Rector de la Universidad Católica Cecilio Acosta (UNICA)
Los procesos históricos son
complejos por definición y de largo plazo, y sus causas y efectos solo son
comprensibles en una revisión retrospectiva. Los hechos históricos no se
anticipan, simplemente ocurren y cuando ocurren desbordan las mejores y más
clarividentes previsiones. La vida siempre va por delante y aunque el hombre
siempre se repite a sí mismo, los imponderables y el azar siempre están
presentes.
Igualmente podemos hablar de
tendencias o “leyes” de la historia, especialmente en la economía y en la
sociedad, que son determinantes para definir el proceso social y político.
Igualmente existen características generales y analógicas a tomar en cuenta en
los procesos históricos, pero nunca de manera mecanicista o determinista; la
libertad humana es la característica más importante de la historia y por eso la
humanidad no cesa de buscarla.
Libertad y justicia son los valores
que guían la historia. Azar y necesidad, codicia y poder siempre están
presentes en la historia y lo material es determinante en la evolución humana,
pero son en definitiva los valores espirituales y culturales los que definen la
historia, incluido el avance tecno/científico.
La historia no es un salto al
vacío, es cambio, pero igualmente continuidad y las sociedades tienden a la
estabilidad con la misma fuerza que no pueden anular la necesidad de
cambio.
Los
procesos políticos tienden a acentuar el espejismo del cambio en un avanzar en
círculo, a diferencia de la tecno/ciencia, que nos impulsa hacia adelante de
manera definitiva e irreversible; la carreta pertenece al pasado, la
imaginación al futuro, mientras que la ambición de poder y la tentación
autoritaria siempre están presentes y se remiten a sí mismos.Tomado de:
laverdad.com/opinion/28-0pinion-sfe/39049-libertad-y-justicia-valores-que-guian-la-historia.html
28/10/201
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