El Centro Arquidiocesano de Estudios de
Doctrina Social de la Iglesia
Pbro. Mg. José Andrés Bravo Henríquez
Director del Centro Arquidiocesano de Estudios de Doctrina Social de la Iglesia
Arquidiócesis de Maracaibo
Universidad Católica Cecilio Acosta
Doctrina Social de la Iglesia
Pbro. Mg. José Andrés Bravo Henríquez
Director del Centro Arquidiocesano de Estudios de Doctrina Social de la Iglesia
Arquidiócesis de Maracaibo
Universidad Católica Cecilio Acosta
“La enseñanza social de la Iglesia se origina del
encuentro del mensaje evangélico y de sus exigencias éticas con los problemas
que surgen en la vida de la sociedad”[1]. Este
es el sentido del Centro Arquidiocesano de Estudios de Doctrina Social de la Iglesia
de la Facultad de Filosofía y Teología, de la Universidad Católica Cecilio
Acosta, de la Arquidiócesis de Maracaibo, aprobado por su Consejo de Facultad el
11 de mayo de 2016. Consignado y aprobado definitivamente por el Consejo
Universitario de nuestra Casa de Estudios Superiores el 26 del mismo mes y año,
a los 49 años de la promulgación de la Populorum
pregressio del beato papa Pablo VI.
Decretado por nuestro Arzobispo y Canciller de la
UNICA, Mons. Ubaldo Santana, el día 13 de junio de 2017, fiesta litúrgica del
gran predicador San Antonio de Padua (1191-1195). Dicho decreto, signado con la
sigla Acta Curiae N° 0505-17, reza: “Decreto
darle al Centro de Estudios de Doctrina Social de la Iglesia de la Universidad
Católica Cecilio Acosta estatuto Arquidiocesano. Por tanto, se crea el Centro
Arquidiocesano de Estudios de Doctrina Social de la Iglesia”.
Después de un serio discernimiento, consultando
ampliamente con el Consejo Presbiteral y el Consejo Episcopal, confirmando la
aceptación de las autoridades de la UNICA, el pastor de Maracaibo dio este paso
definitivo, valorando el trabajo que por años se ha realizado en su
Arquidiócesis.
Precisamente, es en el marco de la celebración de
la undécima Semana de la Doctrina Social de la Iglesia es donde Mons. Santana
nos anunció su deseo y, en el mismo acontecimiento, reconoce el esfuerzo de
once años de la Semana que todos los segundos domingos de cuaresma inaugura con
la Eucaristía. Aunque, ya desde el 2002 el Foro Eclesial de Laicos nace con el
objetivo de difundir dicha doctrina social y formar en ella a los seguidores de
Cristo y a todos aquellos que se acercan o nos acercamos con la actitud del
buen samaritano.
Aquí es donde nos detenemos para dedicar al Dr.
Jorge Porras, laico ejemplar y misionero de la doctrina social, nuestra memoria
agradecida. Seguramente, desde la casa del Padre Eterno, nos sigue apoyando. El
Foro Eclesial de Laicos es coordinado por el Dr. Guillermo Yepes Boscán, acompañado por el Dr. Homero Pérez, Dr. Rafael
Díaz Blanco, Ing. Jóvito Chávez, entre
otros. Desde ya, forman parte de nuestro Centro Arquidiocesano de Estudios.
También la UNICA, desde su comienzo, el 1 de diciembre
de 1983, se ha identificado con este Magisterio Social. Su identidad de
católica y humanista se expresa en la academia, en la pastoral universitaria,
en las publicaciones e investigaciones, en el Área Académica de Catolicidad, en
las Cátedras Libres, en la Cátedra común de Humanismo Cristiano, en Diplomados
y Cursos. Recordamos el gran Congreso sobre Doctrina Social de la Iglesia que organizó
nuestra universidad con éxito indiscutible en el año 1991, celebrando el
centenario de la promulgación de la Rerum
novarum (15/05/1891) del papa León XIII. Hoy con cátedras en todas carreras
profesionales y con diversas actividades, incluyendo la Semana de la Doctrina
Social de la Iglesia, crecemos con este nuevo Centro de Estudios así como ha
crecido con el Centro de Estudios de Filosofía para Niños y Niñas.
También, la creación de este nuestro Centro de
Estudios valora enormemente la iniciativa de la Parroquia San Antonio María
Claret al unirse a esta noble misión con un grupo significativo de laicos
organizados en el Equipo Parroquial DSI
Padre Claret, con una extraordinaria organización, una generosa entrega y
un espíritu abierto de servicio, asumiendo la tarea propia de un laicado
auténtico, digno del nombre de cristiano, animado y sostenido por la acción
pastoral de su párroco Ovidio Duarte. Entre otros, nombramos a Franklin Curiel,
Mario Auver, Fernando Urdaneta, Silvana Giannangeli, Jóvito Chávez, Guillermo
Yepes y Andrés Bravo, quienes desde este momento forman parte de este Centro de
Estudios.
Entre los objetivos más pretenciosos del Centro
de Estudios, se encuentra la promoción de un movimiento humanístico integral y
solidario de inspiración cristiana. Proponemos crear un movimiento de reflexión, estudio, investigación y
también de acción, que unifique a personas intelectuales de diversas
disciplinas, abiertas y desprendidas, capaces de crear opinión y formar a
jóvenes en un ideal político posible para la Venezuela de hoy. El gran reto es
la verdadera educación de jóvenes inquietos para la conducción de los destinos
de nuestro pueblo.
El Movimiento que proponemos debe tomar como base
el Evangelio de Jesús y la Doctrina Social de la Iglesia Católica. El ideal
histórico es el de, con los principios de reflexión, los criterios de juicio y
las directrices de acción de dicha doctrina, promover un humanismo integral y
solidario[2].
La organización y la formación nos darán el éxito.
Se trata de un movimiento de acción, no sólo
asistencial, sino fundamentalmente de promoción humana. Por eso, debemos
comenzar siempre por la formación en los principios de reflexión y de los
criterios de juicio. La Iglesia, en estos últimos años, ha avanzado de manera
significativa en marcha hacia una renovación que la ha convertido cada vez más
al servicio solidario para la humanidad. Nos ha brindado un Magisterio dinámico
y renovado, porque se ha vuelto a la fuente misma de la fe que es el misterio
que llega a nosotros por la revelación de Jesucristo. Particularmente, en
América Latina, la doctrina es maravillosamente rica e inspiradora. Y, en la
Iglesia que peregrina y sirve en Venezuela, también encontramos un importante
conjunto de enseñanzas, principalmente en los documentos del Concilio Plenario
de 2006.
Este último nos desafía a un mayor compromiso por
transformar la realidad actual del país, con los valores del Evangelio, en
todos los ámbitos de la sociedad. Crear una nueva sociedad ha sido siempre el
anhelo de los seguidores de Jesús. La opción evangélica y preferencial por los pobres
nos debe motivar a crear y promover sistemas económicos más justos y
solidarios, que tengan como objetivo el progreso integral de todo el hombre y
de todos los hombres. La economía de comunión es una experiencia valiosa.
En este mismo sentido, la Iglesia nos convoca a
defender y promover la paz y los derechos de la persona humana. Como sentencia
el Vaticano II (1962-1965), “las instituciones humanas, tanto privadas como
públicas, deben esforzarse por estar al servicio de la dignidad y el fin del
hombre, luchando al mismo tiempo valientemente contra la esclavitud social o
política y respetando los derechos fundamentales del hombre bajo cualquier
régimen político”[3]. Al igual que debemos
asumir el valor del trabajo que humaniza y hace progresar a los pueblos,
evitando así instrumentalizar al ser humano.
En la formación y el ejercicio de la política, es
sumamente importante enseñar y vivir su verdadero sentido que se concreta en el
servicio del bien común. Pero, sobre todo, hoy se nos exige construir y
consolidar la democracia perdida, promoviendo una más auténtica participación y
organización de los ciudadanos, fortaleciendo así la sociedad civil. Con
respecto a este tema, debemos estudiar y difundir los principios cristianos y
las orientaciones de nuestros pastores sobre los problemas sociales y
políticos, con el fin de ayudar eficazmente a formar la conciencia del pueblo
en estos aspectos tan importantes de la doctrina; descubrir y suscitar entre
los laicos verdaderas vocaciones a la actividad socio-política, y estimularlos
a una óptima capacitación, no sólo doctrinal, sino también pastoral, para las
tareas tan importante de servir al bien común, y promover obras para la
solución de los problemas, con la prioridad de la caridad cristiana que debe
expresarse en la justicia y en un ambiente de libertad.
Un Movimiento Humanístico significa un proyecto
gigante que requiere la competencia de hombres y mujeres con un gran sentido
humano y cristiano de la humanidad y de su historia. Que estén dispuestos a
compartir sus saberes y sus ideales. Que les importe el ser humano como persona
digna de ser amada por sí misma. Amarlo porque es humano, imagen e hijo de
Dios.
Este acontecimiento que hoy sucede en nuestra
Arquidiócesis de Maracaibo, la creación de un Centro de Estudios dedicado a la
Doctrina Social de la Iglesia, responde a un mandato del Concilio Plenario de
Venezuela que exige que “en el campo de la formación será preciso promover la
actualización de obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas y
especialmente laicos en la Doctrina Social de la Iglesia”[4],
exigiendo que se cumpla la norma de que “las Universidades Católicas, los
Seminarios y Centros de Religiosos, Religiosas y Laicos crearán cátedras
específicas sobre Doctrina Social de la Iglesia”[5].
Un centro de estudios
constituye un movimiento de avance y crecimiento. En nuestro caso, un
movimiento de estudios, de investigación y de formación. Un espacio que brinda
nuestra Arquidiócesis a través de la Universidad a sus profesores y
estudiantes, a sus investigadores, a los agentes de pastoral y a los laicos en
general. También a seminaristas y sacerdotes, para encontrar en la Doctrina
Social de la Iglesia, como lo hemos señalado, “los principios de reflexión, los
criterios de juicio y las directrices de acción como base para promover un
humanismo integral y solidario. Difundir esta doctrina constituye, por tanto,
una verdadera prioridad pastoral, para que las personas, iluminadas por ella,
sean capaces de interpretar la realidad de hoy y de buscar caminos apropiados
para la acción”[6].
Un centro de estudios significa
también personas en relación, que trabajan en equipo, reunidos en la fe
cristiana que inspira una acción a favor de la formación de una nueva sociedad,
en comunión con la Iglesia Católica que nos brinda este Magisterio Social, que
nos convoca a la acción académica y pastoral. Específicamente, nuestro Centro
de Estudios lo forman sacerdotes y profesionales de diversas disciplinas en nuestra
Universidad Católica Cecilio acosta, y en toda la Arquidiócesis, como el “Foro
Eclesial de Laicos” y el Equipo Parroquial “DSI Padre Claret” de la Parroquia
el Claret. Todos ellos con una sólida vivencia y formación cristiana que han
configurado su existencia histórica bajo los valores humanos contenidos en la
Doctrina Social de la Iglesia.
Un centro de estudios
sobre la doctrina de la Iglesia tiene una motivación que lo dinamiza, que le da
sentido y lo impulsa al trabajo. Para no irnos muy lejos, encontramos nuestra
motivación, fundamentalmente, en la Iglesia Venezolana en Concilio Plenario.
Los dieciséis documentos nos hablan de una Iglesia encarnada en nuestra realidad
venezolana del siglo XXI, con graves desafíos que inspiran el estudio y la
investigación, para el compromiso social desde nuestra fe cristiana.
En el documento “La contribución de la Iglesia a
la gestación de una Nueva Sociedad” (CIGNS), el Concilio Plenario de Venezuela
(CPV), clausurado solemnemente el 7 de octubre de 2006, nos presenta un extraordinario
análisis histórico y pastoral, sobre nuestra situación en los ámbitos económico,
social, político y cultural que desafía nuestra inteligencia de fe cristiana.
Y, aún cuando se observan realidades muy crudas, las que vivimos actualmente,
después de una década, y que muestra un
irracional y total deterioro de nuestro país, en todos los ámbitos señalados.
Realidad que hace más urgente nuestra respuesta desde la academia y la
pastoral. Hoy, este Centro de Estudios adquiere mayor importancia.
El año 2011, asistimos en Bogotá (Colombia) a la
presentación de una guía del profesor sobre la “enseñanza de la Doctrina Social
de la Iglesia en la Universidad” publicada por el Consejo Episcopal Latinoamericano
(CELAM), con el patrocinio de la Fundación Konrad Adenauer. Esta obra es
realizada por la Fundación Pablo VI de la Pontificia Universidad Católica de
Salamanca (España). Esta presentación se celebró en el marco de un Curso Básico
organizado por el CELAM, la Organización de Universidades Católicas de América
Latina (ODUCAL) y la Fundación Konrad Adenauer, donde participamos
representantes de veintiocho universidades católicas latinoamericanas. Por
Venezuela asistieron el Padre Luis Ugalde de la Universidad Católica Andrés
Bello de Caracas (UCAB) y el Padre Andrés Bravo de la Universidad Católica
Cecilio Acosta de nuestra Arquidiócesis.
Me refiero a este importante evento eclesial por
la significación magisterial de donde se puede tomar ideas para nuestro
proyecto. Especialmente, fue muy iluminadora la ponencia de Mons. Mario Toso, Secretario
del Pontificio Consejo Justicia y Paz. Comenzó ofreciéndonos un gran desafío
tomado de un informe del Departamento de Justicia y Solidaridad del CELAM que
se presentó en la XXXIII Asamblea Ordinaria en el año 2011. Permítanos
referirnos a varias ideas presentadas en esta magistral ponencia, en pro de lo
que estamos presentando.
Dice Mons. Toso: “Se señala en el mismo informe
que la búsqueda de la nueva evangelización de lo social, desde la luz del
documento de Aparecida y de la encíclica Caritas
in veritate han conducido al Departamento de Justicia y Solidaridad a
procurar abordar los nuevos desafíos con la riqueza del Evangelio y de la
Doctrina Social de la Iglesia, recogiendo el compromiso de los cristianos a
favor del desarrollo humano integral y solidario y de la búsqueda del humanismo
nuevo”. Esto nos hace gestionar una relación cada vez más estrecha, de cooperación
mutua con este departamento del CELAM, cuyo secretario ejecutivo es uno de
nuestros profesores de la Universidad Católica Cecilio Acosta, Elvy Monzant,
uno de nuestros mejores colaboradores de este Centro de Estudios. Compartimos,
pues, los compromisos del proyecto pastoral más querido del papa Juan Pablo II,
la nueva evangelización. Trabajaremos específicamente en este concepto de
“Nueva Evangelización de lo Social”, reconociendo el lugar de la Doctrina Social
de la Iglesia en la acción evangelizadora y proyectando sus conclusiones en la
pastoral social de nuestra Arquidiócesis.
También señala la ponencia, algo que define el
propósito de nuestro Centro de Estudios, que la doctrina social debe ser
incorporada en la formación integral y permanente de los fieles. Pues, esto nos
inquietó enormemente, Mons. Toso recoge un grave dato de la Pastoral
Social-Caritas del CELAM, que dice: “El 80% de las personas que estaban
vinculadas a estas instituciones no habían recibido preparación en este campo.
Habían sido contratados como especialistas o técnicos en algunos campos del
desarrollo social, o en cargos secretariales, pero sin haber tenido una mínima inducción
en los temas centrales de la Doctrina Social de la Iglesia”. Esto exige de
parte del Centro de Estudios una mayor y efectiva relación con nuestra Pastoral
Social-Caritas de Maracaibo y, si se nos permiten, de Venezuela.
Una idea más que de esta ponencia tomaremos para
el Centro de Estudios. Se trata de hacer a todos los creyentes sujetos de la Doctrina
Social de la Iglesia. Porque ésta doctrina “no es una cosa que nos viene
impuesta desde el exterior. Es vocación y compromiso que surgen de nuestro
ser-en-Cristo. Es responsabilidad de todos, no sólo de algunos… Es deber-derecho
de cada creyente y de las comunidades eclesiales, de los movimientos y de las
asociaciones, de las escuelas y de las universidades católicas. Precisamente
porque la doctrina social no es una peculiaridad de unos pocos, ninguno puede
reservarse su exclusividad. Todos la poseen in
nuce y, por tanto, son capaces de ser de ella sujetos activos y
responsables”.
Todo esto nos exige salir al encuentro de los
cristianos, buscarlos donde estén, para servirles. Este es el sentido y la
naturaleza de los Equipos de DSI Parroquiales, tomando como modelo el Equipo
DSI Padre Claret. La relación con las parroquias y comunidades cristianas, con
grupos y movimientos de apostolado seglar, especialmente, la relación con el
Consejo Arquidiocesano de Laicos, es fundamental. Igualmente, debemos estar
presentes en las escuelas e instituciones católicas de nuestra Iglesia Local.
A todos les ofreceremos, con el indiscutible alto
nivel académico que siempre ha caracterizado a nuestra Católica de Maracaibo,
la UNICA, cursos y talleres, ciclos de estudios, líneas de investigación,
diplomados, sobre las principales cuestiones de la sociedad y los diversos
temas de la Doctrina Social. Además, debemos anunciarlo desde ya, estamos
realizando el proyecto de postgrado en teología, una maestría o especialidad en
Doctrina Social de la Iglesia, esperando mejores oportunidades para el avance
de nuestros estudios. Esta
Maestría se presentará como estudios especializados de post-grado del programa
de teología de nuestra Facultad de Filosofía y Teología, con los siguientes
elementos elaborados hasta ahora:
· Descripción sinóptica del programa: Se
señala el propósito y las razones que hacen necesarios estos estudios de
postgrado, con la trayectoria histórica del tema central.
· Se tienen los datos generales y la
identificación de la Institución que la propone.
· Se tiene la planilla de los datos del
Coordinador de la Maestría que el Consejo de Facultad nombre. En esa espera, se
tiene listo para consignar su currículo.
· Se tiene la Justificación expresada en
estos términos: “La Universidad Católica Cecilio Acosta, desde su Programa de
Teología, adscrito a la Facultad de Filosofía y Teología, en búsqueda de una
cada vez mayor pertinencia social en la Venezuela contemporánea, ha diseñado la
Maestría en Teología, mención Doctrina Social de la Iglesia. Es una propuesta
presentada como un movimiento hacia la asunción de un mayor compromiso social
en perspectiva humanista y cristiana. Consciente de que el estudio de la
Doctrina Social de la Iglesia no es sólo aggiornamento
intelectual o cognitivo, sino más bien una concreción de la pertinencia social
de la UNICA y de su corresponsabilidad en la construcción del bien común, desde
la opción preferencial por los pobres, asumida por la Iglesia Latinoamericana y
ratificada por el Concilio Plenario de Venezuela”.
· Se tienen las características del
programa: sus tres objetivos generales, sus objetivos específicos, la nota
donde se garantiza el uso de las tecnologías de información y comunicación, los
criterios de selección, requisitos de ingreso, requisitos de permanencia, requisitos
de egreso, los créditos estipulados para la obtención del grado y el plan de
estudio.
· Se tiene el programa listo con el
número de semestres, los ejes académicos y las asignaturas con sus números de
créditos.
· Se tiene el plan de estudio con las siete
asignaturas obligatorias y las catorces asignaturas electivas. Se han señalado
los profesores (Se espera por los currículos).
· Se tiene la distribución de las
unidades curriculares por eje: Tablas de unidades con sus ejes, asignaturas,
números de horas y de créditos.
· Se tiene el pensum de estudio:
Desarrollo histórico de la Doctrina Social de la Iglesia. Metodología de la
investigación. Familia y Sociedad. Fundamentos teológicos. Seminario de
investigación. La política. La cultura. Seminario de grado. Trabajo de grado.
Tres electivas.
·
Se
tiene las normas de tutoría y el reglamento interno para la evaluación de la
tesis o trabajo de grado.
Así pues, estamos avanzando en este
proyecto que pronto presentaremos al Consejo de Facultad para ser estudiado y
aprobado, organismo al que corresponde presentardo al Consejo Universitario y
seguir los pasos correspondientes para poderlo ofrecer a los interesados. El
Señor, con la ayuda intercesora de nuestro patrono san Alberto Hurtado, nos
dará el final triunfo.
Permítanos, para finalizar esta
presentación, transmitirle este excelente texto tomado de la citada ponencia de
Mons. Mario Toso, secretario del Pontificio Consejo Justicia y Paz, donde habla
de la responsabilidad de las instituciones universitarias, basándose en la
Conferencia de Aparecida. En el texto que a continuación ofrecemos nos aclara
que la naturaleza propia de las Universidades Católicas es la de ser centro de
evangelización y lugar de encuentro del Evangelio de Jesús con la realidad
humana – la sociedad y sus culturas –, en el servicio de la verdad que libera,
aquí es donde este Centro Arquidiocesano de Estudios de Doctrina Social de la Iglesia de
la UNICA se ubica y brinda su más valiosa contribución. Es texto es este:
“De las instituciones educativas y más
específicamente de las Universidades el Episcopado Latinoamericano ha
reconocido particulares responsabilidades. Ellas están llamadas de modo
específico y según su propia naturaleza a cumplir con sus específicas
responsabilidades evangélicas. La Universidad Católica que es reconocida como
una importante ayuda a la Iglesia en su misión evangelizadora, está llamada a
ofrecer una formación desde la fe, formando a las personas que en ella
participan, la conciencia de la dignidad trascendental de la persona humana.
Una particular tarea que le es reconocida, es la
de promover el diálogo entre fe y razón, entre la fe y la cultura, así como la
promoción de la formación de profesores, alumnos y todos sus miembros, a través
de la doctrina social y la moral de la Iglesia, en orden a un responsable y
solidario compromiso con la dignidad humana y con la comunidad, testimoniando
la novedad profética del cristianismo en cada sociedad.
Finalmente, podemos recordar el llamado que el
Documento de Aparecida dirige a las Universidades Católicas de convertirse en
espacios de gestación del humanismo nuevo que nace del pensamiento católico. A
la luz de las importantes tareas confiadas a las Universidades Católicas se
advierte la importancia de la enseñanza de la Doctrina Social de la Iglesia en
ellas”.
[1] Congregación para la Educación Católica, Orientaciones para el
Estudio de la Doctrina Social de la Iglesia, PPC, Madrid 1995. (Este documento
eclesial fue promulgado el 30 de diciembre de 1988. Para este trabajo se dita así:
Orientaciones DSI).
[2] Pontificio Consejo “Justicia y Paz”, Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, Consejo Episcopal
Latinoamericano (CELAM), Bogotá 2005. (Este documento eclesial fue promulgado
el 30 de diciembre de 1988. Para este trabajo se cita así: Compendio DSI). Cf. Compendio
DSI 7.
[3] Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución
Pastoral sobre la Iglesia en el Mundo Actual Gaudium et spes. (La versión
de los documentos del Vaticano II es tomado de de la edición bilingüe promovida
por la Conferencia Episcopal Española, Ed. B.A.C., Madrid 2004. Los documentos
son citados por las siglas de esta edición). GS29.
[4] Concilio Plenario de Venezuela, Contribución de la Iglesia en la
Gestación de una Nueva Sociedad, CIGNS 133.
[5] CIGNS 1171.
[6] Compendio DSI 7.