Profesor de la UNICA
Reflexión Semanal
23
Un disparo a la Eternidad
Domingo de la Ascensión del Señor
A propósito de
la fiesta de la Ascensión de Jesús a la casa del Padre, evento que marca la
culminación de su ministerio histórico y comienzo de la misión de sus
seguidores, me he motivado a reflexionar sobre el sentido de la historia. Buscando
apoyo, me encontré con una meditación personal del padre Alberto Hurtado donde
afirma que su vida es un disparo a la eternidad. He ahí, pues, el sentido de la
historia: la visión trascendente de nuestra existencia o, como lo diría el
santo Sacerdote, la visión eterna de la vida.
Este
Sacerdote Chileno, canonizado en el 2005 por el Papa Benedicto XVI y proclamado
Patrono de la Universidad Católica Cecilio Acosta (UNICA) por Mons. Santana,
hizo de su historia un camino dinámico de entrega en el amor a Jesús en los
pobres, asumiendo grandes compromisos sociales que lo proyectó como un disparo
hacia la eternidad. Si su mirada hacia el horizonte de su existencia es la
eternidad, la trascendencia de este mundo hacia la Casa del Padre Dios,
entonces su peregrinación no pudo ser la pasividad, la instalación, el estar
arrojado al mundo en espera del fin.
Como
él, en el ejercicio de la libertad, nosotros orientamos nuestra historia. El
Evangelio de Jesús es una propuesta que se acoge con libertad, respondiendo a
Dios quien nos ama primero. Jesús nos llama a darle un sentido eterno a nuestro
peregrinar por el mundo y nos da al Espíritu Santo para dinamizar nuestra
existencia hacia la realización de nuestra vocación a ser eterno. En este
sentido el padre Hurtado es claro al desafiarnos: “Uno es santo o burgués,
según comprenda o no esta visión de eternidad. El burgués es el instalado en el
mundo, para quien su vida sólo está aquí. Todo lo mira en función del placer.
La vida para él es un limón que hay que exprimir hasta la última gota; una
colilla de cigarro que se fuma con fruición, sin pensar que luego quedará
reducido a una colilla; un árbol cuyas flores hay que cortar pronto… Burguesa
es la mentalidad opuesta en todo al cristianismo: es resolver los problemas con
sólo el criterio del tiempo. ¡Aprovecha el día! Goza, goza”.
Por
el contrario, estamos llamados a construir el reino que es eterno, mientras
existimos en el mundo. De ahí que toda vivencia de valores y virtudes, toda
opción libre por el bien en el amor, nos proyecta hacia la eternidad. Para ser
eterno, nos enseña Jesús, debemos entregarnos por su causa, asumir la cruz y
gozar de su victoria ante la muerte. Aquel que entiende así su historia no le
tiene miedo a la aventura de la fe, a la lucha liberadora, a vivir la esperanza
en acción y a asumir los sacrificios del conflicto producidos por la ruptura
constante de una existencia cómoda, resignada y cobarde. Así es muy difícil ser
oprimido u oprimir. Por eso, los regímenes totalitarios suelen justificarse con
ideologías materialistas.
Esto
no es una idea abstracta de la vida. Hoy podemos reflexionar sobre el sentido
eterno de la historia presentando modelos significativos. Hace dos mil años
nació un hombre llamado Pablo quien, desde su vida combativa en la fe de Jesús,
nos recomienda aún a mantenernos firmes, revestirnos de la verdad y protegernos
con la rectitud; estar listos a anunciar y vivir el mensaje de paz; que la fe
sea el escudo que nos libre de las flechas encendidas de la maldad (cf. Efesios
6,14ss.). Él ha vivido como ciudadano del cielo (visión eterna de la
existencia), por eso tiene autoridad para exigirnos mantenernos firmes en la fe
(cf. Filipenses 3, 17-4,1), para luchar contra el mal a fuerza de bien.
La
historia recuerda a los tiranos, sus destrucciones, sus maldades, y… también
sus derrotas. Pero, aun seguimos a personas cuyas vidas son inmortales. Sus
existencias son eternas, así vivieron: un disparo a la eternidad. El sentido
eterno que le dieron a su historia sigue activo. Por eso, Francisco de Asís aun
sigue generando asombro, convenciéndonos de la posibilidad de un ideal
cristiano, de despojarse totalmente para ser libre en la entrega. Están vivas
en la memoria de la humanidad personas que no se detuvieron ante las
adversidades, sino que siguen construyendo sus sueños porque su existencia es
eterna. El Pastor bautista Martín Luther King proyectó su historia sin
abandonar su sueño: “He tenido un sueño de que llegará un día en que mis cuatro
hijos vivirán en una nación en que no serán juzgados por el color de la piel,
sino por el valor de su misma persona”. Igual Gandhi por la liberación y la
dignidad de la India fue capaz de grandes sacrificios. Proyectó su existencia
convencido del triunfo de la justicia. Oscar Arnulfo Romero sigue predicando
contra la tiranía de los dictadores latinoamericanos. La Madre Teresa de
Calcuta vive para aliviar el dolor de los pobres, víctimas del pecado de los
seres mezquinos que reducen la vida en la ambición del tener, poder y placer.
Personalmente
desearíamos acoger con libertad el mensaje del Patrono de la UNICA cuando se
preparaba a pasar a la eternidad: “Al partir, volviendo a mi Padre Dios, me
permito confiarles un último anhelo: el de que se trabaje a crear un clima de
verdadero amor y respeto, porque el pobre es Cristo”.
Maracaibo,
17 de mayo de 2015
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