21 al 24 de
mayo en Margarita, 2014
MANIFIESTO FINAL DEL 8VO ENCUENTRO NACIONAL DE
PASTORAL UNIVERSITARIA
¡Queridos hermanos y hermanas, universitarios
todos!
Les saludamos en nombre de Jesús Maestro,
Camino, Verdad y Vida…
En el marco del VIII Encuentro
Nacional de Pastoral Universitaria donde asistieron representantes de 20
delegaciones de distintas universidades del país, así como de 15 diócesis, con
la presencia de Estudiantes, Profesores, Administrativos y Obreros, como Capellanes
y Párrocos Universitarios, nos propusimos reflexionar sobre las luces
necesarias para afrontar la situación universitaria venezolana por medio de la
exhortación EvangeliiGaudium del Papa Francisco.
En un clima de gran fraternidad,
pudimos recordarnos las cosas esenciales de nuestra misión cristiana en medio
de la Universidad, que en palabras del Papa adquieren un nuevo ímpetu: “Invito a cada Cristiano, en cualquier
lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro
personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar
con Él, de intentarlo cada día sin descanso”.
Este deseo de partir siempre de Cristo
nos dispuso a reconocer que la conversión personal, pastoral o eclesial se da
en el mismo encuentro con el otro, cuando salimos de nuestras comodidades, nos
arriesgamos y nos lanzamos a compartir con ese otro distinto, reconociendo que
él es un bien para nuestra vida. Como nos lo dice nuevamente el Papa Francisco:
“la vida se acrecienta dándola... los que
más disfrutan de la vida son los que dejan la seguridad de la orilla y se
apasionan en la misión de comunicar vida a los demás”.
Nosotros salimos de este encuentro con
estas ganas, de salir a nuestra periferia existencial que es cada Universidad,
a testimoniarlo a Él, que viviendo en Él la vida es más plena.
Desde aquí hemos analizado la dura
situación que vivimos en nuestras universidades ante las protestas que se han
venido dando en nuestro país a partir del 12 de febrero del presente año, y
constatamos sentimientos diversos entre los jóvenes que exponemos a
continuación tratando de identificar a cada uno:
1. LOS QUE LUCHAN
INDIGNADOS: Muchas veces por un genuino deseo de cambio, llenos tantas veces de
rabia, impotencia frente a la represión desmedida. Buscan una lucha pacífica,
pero parece que los resultados específicos no dan lo que esperan y generan
sentimientos de rabia heroica. El resultado: la frustración, el miedo, la
desesperanza. Existe un gran riesgo de responder a la violencia con violencia.
2. LOS QUE LUCHAN
ESPERANZADOS: Existe un gran deseo de encontrar soluciones, buscar la unión, la
paz, continuar luchando por un país mejor, por su futuro, tienen hambre y sed
de justicia. Se sienten orgullosos del compromiso social que han asumido con
sus acciones. Desean continuar en las calles expresando sus ideas y exigencias
con valentía y coraje para seguir luchando por la libertad.
3. LOS INDIFERENTES:
Rechazan la realidad porque les da igual o simplemente están obstinados de
todo. Ni construyen ni destruyen, evaden la realidad, y como consecuencia,
buscan huir, salir del país.
4. LOS QUE ESTÁN
CONFUNDIDOS: Desean buscar soluciones sin saber qué es lo mejor y sin saber qué
hacer. Quieren tener clases pero también país. Entre ellos se encuentran
quienes consideran que los métodos utilizados para manifestarse son una pérdida
de tiempo, pero no encuentran alternativas.
5. LOS SILENCIADOS: los
que pertenecen a universidades que no les permiten protestar. Que no simpatizan
con tendencias políticas, se sienten indignados por ser considerados fascistas
o guarimberos cuando pretenden sencillamente ejercer lo más genuino de la
universidad: ser críticos.
6. LOS QUE SOSTIENEN UN
COMPROMISO IDEOLÓGICO: entre los que se encuentran grupos de personas que
reconocen los problemas existentes en el país pero sin considerar que quizá, la
causa de dichos problemas vengan de los ideales que ellos comparten.
Frente a esta realidad y lo que
compartimos estos días, no pretendemos plantear soluciones a la problemática
que vivimos. Descubrimos el llamado a vivir cada vez con mayor profundidad una
amistad en Jesucristo, porque reconocemos que desde allí es que podemos
interesarnos más por todo, tener una mirada más amplia y profunda del problema,
conocer los factores que están implicados y reconocer las apuestas a mediano y
largo plazo que debemos emprender. No se trata, pues, de una postura ideológica
que se contrapone a otros o se pone como una tercera vía, sino, una postura
ante la realidad que permite “ver mejor” lo que acontece.
Nos parece importante aclarar que
Cristo no es un héroe que vino a solucionarnos o eliminar nuestros problemas,
sino a relacionarnos de otra forma con ellos. Cristo está presente en medio de
nosotros para reconocernos plenamente humanos en Él, para restituir constantemente
nuestra dignidad de personas, para ser protagonistas en el mundo de lo que
verdaderamente cambia al hombre y la sociedad: una comunidad cristiana viva
dentro de la Universidad.
El Papa Francisco nos
ha invitado a salir, a callejear la fe. Por eso, en el marco de este Año
Jubilar de la Juventud, y desde este VIII Encuentro Nacional de Pastoral
Universitaria, refrescamos nuestra misión en medio de las universidades, y
animamos así a todos los jóvenes y universitarios en general, a que no tengan miedo
a anunciar y vivir a Jesucristo, que expresen con valentía, creatividad,
libertad y profundo respeto al otro, lo que creen, lo que esperan, lo que le da
un horizonte nuevo y definitivo a la vida, al fin y al
cabo esto es la Universidad.
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