Los Obispos de la
Comisión Episcopal de Juventud y Pastoral Universitaria hacemos de su
conocimiento a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, especialmente a
los que han hecho y hacen vida hoy en nuestras universidades venezolanas, el
siguiente comunicado:
1.
La Universidad venezolana a lo largo de su historia ha sido un baluarte
para el desarrollo humano y social del país. Hoy esta institución pide ser
escuchada por el Estado, el Gobierno Nacional y la Sociedad entera debido a la
situación de conflictividad creada por el marcado deterioro de las condiciones
laborales de su personal, así como los precarios beneficios estudiantiles; el
inadecuado funcionamiento de las instalaciones, la escasez y falta de recursos
necesarios para ofrecer una educación de excelencia y una investigación acorde
a las exigencias actuales. Estas realidades afectan en sus condiciones de vida
a los profesionales de la educación universitaria, a los estudiantes y a los
trabajadores de nuestras instituciones universitarias, poniendo en grave riesgo
el futuro de la universidad, lugar por excelencia de formación y generación de
conocimientos para el bien de toda la sociedad.
2.
Esta conflictividad ha mostrado
diversos rostros: la exigencia del reconocimiento gremial universitario por
parte de las autoridades nacionales para un diálogo en equidad de condiciones y
la necesidad de escuchar al mundo estudiantil en sus peticiones para una
formación profesional de calidad. La falta de entendimiento y de diálogo han
llevado a asumir posturas de desencuentro, cuyas acciones han ido desde
protestas en lugares públicos hasta la radicalidad de la huelga de hambre de un
considerable número de estudiantes y algunos docentes. Lamentablemente, algunos
estudiantes han escogido espacios no propicios para estas acciones, los extraterritoriales
dados por un reconocimiento internacional de un Estado, como ha sucedido en la
Nunciatura Apostólica, que, aunque se siente preocupada por el conflicto, no
está directamente involucrada en él.
3.
Lamentamos las acciones de algunos grupos violentos que quieren
paralizar las reivindicaciones de docentes y estudiantes universitarios. Rechazamos
la destrucción de bienes patrimoniales universitarios, las agresiones a
estudiantes y el uso de armas de fuego en recintos universitarios que agravan
más la tensión que se vive actualmente. La violencia no favorece ni al gobierno
nacional ni a la universidad. Exigimos a los organismos de seguridad que
cumplan su misión en el resguardo de la paz y la convivencia pacífica.
4.
“Como ciudadanos venezolanos y
pastores de la Iglesia“…reiteramos nuestro vivo llamado a (…) que nos
reconozcamos unos a otros como conciudadanos en igualdad de derechos, y
recuperemos la capacidad de diálogo y encuentro, superando lo que nos divide”
(CEV. 14-04-2013). Es urgente abrir espacios donde se dé un diálogo
sincero y real para la solución inmediata de los conflictos planteados. Expresamos
nuestra voluntad de colaborar en el establecimiento de esos canales de diálogo.
5.
Estamos convencidos que es importante que en el diálogo
prevalezca la conciencia del momento histórico que está viviendo el país, y el
reconocimiento y aceptación de la pluralidad y autonomía de pensamiento
–característica genuina de las universidades -, para que haya un decidido
compromiso del Estado, del Gobierno Nacional y de la Sociedad Civil con la
educación, deponiendo intereses parciales y pensando en el daño gravísimo que
se le hace a toda la sociedad si no se revierte positivamente este conflicto
universitario. Es necesario, por tanto, que el diálogo sea incluyente y que
reconozca todos los sectores involucrados en el conflicto
6.
Hacemos un llamado al pueblo venezolano, al Gobierno Nacional y a las instituciones
universitarias, a trabajar juntos en la consolidación de una universidad a la
altura de las exigencias de nuestro país y del mundo actual, asumiendo la
pluralidad de propuestas y los valores éticos, respetando su talante
democrático y autónomo, su rica diversidad de pensamiento y su inalienable
compromiso con el bien común, considerando su gran aporte para la solución de los problemas de
los excluidos y desfavorecidos.
7.
Pedimos a nuestra Patrona, la Virgen de Coromoto, que nos siga
acompañando a todos y en especial a aquellos que, por vocación, consagran su
vida a la universidad.
Viernes 21 de junio de 2013Los Obispos de la Comisión de Juventud y Pastoral Universitaria de la CEV
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