Las personas que formamos la Comunidad Universitaria
de la Universidad Católica Cecilio Acosta, ante la renuncia del Santo Padre, el
Papa Benedicto XVI, como Obispo de Roma y Pastor Universal de la Iglesia
Católica, anunciada el pasado 11 de febrero y cuyo cumplimiento se realizará el
próximo 28 de febrero del presente año, queremos unirnos al sentimiento de
admiración y respeto de toda la Iglesia ante tan trascendental decisión tomada
con total responsabilidad por las causas por él mismo expuestas y con la gracia
recibida del Señor, Pastor eterno.
En primer lugar, seguimos confesando y aceptando su
magisterio ordinario y extraordinario con espíritu obediente a él y a su
sucesor, seguros de que el Espíritu Santo, dador de vida, continuará guiando
sus acciones de bien e inspirando sus enseñanzas.
En segundo lugar, fortaleciendo nuestra fe cristiana,
en este año que S.S. Benedicto XVI ha dedicado como el "Año de la
Fe", nos comprometemos a profundizar en la doctrina cristiana que tiene su
fuente en el misterio de Dios revelado plenamente en el Hijo de Dios encarnado,
expresado en la Sagrada Escritura, en la Tradición viva de la Iglesia y en el
Magisterio eclesial. Nos adherimos a las enseñanzas del Concilio Ecuménico
Vaticano II, a los 50 años de su apertura, así como al Catecismo de la Iglesia
Católica en su vigésimo aniversario de promulgación.
En tercer lugar, agradecemos a Dios por el pontificado
de Benedicto XVI, por su vida de testimonio de fe, esperanza y caridad; por su
Magisterio sabio y edificante para la humanidad; por su bondad con los
pecadores y débiles; por su diálogo abierto, sincero y respetuoso con las otras
religiones cristianas no católicas, con las otras religiones no cristianas y
con todos los hombres de buena voluntad, incluso y, con especial dedicación,
con los no creyentes. Agradecemos también por la extraordinaria iniciativa de
crear un espacio de acogida para el encuentro con aquellos que buscan el
diálogo de fe y razón, fe y ciencia, fe y cultura, en fin, de fe y pensamiento
actual, denominado el "Atrio de los Gentiles". Nuestra gratitud se
extiende al impulso que dio Benedicto XVI al proyecto pastoral iniciado por el
Beato Juan Pablo II de la Nueva Evangelización, creando para ello la Pontificia
Comisión para la Nueva Evangelización y la celebración de la Asamblea sinodal
dedicada a este mismo tema; entre muchas y grandes obras que han edificado a la
Iglesia de Jesucristo.
En cuarto lugar, le ofrecemos nuestras oraciones al
Padre Celestial por su felicidad, su salud y bienestar; por sus intenciones más
sentidas y por aquellos que le acompañan y le acompañarán.
Por último, elevamos suplicas al Padre amante, por
mediación de su Hijo amado, para que el Espíritu del Amor ilumine las mentes y
los corazones de los Cardenales para que puedan elegir con sabiduría al Pastor
Universal que gobierne al rebaño según el corazón del Buen Pastor.Maracaibo, 22 de febrero de 2013
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