogo teológico, cuando es posible (comprensión de las respecti¬vas herencias religiosas); y el diálogo de la experiencia religiosa (compartir las mutuas riquezas espirituales).

En la Jornada del 27 de octubre, no faltarán los espacios de diálogo, tanto formales como informales. El primer momento —formal— estará constituido por la conmemoración del encuentro de 1986, así como por los de 1994 y de 2002, y por una profundización del tema de la Jorna¬da: Peregrinos de la verdad, peregrinos de paz. Además del Santo Padre, in¬tervendrán exponentes de algunas de las delegaciones presentes. Un momento significativo de diálogo se¬rá asimismo la adhesión al compromiso tomado el 24 de enero de 2002 en favor de la paz. Todos renovaránsus compromisos manifestados aquel día: «Nos comprometemos a... ». El contenido de aquel «Decálogo» se ha demostrado profético y sigue conservando toda su actualidad. Basta recordar el segundo compro-miso: «Nos comprometemos a ense¬ñar a las personas a respetarse y esti¬marse recíprocamente, para hacer posible una convivencia pacífica ysolidaria entre los miembros de et¬nias, culturas y religiones diversas» (L'Osservatore Romano, edición en lengua Española, 1 de febrero de 2002, p. 7).

Se sobreentiende que la oración acompaña siempre el inicio, el desa¬rrollo y la conclusión de toda acción del cristiano. Entre el diálogo con Dios —la oración— y con los demás hay una relación casi natural. Esto es verdad en particular en el delica¬do campo del diálogo entre creyen¬tes de diversas religiones. El cristia¬no comprometido en el diálogo siempre necesita luz, discernimiento, prudencia y valentía, dones del Espí¬ritu Santo.

En el diálogo, los cristianos están llamados también a dar testimonio del espíritu de oración que los ani¬ma. La oración es una de las dimen¬siones en las que el cristiano hace brillar ante los demás sus buenas obras para que las vean y den gloria a su Padre que está en los cielos (cf. Mt 5, 16).

Nuestros coloquios con los inter¬locutores musulmanes del Consejo pontificio para el diálogo interreli-gioso comienzan siempre con un momento de oración que puede rea¬lizarse tanto con un tiempo de silen¬cio como con la lectura de un pasaje del Evangelio y del Corán. También las comidas, momentos de conviven¬cia fraterna, están precedidos por

momentos de oración silenciosa o por una «invocación» teológicamen¬te aceptable por ambas partes. Aún sigue vivo el recuerdo de la plegaria del beato Juan Pablo II al concluir su discurso a los jóvenes musulma¬nes de Marruecos en Casablanca, el 19 de agosto de 1985: «Oh Dios, tú eres nuestro Creador. Tú eres bueno y tu misericordia no conoce límites. A ti la alabanza de toda criatura. Oh Dios, tú has dado a los hom¬bres, que somos nosotros, una ley interior con que debemos vivir. Ha¬cer tu voluntad es cumplir nuestro deber. Seguir tus pasos es conocer la paz del alma. Te ofrecemos nuestra obediencia. Guíanos en todas las ac¬ciones que emprendemos a lo largo de nuestra vida. Líbranos de las ma¬las inclinaciones que desvían nuestro corazón de tu voluntad. No permi¬tas que invoquemos tu nombre para justificar los desórdenes humanos. Oh Dios, tú eres el único. A ti se di¬rige nuestra adoración. No permitas que nos separemos de ti. Oh Dios, juez de todos los hombres, concéde¬nos formar parte del número de tus elegidos en el último día. Oh Dios, autor de la justicia y de la paz, otór¬ganos la verdadera alegría, y el au¬téntico amor, así como una fraterni¬dad duradera entre las naciones. Cólmanos de tus dones por siempre. Así sea» (L’Osservatore Romano, edi¬ción en lengua española, 15 de sep¬tiembre de 1985, p. 15).

La Jornada del 27 de octubre in¬cluirá momentos de oración, enten¬dida como diálogo de todo creyente con Dios o con el Absoluto, cada cual según su propria tradición reli¬giosa o su búsqueda de la verdad. La peregrinación misma, en este ca¬so en Asís, expresa la «búsqueda de la verdad y del bien». El creyente está «siempre en camino hacia Dios», es un peregrino de la verdad, así como es peregrino todo hombre que se siente «en el sendero de la búsqueda de la verdad».

Si «la imagen de la peregrinación resume (...) el sentido del aconteci¬miento que se celebrará», esto signi¬fica que la oración será un elemento fundamental de la Jornada del 27 de octubre. El viaje desde Roma hasta Asís, aunque sea una ocasión de co¬nocimiento recíproco y de diálogo informal entre los participantes, po¬drá ser también un tiempo de refle¬xión y de oración. Tras el almuerzo compartido como signo de fraterni¬dad y de frugalidad, seguirá un mo¬mento de oración personal y de re¬flexión. El camino-peregrinación vespertino en silencio hacia la basíli¬ca de San Francisco también ofrece¬rá un espacio a la oración y a la me¬ditación personal. Para los católicos, será significativa la vigilia de oración presidida por el Santo Padre con los fieles de la diócesis de Roma en la basílica papal de San Pedro, la no¬che precedente. La invitación a las Iglesias particulares y a las comuni¬dades de todo el mundo para que organicen momentos análogos de oración ilustra su importancia en es¬ta Jornada.

Con ocasión de la audiencia general del 14 de mayo de 2008, evocando la figura de Dioniso Aeropagita, Benedicto XVI afirmó: «Se ve que el diálogo no acepta la superficialidad. Precisamente cuando uno entra en la profundidad del encuentro con Cristo, se abre también un amplio espacio para el diálogo. Cuando uno encuentra la luz de la verdad, se da cuenta de que es una luz para todos; desaparecen las polémicas y resulta posible entenderse unos a otros o, al menos, hablar unos con otros, acercarse. El camino del diálogo consiste precisamente en estar cerca de Dios en Cristo, en la profundidad del encuentro con él, en la experiencia de la verdad, que nos abre a la luz y nos ayuda a salir al encuentro de los demás: la luz de la verdad, la luz del amor. A fin de cuentas, nos dice: tomad cada día el camino de la experiencia, de la experiencia humilde de la fe. Entonces, el corazón se hace grande y también puede ver e iluminar a la razón para que vea la belleza de Dios» (L’Osservatore Romano, edición en lengua española, 16 de mayo de 2008, p. 12).

Surge espontáneamente el deseo de que todos los participantes en la Jornada de Asís del 27 de octubre, así como las numerosas personas y comunidades de creyentes que se unirán a ellos, comprendan mejor el significado de lo que se afirma en la declaración Nostra aetate: «La Iglesia católica no rechaza nada de lo que en estas religiones es verdadero y santo. Considera con sincero respeto los modos de obrar y de vivir, los preceptos y doctrinas que, aunque discrepen mucho de lo que ella mantiene y propone, no pocas veces reflejan un destello de aquella Verdad que ilumina a todos los hombres» (n. 2).

sábado, 6 de agosto de 2011

A Humberto “Mamaota” Rodríguez: El Maestro del Folklor Zuliano

Andrés Bravo

Capellán de la UNICA

Para escribir sobre este insigne zuliano nacido en Carora, prospero pueblo larense, el 27 de noviembre de 1945, Humberto Rodríguez conocido en el ambiente fraternal de los gaiteros como Mamaota, gozando sin embargo del respeto merecedor de un verdadero maestro del folklor zuliano, debo manifestar en primer lugar mi respeto y admiración hacia él y su distinguida esposa Dora Hernández de Rodríguez, amante guardiana del amado hasta la eternidad. Dios me dio la dicha de gozar de su cariño y amistad, del cual muchas veces me he sentido deudor por no haberle correspondido como tal. No es esto una reparación, sino un deber de mantener en la memoria de nuestra historia a una persona tan especial por sus valores humanos y espirituales. Un caballero cortes con la sencillez de pueblo y la altura de un señor distinguido. Competente compositor e intérprete excepcional de nuestra gaita, director y ductor de importantes Conjuntos Gaiteros, conductor de varios programas radiales dando lecciones con profunda sabiduría de lo que verdaderamente conocía: el folklor de nuestro pueblo chiquinquireño.
Estamos hablando, pues, de un músico y cantor de excepción, reconocido por todos. Su papá Pedro Ramón Rodríguez fue farmaceuta y su mamá Yolanda Balestrini Añez era una importante soprano y pianista, quien le transmite con su leche materna el espíritu musical de ella y su pariente Laudelino Mejías, conocido compositor trujillano. Trabajador de oficio como su papá Humberto se desempeñó como administrador y gerente en varias empresas, y músico y cantor como su mamá. Humberto unió su vida hasta el infinito cielo esposándose con Dora Liduina Hernández Oquendo el 14 de febrero de 1970, otra no menos competente y admirada compositora gaitera. Sin ella no podríamos conocer a Humberto. Ella es de El Hornito, ensoñador pueblo de la Villa de Altagracia, del Zulia, de una gran fe cristiana que compartió siempre con su esposo. Ese día del amor y la amistad se casó el furro con el cuatro, en la más bella armonía del amor consagrado en el sacramento del matrimonio, fue, sin duda, su mejor composición gaitera. Dora es compositora, además de unas 223 gaitas, de tamboreras, contradanzas, decimas, aguinaldos y otros estilos románticos y populares. “Inspiración Zuliana” quedó estigmatizada como su primera composición gaitera.
Humberto no era un simple coleccionista de discos de gaitas, es verdad que la más completa colección de discos le pertenece, pero porque fue para él el elemento más valioso de sus investigaciones musicales y folclóricas para sus valiosas lecciones. Si me permite una agradable anécdota, dentro de su mismo oficio de investigador y estudioso del folklor zuliano, me abrió sus puertas para realizar una importante recopilación de composiciones de Luís Oquendo Delgado. Llegué a las seis de la tarde de un caloroso domingo, nos sentamos ante sus discos y su equipo de sonido, con la grata atención de la Señora Dora, comenzamos como un curso intensivo sobre el tema. Cada composición que grabamos era una larga y valiosa lección, con el cuidado pedagógico del Maestro. Así pasó el tiempo, hasta que mi equivocada intuición anunciaba que se hacía tarde, calculando las nueve de la noche. El amable y paciente Maestro me recomendó esperar la salida del sol porque en ese momento el reloj marcaba como las cinco de la mañana. Grato el momento en el que el tiempo pasa sin molestar. Ese día me convertí en su alumno. Cada vez que tuve la bendición de conversar con él, me quedaba satisfecho de aprender más sobre la más genuina y original gaita zuliana. Porque, hay que decirlo con toda fuerza, Humberto Rodríguez fue un gran defensor de la tradición gaitera y se opuso con pasión a que otros instrumentos desvirtuaran la gaita tradicional.
En Zapara comenzó sus andanzas gaiteras, fundando con Ary Bracho, José Arcángel Gil, Nelson Espina, Jorge Rubio y otros, su primer conjunto gaitero denominado “Los Antillanos”, cuando se cantaba en un enlosado o en cualquier casa señalada por la bandera asomada en una ventana. También la famosa orquesta “Los Melódicos”, las “Estrellas del Zulia”, “Los Dragones” y “Los Lacustres” gozaron de su actuación. Es muy difícil conocer un gaitero de gran fama que no haya compartido con nuestro Maestro Humberto Rodríguez. Son innumerables los conjuntos donde participó, además de los fundados o dirigidos por él y aquellos que recibieron sus sabias asesorías. Se destacan el conjunto “Rincón Morales”. Entrar en 1965 en este conjunto fue para él una experiencia nueva y de mayor prestigio en sus primeros pasos como gaitero. Según su cuñado Arnoldo Hernández Oquendo, autor de uno de las pocas obras sobre la gaita titulada “El Libro de oro de la Gaita”, el joven Mamaota, al ser aceptado en “Rincón Morales”, expresaba jochado: “Esa madrugada no pude dormir, sólo pensando en que estaba en el conjunto más cotizado de la época: Rincón Morales y por supuesto, mirando y mirando aquellos uniformes”. Al año siguiente, Lila Morillo le graba su primera composición gaitera: “Sentir Zuliano”, mientras él canta como solista en “Rincón Morales”. Pero sigue fundando conjunto como “El Número 1” en 1970. Participa en “Guaco” como solista, compositor y como intérprete del cuatro. En esto último era extraordinario. Para Humberto, todo conjunto se identifica por el modo de tocar el cuatro, particularmente en el comienzo de cualquier gaita. Esta lección la daba con una maestría impresionante.
“Rincón Morales” le graba sus más famosas composiciones como “Auyantepuy”. Se cuentan de su autoría, si se puede, unas setecientas gaitas, quizás más. Participó en un gran número de concursos y festivales y en muchos otros fue miembro del jurado. Recibió muchos merecidos premios y reconocimientos. Con su esposa Dora, funda en 1978 su propio conjunto que identifica como “Mamaota y la Familia Gaitera” que comienza a grabar al año siguiente. Este conjunto responde a un deseo de seguir una tradición de la familia de su esposa y de hacer de él su propia familia.
Como locutor, participa en varios programas radiales como “El Súper Show de la Gaita”, “Mamaota de 3 a 5”, “La Gaita Antañona”, “Así canta Venezuela”. Reuniendo a los más veteranos gaiteros de la época, como un reconocimiento a la memoria de la gaita tradicional, dirige en 1995, el conjunto “Los Mismos de Ayer” con un gran impacto en el Zulia. Un importante espacio por NCTV-Canal 11 hace cátedra con “La Cátedra del Cantor”. Extiende sus lecciones en sus artículos en diversos periódicos y revistas de la región. Su libro, de grata satisfacción para él, su esposa, su familia y su querido pueblo zuliano, “Entre Gaitas y Gaiteros” fue publicado en el 2008 por la Universidad del Zulia. Tuve el honor, por petición expresa del mismo Mamaota, de bendecir el libro en un sencillo homenaje. También dictó cátedra en la página Web nuestragaita.com con su columna “El Mundo de la Gaita”.
Existe una fundación con su nombre en Maracaibo fundada por él mismo en el año 2009 con el deseo de crear el Museo de la Gaita. Fue su más caro deseo en sus últimos años de vida. Proyecto que debe ser realizado si el aprecio a Mamaota es sincero. Después de una larga enfermedad que, ante el deterioro de su organismo, lucha espiritualmente con la amorosa compañía de su amada esposa, hasta el sábado 12 de marzo de 2011 cuando marca su despedida y parte a la casa del Padre Dios. Con la Eucaristía que me tocó presidir, armonizada por sus gaiteros queridos, le dijimos a Humberto Mamaota Rodríguez que siempre estará con nosotros. Muchos lo recordaran como “La Biblia de la Gaita” o “El Cronista de la Gaita”. Yo prefiero llamarlo “El Maestro del folklor zuliano”.

Publicado en: Amuz, Amigos de la Música Zuliana, Año II, Agosto 2011, N° 5, pp. 21-25

martes, 2 de agosto de 2011

MENSAJE A LOS JOVENES JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD MADRID 16-22 DE AGOSTO 2011

Muy amados jóvenes


Ya está a las puertas una nueva edición de la Jornada Mundial de la Juventud, los magníficos encuentros inspirado por el Beato Juan Pablo II, el gran amigo de los jóvenes. Este año el Papa Benedicto XVI les ha dado cita en Madrid bajo el lema: “Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe” (Col 2,7).
Me colma de inmensa alegría bendecir y enviar este impresionante grupo de jóvenes católicos zulianos que se agolpa en el recinto de este templo del Smo. Cristo en el Municipio San Francisco. En pocos días se van a unir a la numerosa delegación de peregrinos venezolanos para formar, junto con ellos, una formidable avalancha, un gran río de alegría y esperanza. He sido informado que los 5.527 muchachos de la delegación venezolana conforman una de las más numerosas del continente. ¡Enhorabuena!
Este es un viaje único en sus vidas. No se volverá a repetir. Para llevarlo a cabo han ahorrado, han trabajado horas extras, han inventado mil formas de recabar fondos, han pedido ayuda para un viaje largo y caro. En realidad es un verdadero privilegio. Tienen que preguntarse seriamente: ¿por qué a mí, Señor? Hay millones de jóvenes en el Zulia, en Venezuela y en el mundo. ¿Por qué precisamente a mí? ¿Qué quieres de mí, Señor? Estén atentos, presten atención para descubrir qué es lo que el Señor les pide en este momentos de sus vidas para responderles con prontitud, generosidad y alegría. No van ni de rumba ni de meros turistas. Es cierto, van a aprovechar el viaje para conocer nuevos amigos y realidades, para disfrutar juntos en una gran fiesta mundial de la juventud. Son sin duda propósitos bellos e importantes. Pero no pierdan nunca de vista lo esencial, no vaya a ser que, por andar dispersos y distraídos, se les escape lo esencial y “no le den a la caza alcance”, como dice San Juan de la Cruz. Tienen que regresar con el kit de la Jornada, con la perla preciosa, con el gran tesoro guardado en sus morrales: Jesucristo.
Sí, jóvenes amados, lo más importante no es la cantidad sino la calidad del vigoroso testimonio personal y grupal que darán de Jesucristo, fundamentados en una renovada fe. Dar testimonio de Jesucristo, suprema manifestación del amor de Dios entre los hombres (Cf Rom 8,37-39). No olviden que este es el motivo primordial y fundamental de su viaje. Van a un encuentro con una persona amada, a una cita de amor: el Señor. Van en busca de Jesucristo con la misma insistencia de la joven enamorada del Cantar de los Cantares: “Busqué el amor de mi vida; me levanté, recorrí la ciudad, las calles y las plazas buscando el amor de mi vida y cuando por fin lo encontré lo abracé y nunca más lo soltaré” (Cant 3, 1-4). Vayan en busca de Jesús para entrelazar las raíces de sus vidas con las del Señor y no separarse nunca más de él.
En este encuentro el Señor les entregará la clave para redescubrir el sentido de sus vidas, la identidad real y profunda de sus personas y la vocación a la que están llamados. Solo en Cristo llegamos a conocer qué significa un ser humano, porque, como lo proclama un hermoso texto de la Iglesia contemporánea, “el Señor es el fin de la historia humana, punto de convergencia hacia el cual tienden los deseos de la historia y de la civilización, centro de la humanidad, gozo del corazón humano y ´plenitud total de sus aspiraciones’” (Constitución Pastoral “La Iglesia en el mundo de hoy”, 45). Sólo al resplandor de su luz descubrimos cómo debemos comportarnos para ser fieles a esta condición (Ibídem, 22).
No es fácil hoy en día seguir a Jesucristo porque hay muchas propuestas atrayentes que se presentan como alternativas igualmente valiosas. No se dejen engañar. No se dejen meter gato por liebre. Con San Pablo, en la misma carta de donde se sacó el lema de estas JMJ, les digo: “La realidad es Cristo”. Manténganse unidos a Cristo porque sin él no hay vida, no hay felicidad y no podrán alcanzar la plenitud de su vocación humana y cristiana. Con Cristo “destruyan lo que impide que Él reine en ustedes: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y codicia” (Col 2,17 ss). Abandonen ese género de vida. Aparten de ustedes todo lo que sea ira, indignación, malicia, injurias y palabras humillantes y ofensiva. Revístanse del hombre nuevo que se va renovando con la fuerza del Espíritu Santo según la imagen y semejanza que Dios colocó en cada uno al crearlos.
Son millones los jóvenes que han vivido esta experiencia de la JMJ antes que ustedes en los rincones más remotos del mundo. Muchos de ellos han regresado transformados porque se les han abierto los ojos, los oídos, el corazón. Se han encontrado con el Señor y han descubierto felices que, efectivamente, él es el único que puede darles sentido a sus vidas. Eso es lo que yo espero que ocurra también con todos ustedes.
Van a España, un país que solemos llamar la madre patria, porque allá está una gran parte de los orígenes de nuestra identidad, de nuestra historia pasada, de nuestra cultura y de nuestra fe. Se van a encontrar con un país que atraviesa un momento difícil. Están sufriendo las terribles consecuencias de la crisis financiera, están divididos con relación a la llegada masiva de inmigrantes de África y de América Latina. Pero sobre todo sufren una grave crisis de fe y de principios morales y espirituales. Es una crisis que afecta particularmente a los jóvenes, inmersos en un mundo y en una sociedad que no les proporciona razones claras y convincentes para vivir. Tratan de encontrar escape a su aburrimiento en los botellones, en la droga, el sexo y el consumo. No dejen de reflexionar sobre estas graves carencias espirituales para valorar su patrimonio espiritual y moral, cultivarlo y pedirle al Señor que les dé la lucidez, la fuerza y el coraje de defenderlo y trasmitirlo.
El mundo, España y nosotros mismos en Venezuela necesitamos jóvenes católicos profundamente enamorados de su fe, de Jesús, de su mensaje de salvación y dispuestos a entregarse a fondo, con todos los sacrificios que sean necesarios, a la maravillosa experiencia de darlo a conocer a través de una vida coherente, generosa, alegre y solidaria con los más necesitados. Se necesitan jóvenes cristianos enamorados de su vocación para renovar la juventud de nuestra Iglesia, para transformar esta sociedad violenta y excluyente en un solo pueblo de hermanos, en una sola familia capaz de convivir con la riqueza de sus diferencias y de sus pluralidades culturales, religiosas e ideológicas.
Muchachos y muchachas, esta Iglesia marabina los envía. Venezuela, el Zulia y Maracaibo los esperan. Recarguen sus pilas porque muy prontamente vamos a tener en Maracaibo un evento de la magnitud del que van a vivir ahora en Madrid: el Congreso Americano Misionero, el CAM 4 COMLA 9, y vamos a necesitarlos para producir un gran sacudón misionero y hacer estremecer los cimientos de nuestra Iglesia y los de toda Venezuela con la fuerza arrolladora del Espíritu Santo. Hay que meterse a fondo en la nueva evangelización con nuevo ardor, nuevos métodos y nuevas expresiones: ustedes son los primeros y más importante s protagonistas de esta novedad.
La Jornada Mundial de la Juventud es como una Visitación que centenares de miles de jóvenes le hacen al viejo mundo que aún siendo viejo y estéril puede ser de nuevo fecundado por la energía divina para que surja una nueva esperanza. En esta visitación madrileña lleven consigo a la tablita de Chiquinquirá. Ella tomó la iniciativa de venir a visitarnos y cambió para siempre el corazón de los zulianos. Ella es la maestra de las Visitaciones. Al contacto de esa joven y maravillosa muchacha de Nazaret, siempre pronta a cumplir la Palabra de Dios, aprenderán cuántas maravillas Dios quiere seguir llevando a cabo en este mundo con los jóvenes que se ponen a su disposición. No se nieguen. Digan ¡si! y pónganse en camino llevando ustedes también en su corazón a Jesús y el Evangelio de su Reino de paz, de libertad, de justicia, de verdad, de santidad y de amor.
No se contenten con menos. Ustedes tienen derecho a beber el agua pura del manantial de la vida que brota del costado abierto de Jesús crucificado. Sacien su sed en ese manantial que correrá a raudales durante la Jornada Mundial de la Juventud; sumérjanse en la oración, en la alabanza y la acción de gracias; gocen de la experiencia de la comunión en su dimensión de Iglesia universal en torno al Papa Benedicto XVI, gran maestro de la fe; purifiquen sus corazones, apacigüen sus almas y sus cuerpos y vuelvan llenos de entusiasmo, de alegría y de fortaleza para compartir con sus familias, sus grupos juveniles, sus parroquias y con esta Iglesia local que los ama y cuenta con todos. Amen

Maracaibo 31 de julio de 2011


+Ubaldo Santana Sequera FMI
Arzobispo de Maracaibo

lunes, 1 de agosto de 2011

La esencia de la política

Dr. Ángel Lombardi
Rector de la Unica
http://www.laverdad.com/
01/08/2011 00:00 01

El decir veraz es según el pensamiento clásico griego el secreto de la política, o por lo menos así lo interpreta y lo entiende y asume el filósofo francés Michel Foucault (1926-1984). “El coraje de la verdad se había determinado entonces como lo que da efectividad y autenticidad al juego democrático”. Es la ética del gobernante lo que hace eficaz a la política y al Gobierno y es lo que quiere expresa Platón con su rey-filósofo y Confucio con su idea que quien no puede gobernar su vida no tiene derecho a gobernar la de los demás.
El mejor régimen y el mejor gobierno se posibilita sólo desde la ética. Maquiavelo tipifica la política al uso pero no tiene razón al reducirla solo a las pasiones y al interés sin escrúpulos, si esto fuera así nunca habríamos salido de las cavernas. El gobernante mentiroso y manipulador de la verdad puede ser exitoso pero es una rémora y un fracaso para su sociedad. De hecho, no se trata de determinar una forma ideal o una mecánica óptima de distribución de los poderes, sino de destacar que la excelencia política dependerá de la manera en que los propios actores políticos hayan sabido constituirse como sujetos éticos”. Saber y poder (es lo que significa la palabra Rey en el viejo idioma anglosajón: es el que sabe y el que puede). Este poder legítimo se legitima desde la responsabilidad moral de los individuos. Dicho esto resulta aberrante e inapropiado este insoportable sainete o telenovela cubano-venezolana y burla a partir de la salud presidencial que nos ha negado a los ciudadanos hasta el elemental y neutro informe médico. El paciente impúdicamente miente y manipula su propia enfermedad y más allá de las características de ésta, pretende manipular a todos a partir de un juego mediático macabro y ofende y manipula en particular a sus propios seguidores involucrados emocionalmente con el personaje.
La República deja de ser una responsabilidad, conducida desde la ética y la Constitución y se convierte en una propiedad del amo del poder configurando un peligroso vacío de poder y tratando de crear una confusión política de la cual presuntamente se beneficiaría para seguir en el cargo (ya no hasta el 2021 sino hasta el 2031), para terminar de configurar una situación política desde un país extranjero en provecho del mismo y en desmedro del propio. El llamado primer magistrado definitivamente pareciera estar incapacitado para el decir veraz base y fundamento, como ya llevamos dicho, de todo poder útil y gobierno eficaz.