domingo, 23 de junio de 2013

COMUNICADO DE LA COMISIÓN EPISCOPAL DE JUVENTUD Y PASTORAL UNIVERSITARIA DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL VENEZOLANA SOBRE EL ACTUAL CONFLICTO UNIVERSITARIO

“Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán hijos de Dios” (Mt 5,9)
Los Obispos de la Comisión Episcopal de Juventud y Pastoral Universitaria hacemos de su conocimiento a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, especialmente a los que han hecho y hacen vida hoy en nuestras universidades venezolanas, el siguiente comunicado:
1.      La Universidad venezolana a lo largo de su historia ha sido un baluarte para el desarrollo humano y social del país. Hoy esta institución pide ser escuchada por el Estado, el Gobierno Nacional y la Sociedad entera debido a la situación de conflictividad creada por el marcado deterioro de las condiciones laborales de su personal, así como los precarios beneficios estudiantiles; el inadecuado funcionamiento de las instalaciones, la escasez y falta de recursos necesarios para ofrecer una educación de excelencia y una investigación acorde a las exigencias actuales. Estas realidades afectan en sus condiciones de vida a los profesionales de la educación universitaria, a los estudiantes y a los trabajadores de nuestras instituciones universitarias, poniendo en grave riesgo el futuro de la universidad, lugar por excelencia de formación y generación de conocimientos para el bien de toda la sociedad.
2.       Esta conflictividad ha mostrado diversos rostros: la exigencia del reconocimiento gremial universitario por parte de las autoridades nacionales para un diálogo en equidad de condiciones y la necesidad de escuchar al mundo estudiantil en sus peticiones para una formación profesional de calidad. La falta de entendimiento y de diálogo han llevado a asumir posturas de desencuentro, cuyas acciones han ido desde protestas en lugares públicos hasta la radicalidad de la huelga de hambre de un considerable número de estudiantes y algunos docentes. Lamentablemente, algunos estudiantes han escogido espacios no propicios para estas acciones, los extraterritoriales dados por un reconocimiento internacional de un Estado, como ha sucedido en la Nunciatura Apostólica, que, aunque se siente preocupada por el conflicto, no está directamente involucrada en él.
3.      Lamentamos las acciones de algunos grupos violentos que quieren paralizar las reivindicaciones de docentes y estudiantes universitarios. Rechazamos la destrucción de bienes patrimoniales universitarios, las agresiones a estudiantes y el uso de armas de fuego en recintos universitarios que agravan más la tensión que se vive actualmente. La violencia no favorece ni al gobierno nacional ni a la universidad. Exigimos a los organismos de seguridad que cumplan su misión en el resguardo de la paz y la convivencia pacífica.
4.      “Como ciudadanos venezolanos y pastores de la Iglesia“…reiteramos nuestro vivo llamado a (…) que nos reconozcamos unos a otros como conciudadanos en igualdad de derechos, y recuperemos la capacidad de diálogo y encuentro, superando lo que nos divide” (CEV. 14-04-2013). Es urgente abrir espacios donde se dé un diálogo sincero y real para la solución inmediata de los conflictos planteados. Expresamos nuestra voluntad de colaborar en el establecimiento de esos canales de diálogo.
5.      Estamos convencidos que es importante que en el diálogo prevalezca la conciencia del momento histórico que está viviendo el país, y el reconocimiento y aceptación de la pluralidad y autonomía de pensamiento –característica genuina de las universidades -, para que haya un decidido compromiso del Estado, del Gobierno Nacional y de la Sociedad Civil con la educación, deponiendo intereses parciales y pensando en el daño gravísimo que se le hace a toda la sociedad si no se revierte positivamente este conflicto universitario. Es necesario, por tanto, que el diálogo sea incluyente y que reconozca todos los sectores involucrados en el conflicto
6.      Hacemos un llamado al pueblo venezolano, al Gobierno Nacional y a las instituciones universitarias, a trabajar juntos en la consolidación de una universidad a la altura de las exigencias de nuestro país y del mundo actual, asumiendo la pluralidad de propuestas y los valores éticos, respetando su talante democrático y autónomo, su rica diversidad de pensamiento y su inalienable compromiso con el bien común, considerando su gran aporte para la solución de los problemas de los excluidos y desfavorecidos.
7.      Pedimos a nuestra Patrona, la Virgen de Coromoto, que nos siga acompañando a todos y en especial a aquellos que, por vocación, consagran su vida a la universidad.
Viernes 21 de junio de 2013
Los Obispos de la Comisión de Juventud y Pastoral Universitaria de la CEV

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