Padre Luis Ugalde S.J.
01-04-2014 14:35
Estamos en un callejón sin salida, toda inteligencia no cegada
por el poder reconoce que este callejón es ciego y que la narrativa que nos ha traído
allí -compartida por millones de venezolanos gobiernistas y opositores- bloquea
mentalmente las salidas colaterales.
El relato liberador venezolano se basaba en el mito del país
riquísimo necesitado de un buen repartidor; una falsedad generalizada que
bloquea el talento de los venezolanos al hace creer que productivamente ya
tenemos lo que nos hace falta. Además predica que cada mitad social para su
éxito debe anular a la otra mitad, precisamente a la que necesita como aliada.
El desbloqueo de este callejón mental y de este relato engañoso pasa por el trabajador
y por un Primero de Mayo futurista y novedoso, portador de esperanza para
29 millones de venezolanos.
Un Primero de Mayo que camine hacia una sociedad donde
el eje de la dignidad y del poder social sea la condición productora y creadora
de las personas y no la sombra del árbol petrolero. La mal llamada “fuerza de
trabajo” somos 14 millones de venezolanos, de los que a ocho se les priva
(entre desempleo, subempleo y trabajo precario) de un trabajo productivo que
dignifique y genere riqueza social para su familia y la sociedad. Hoy los
trabajadores formales con buen salario integral son una minoría y exiguo el
número de los sindicalizados.
Necesitamos una nueva narrativa en torno al trabajo productivo con el
trabajador como eje central de la reconstrucción social, económica y política
del país. La primera piedra de la falsa narrativa dice: somos un país
inmensamente rico gracias al petróleo, que no es producto, sino renta; con lo
cual se priva al trabajador de su condición clave, pues lo reduce a mantenido
(y no fuente) de la riqueza nacional. Estamos luchando por una botella rentista
medio vacía, en lugar de un país creado por el talento humano de millones de
trabajadores.
La nueva narrativa no es sólo para los potenciales
trabajadores, sino para toda la población, especialmente para los
políticos y los empresarios. El actual régimen tomó heredada la distorsionada
narrativa petro rentista y le injertó la plusvalía marxista, según la cual el
empresario, es por definición, explotador que se apropia de la plusvalía y
amasa su riqueza con la sangre del pobre trabajador. Por eso la “revolución
socialista” consiste en: 1) toda la renta petrolera para los pobres; 2) guerra
a la productividad, pues cuanto más produce el trabajador más sangre chupa el
empresario; y 3) eliminación definitiva de la empresa privada. De ahí
nacen la consigna de “PDVSA es de todos”, y es bueno el gobierno que enchufa la
inagotable riqueza petrolera directamente con las necesidades de la población
pobre, sin tener que pasar por la laboriosidad de la producción.
Con un Primero de Mayo –gobiernista u opositor- sobre esta
narrativa falsa, el país seguirá empobreciéndose. Necesitamos una nueva narrativa
donde el trabajador se vea a sí mismo produciendo la riqueza del país y
disfrutándola de manera compartida y solidaria en una sociedad de socios
plurales. Narrativa con los siguientes puntos claves:
1-Venezuela es pobre, porque pobre es la producción de
su gente, pero con una enorme potencialidad humana si utiliza la
poderosa palanca petrolera como instrumento para la revolución productiva y no
simplemente como dádiva para el consumo.
2- La educación de calidad es clave para potenciar a
los más pobres y fortalecer su talento y su equipamiento productivo. Educación
pública democrática, financiada por la renta petrolera en procesos educativos
plurales donde se dan la mano la familia, la sociedad y el Estado.
3- Educación entendida como tránsito hacia la
ciudadanía y la empresa productiva con alta calificación laboral. Empresa
basada en el talento productivo y no en la fuerza productiva.
4- Empresa en la que se alían el capital y la tecnología, con
toda la gama de talento productivo compitiendo juntos en altos niveles de
calidad mundial. Empresarios y trabajadores como aliados, complementarios y
copartícipes de los beneficios.
En la actual Venezuela todo conjura para que la producción
vaya palo abajo. Es imposible el éxito si los empresarios no están convencidos
de que su mejor aliado es el trabajador calificado y si ambos no ponen todo su
empeño para lograr esa cualificación trabajadora permanente. Transformación del
país con millones de trabajadores cualificados con su talento activado y
empoderados a través de una educación de primera con habilidades productivas,
organizados y aliados con la inversión, tecnología y espíritu de empresa. Al
mismo tiempo en el nuevo imaginario de la población subordinada y pobre, el
trabajador y el empresario tienen que convertirse en aliados
imprescindibles para el futuro suyo, de su familia y de Venezuela. El Estado es
el pacto social donde se concretan esas sinergias virtuosas y la política y los
gobiernos los medios para lograrlo. Si del Estado se apropia el gobierno y de
este el partido o los militares, necesariamente serán clientelistas
repartidores de renta.
Un Primero de Mayo con los estudiantes y la sociedad
en la calle unidos en la denuncia del empobrecimiento del pobre, por
desabastecimiento básico, porque la inflación (no compensable con sólo
aumentos) le roba al trabajador el quince y último, y porque la actual falta de
educación de calidad perpetúa la pobreza de los hijos de los pobres. Con
empresarios con visión y audacia y políticos cargados de futuro, y no
de retrógrado rentismo donde ellos se vean como repartidores de dádivas a
cambio de fidelidades clientelares. Venezuela necesita de trabajadores con
experiencia exitosa de su condición productiva y ciudadana que agrega valor
transformando los recursos naturales y la sociedad con su talento creativo.
Publicado en el diario El
Nacional el 3 de abril de 2014
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