domingo, 30 de septiembre de 2012

COMUNICADO ANTE LAS ELECCIONES


ARQUIDIOCESIS DE MERIDA
GOBIERNO SUPERIOR ECLESIASTICO
 

Queridos hermanos:
Las elecciones del 7 de Octubre próximo son ocasión propicia para la reflexión serena y confiada. Nuestra condición de creyente tiene sus exigencias. La primera, orar. No se trata de repetir oraciones, sino de ponernos ante la presencia de Dios que nos interpela: ¿Qué has hecho de tu hermano? Es decir, cómo hacemos realidad aquello que decimos creer: el mandamiento del amor a Dios y al Prójimo. Sin respeto y consideración del otro, cualquiera sea su condición no hay posibilidad de construir la fraternidad. Por eso, el Episcopado Venezolano insiste en la necesidad de la reconciliación y del diálogo. Evitemos todo odio y violencia, todo deseo y acción que conduzca al daño físico, espiritual, o  a la muerte.
La oración debe llevarnos al encuentro cordial con el otro. El exclusivismo, de cualquier clase que sea, no es cristiano. El 7 de octubre es la fiesta de Nuestra Señora del Rosario, devoción que ha marcado la lucha por la paz y la ayuda mutua. Incorporémonos, pues, a todo gesto que nos haga ser constructores de paz y de bien.
Pero, tenemos también una obligación ciudadana. Votar es una manera positiva de participar y decidir el futuro del país. Hay que hacerlo conscientemente, pensando primero en el bien de todos antes que en el bien personal. No son mis intereses ni mis beneficios los que deben marcar las preferencias, sino el bien social, colectivo; el que permita que la libertad se amplíe, la opinión y l disensión sea un derecho, la verdad brille sobre cualquier manipulación o mentira; la creatividad serena sea nuestro mejor aporte a una sociedad en la que quepamos todos, teniendo como norte los más pobres y desasistidos. Nos jugamos la posibilidad de hacer realidad los valores de libertad, igualdad y fraternidad, propios de una democracia auténtica.
Con coraje y decisión, con respeto y solidaridad, con reconciliación y paz, participemos activamente en la jornada electoral del 7 de octubre. Y que nos acompañe la protección de María Santísima y la bendición abundante del Señor Jesús.
 Mérida, 30 de septiembre de 2012

+ Baltazar Enrique Porras Cardozo
Arzobispo Metropolitano de Mérida

viernes, 28 de septiembre de 2012

Extraordinario documento del Obispo de Maturin


Hermanos y hermanas en Cristo

El voto político es para el cristiano un derecho y un deber; es un derecho irrecusable y es un deber ineludible. Es signo, fruto y ejecutoria de nuestra dignidad humana, nuestra libertad ciudadana, nuestra solidaridad, nuestra función social y la manera más elemental, pero básica, para colaborar en la búsqueda del bien común.

La Iglesia exige dar cumplimiento a esta obligación en sus debidas oportunidades:

-          “Recuerden los ciudadanos el derecho y el deber que tienen de votar con libertad, para promover el bien común” (GS 75).
-          “Exhortamos a todos los fieles y, en general, a todos los hombres de buena voluntad, a cumplir con la máxima responsabilidad el deber ciudadano del voto, del cual depende la adecuada conducción de los órganos del Estado y la marcha de la comunidad política nacional hacia una mayor promoción y participación del bien común para todos los venezolanos” (CEV 1973).
-          “La dignidad humana requiere por tanto, que el hombre actúe según su conciencia y libre elección” (GS 17).
La Iglesia, Madre y Maestra, vela por sus hijos e hijas, no sólo en el aspecto espiritual sino también en todo lo que puede afectar su dignidad de personas humanas, se siente obligada a orientar a los ciudadanos sobre las condiciones que deben reunir los candidatos que han de recibir sus votos. Esto lo hace de acuerdo con sus principios de amor, moral y justicia social, pero respetando absolutamente sus conciencias.

La Iglesia se siente en la obligación de dar ciertas orientaciones para votar, estas son bastante generales (aplicables en cualquier parte del mundo):

1.      Votar por quien decididamente vaya en busca del bien común: “El ejercicio de la autoridad política, debe realizarse siempre dentro de los límites del orden moral para procurar el bien común concebido dinámicamente según el orden jurídico legítimamente establecido (constitución) o por establecer” (GS 74). “Se desaprueban todas las formas políticas que desvíen el ejercicio de la autoridad de la posición del bien común, para ponerla al servicio de un grupo o de los propios gobernantes” (GS 73). “La razón de ser de cuantos gobiernan radica por completo en el bien común” (PT 55).

1.      Votar por quien defiende los derechos fundamentales del hombre:
-          Una vida digna (GS 26),
-          Una libertad responsable (GS 17),
-          Libertad de reunión, asociación y expresión (GS 73),
-          Libertad religiosa (PT 13),
-          Derecho a la cultura (GS 60,
-          Derecho a participar en la vida económica (GS 29),
-          Derecho a la elección de estado y tener una familia (PT 14),
-          Al Trabajo y otros derechos obreros (GS 29),
-          A la propiedad privada (GS 69).

1.      3.       Votar por quien, además, tenga aptitudes para gobernar: “Son muchos y diferentes los hombres que se encuentran en una comunidad política y pueden, con todo derecho, inclinarse hacia soluciones diferentes. A fin de que  por la pluralidad de pareceres no perezca la comunidad política, es indispensable una autoridad que dirija la acción de todos hacia el bien común, no ya mecánica ni despóticamente, sino obrando principalmente como fuerza moral, que se basa en la libertad y en la responsabilidad de cada uno” (GS 26).
2.      4.       Votar según el dictado de la propia conciencia. “Crece al mismo tiempo la conciencia de la propia dignidad de la persona, de su superioridad sobre las cosas y de sus deberes y derechos universales e inviolables” (GS 26). “Los fieles han de aprender diligentemente a distinguir entre los derechos y obligaciones que le corresponden por su pertenencia a la Iglesia y aquellos otros que le competen como miembro de la sociedad humana. Procuren acoplarlos armónicamente entre sí, recordando que en cualquier asunto temporal deben guiarse por la conciencia cristiana, ya que ninguna actividad humana, ni siquiera en el orden temporal puede atraerse del mandato de Dios” (LG36).
3.      5.       Votar por los que reúnen mejores condiciones humanas. “Sería absurdo imaginar que los hombres, por el hecho de estar al frente del gobierno, de la cosa pública, puedan verse obligados a renunciar a su condición humana, siendo así que, por el contrario, son elegidos para tan elevado cargo porque se les consideró mucho más ricos en cualidades humanas y entre los mejores del cuerpo social” (PT 84). “Sería vituperable dejar campo libre para dirigir los asuntos del Estado a los indignos o a los incapacitados” (Pío XII, Discurso a la Conferencia Olivaint, 28-03-48).
4.      6.       No se debe dar el voto a quienes profesan un ateísmo sistemático. “Pretende este tipo de ateísmo que la religión, por propia naturaleza, es un obstáculo para la edificación de la ciudad temporal. Por eso, los defensores de esta doctrina cuando logran alcanzar el dominio público del Estado, atacan violentamente a la religión, difundiendo el ateísmo, sobre todo de manera educativa, con el uso de los medios de presión que tiene al alcance el poder público” (GS20).
5.      7.       No debe darse el voto a quienes se profesan “marxistas”. “El cristianismo que quiere vivir su fe en una acción política, concebida como servicio, tampoco puede adherirse, sin contradicción, a sistemas ideológicos que se imponen radicalmente en los puntos substanciales de la fe y a su concepción del hombre; ni a la ideología marxista, a su materialismo ateo, a su dialéctica de violencia (lucha de clases) y a la manera como ella entiende la libertad individual dentro de la colectividad, negando al mismo tiempo toda trascendencia al hombre y a su historia personal y colectiva”(OA 26).
6.      8.       Tampoco debe darse el voto a los que profesan un capitalismo cerrado (Salvaje). “… ni a la ideología liberal que cree exaltar la libertad individual sustrayéndola a toda limitación, estimulando con la búsqueda exclusiva del interés y del poder, y considerando las solidaridades sociales como consecuencias más o menos automáticas de iniciativas individuales y no ya como fin y un criterio más elevado del valor de la organización social” (OA 26).



Queremos concluir con estas otras enseñanzas de la Doctrina Social de la Iglesia, que  también pueden sernos orientadoras.

La Iglesia rechaza en forma absoluta las dictaduras (GS 73). Invita a defenderse del abuso de autoridad (GS 74). Aunque cada nación debe darse su propio tipo de gobierno dentro de los límites de la moral, justicia y bien común, señala la conveniencia de de la división (independencia) de los poderes públicos (GS 75). En caso de que por circunstancias inevitables se llegue a establecer la ley marcial, los derechos deben ser restituidos cuanto  antes (GS 75). Recomienda encarecidamente que los debates electorales sean conducidos con el debido respeto a los ciudadanos que no comulgan con las orientaciones políticas del expositor, de manera que no perturben la paz (CEV, “Iglesia y Política” 1971). Recomienda una estructura social que rompa con los esquemas de sociedad consumista, de limitada visión tecnocrática, de desarrollo fundado en la competencia por el lucro (Ib).

Un resumen:
-          Política es una palabra que puede tener varios significados. En sentido amplio e toda acción social ordenada al bien común. A ella se obliga la Iglesia como institución, sus miembros de cualquier categoría, el gobierno y todos los ciudadanos.
-          Política en sentido restringido se refiere a la utilización de una ideología y un método para gobernar, incluyendo los medios de ascensión al poder y luchas partidistas, siempre con miras al bien común. El cristiano está obligado a participar en esta actividad de acuerdo a sus posibilidades y su conciencia.
-          La Iglesia no aspira a poderes temporales; es autónoma e independiente del Estado, pero es deseable desde todo punto de vista la armonía entre los dos poderes.
-          No es conveniente la participación de Obispos y Sacerdotes, ni siquiera en su condición de individuos particulares, en la política partidista y en funciones de gobierno.
-          Dado que la Iglesia es Madre y Maestra, tiene que velar por sus hijos, no sólo en el aspecto espiritual sino también en todo lo que pueda afectar su dignidad humana, se siente obligada a orientar a los ciudadanos sobre las condiciones que deben reunir los candidatos que han de recibir sus votos. Esto de acuerdo con sus principios de amor, moral y justicia social, pero respetando absolutamente sus conciencias.

Un cristiano y buen ciudadano, hombre o mujer de conciencia, no orienta su voto solo por una ventaja o conveniencia personal, pragmática materialista; no puede moverse nada más que por el bombardeo de propaganda, o por simple sentimiento de simpatía; o peor aún, movido por apasionamientos. Prepara su voto ante Dios, pensando en el verdadero apoyo al bien común y, como hemos insistido en todas las entregas anteriores, ANTE SU CONCIENCIA RECTA Y VERAZ.

Les invito a unirnos todos en oración por la paz de nuestro País y por el buen desarrollo de la próxima jornada electoral, realizando en todas las parroquias, vicarías y comunidades, una novena de plegarias que se realizará por toda la nación, del 28 de septiembre al 06 de octubre.

Que Jesús Sacramentado y la Santísima Virgen de Coromoto, bendigan y protejan a todo el pueblo venezolano.

¡Con mi bendición episcopal!
+ Enrique Pérez Lavado
Obispo de Maturín

lunes, 24 de septiembre de 2012

ELECCIONES PRESIDENCIALES 2012



ARQUIDIOCESIS DE MARACAIBO

COMUNICADO

1 Cercana ya la fecha de las elecciones presidenciales, deseoso de contribuir mediante mi solicitud pastoral en la construcción de un clima de paz en esta querida arquidiócesis de Maracaibo, me dirijo a todos ustedes, mis amados hijos e hijas de la grey zuliana, para exhortarlos a participar activamente en este importantísimo proceso electoral.
2.- Votar es una seria obligación moral. Se trata de fortalecer la democracia y garantizar el bien de los venezolanos, sin exclusión ni discriminación alguna. Estamos todos llamados a participar activa, decidida y solidariamente ¡Es la hora de votar!
3.- Es preciso recordar que el voto es secreto. Así lo aseguran tanto el Consejo Supremo Electoral como técnicos de diversos sectores políticos. Solo Dios sabrá por quien votaremos. Rechacemos las amenazas indebidas. El voto libre es un derecho que debemos ejercer con valentía y de acuerdo a nuestra conciencia.
4.- La violencia -de cualquier clase- no es cristiana, y debe ser totalmente excluida durante el final de la campaña electoral y, sobre todo, el día de las elecciones. Todos, especialmente los organismos del Estado, los diversos actores políticos y el Plan República, están obligados a garantizar la ausencia de violencia y el orden público. El pronto anuncio de los resultados favorecerá el clima de serenidad y la acogida de los mismos.
5.- Exhorto a todos los venezolanos a respetar la voluntad popular que se exprese en las elecciones. Como árbitro, el Consejo Nacional Electoral está llamado a tomar las medidas necesarias para que los comicios se efectúen con todas las garantías de imparcialidad y transparencia. En especial exhorto a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana a que, cumpliendo su deber constitucional, ejecute con imparcialidad el Plan República, garantice el respeto a los resultados, e impida cualquier transgresión del orden público.
6. Jesucristo es el Señor de la historia. Necesitamos confiarle el presente y el futuro de nuestro país. Por ello invito a orar especialmente por la paz en Venezuela. Con esa intención realizaremos, del 28 de septiembre al 6 de octubre, una Novena de oración promovida por la Conferencia Episcopal

Venezolana, en preparación al día de Nuestra Señora del Rosario, 7 de octubre, día de las elecciones.
7.- Encomendemos, pues, nuestra querida Patria a la maternal intercesión de María Santísima, Nuestra Señora de Chiquinquirá, nuestra excelsa patrona, para que Dios nos conceda resolver nuestras diferencias pacíficamente y aprendamos a vivir todos como hermanos.

Maracaibo 23 de septiembre de 2012

+Ubaldo R Santana Sequera FMI
Arzobispo de Maracaibo