martes, 26 de enero de 2010

JUSTICIA Y VERDAD, CAMINOS PARA LA RECONCILIACIÓN Y LA PAZ

COMUNICADO
XCIII Asamblea Plenaria Ordinaria del Episcopado Venezolano

1. Los Arzobispos y Obispos de Venezuela, reunidos en nuestra XCIII Asamblea Ordinaria, saludamos a todos los venezolanos al comienzo del nuevo año y deseamos que Cristo se haga presente en sus corazones y en los nuestros para que nos dirija al encuentro del Padre y del Espíritu. Reciban nuestra palabra de aliento para seguir viviendo el mensaje central del Evangelio: Amar a Dios y amar al prójimo. En el cumplimiento de nuestro ministerio episcopal, queremos compartir con todos los venezolanos y venezolanas algunas reflexiones sobre la situación actual de nuestro país y sobre cómo responder a sus desafíos.

I. UNA MIRADA A NUESTRA REALIDAD

2. Comprobamos que nuestra patria vive una problemática social, política y económica que evidencia un alejamiento de Dios y un desconocimiento del mensaje de Jesucristo que urge a vivir en solidaridad fraterna. Es preocupante que, además, se pretenda manipular la persona de Jesucristo y su mensaje, tomándolo como un simple personaje revolucionario.
3. Se promueve un profundo antagonismo entre los venezolanos, en el que las posiciones personales y grupales se distanciarían cada vez más. Hemos escuchado declaraciones públicas directas de rechazo al diálogo y a la reconciliación, de fomento del odio y del enfrentamiento. Esta actitud es inaceptable, por cuanto no es cristiana y es ajena al espíritu democrático.
4. Nos preocupan altamente actuaciones y declaraciones de representantes del Gobierno que atentan contra el espíritu democrático y que ponen al descubierto una pretensión totalitaria. Entre ellas, la aprobación de leyes, de manera inconsulta y apresurada, fuera de los criterios constitucionales y al margen de la voluntad popular expresada en el Referéndum de diciembre del 2007, y la desvalorización de la autonomía de los poderes del Estado. Se hace referencia a un “nuevo constitucionalismo” y a la necesidad de desmontar el Estado actual para instaurar un “Estado Comunal”, con la aprobación de la Ley orgánica del Poder Comunal. Incluso se ha llegado a alabar a quienes, con su labor de gobierno regional y municipal, contribuirían a “desbaratar” las Gobernaciones y Alcaldías.
5. Es creciente la convicción de la poca transparencia en el uso de los dineros públicos, que se manifiesta en la crisis bancaria, los escándalos financieros que han salido a la luz pública y los sorprendentes enriquecimientos de personas particulares. La Iglesia, fiel a su misión, recuerda los mandamientos “No Robarás” (Dt 5,19) y “No codiciarás los bienes ajenos” (Dt 5,21). El robo es, en efecto, una inmoralidad, sea de la delincuencia común desatada sea de los llamados “delincuentes de cuello blanco”. Asimismo, nos hacemos eco de la preocupación que ha surgido en nuestra población, por las negativas consecuencias que pudiera traer la reciente devaluación de la moneda decidida por el ejecutivo.
6. La vida se ha considerado siempre como el derecho primero y fundamental del hombre. Observamos con preocupación el incremento del desprecio a ella en nuestra sociedad: aumento de la violencia, de la inseguridad y de la criminalidad, del secuestro y del sicariato, del consumo y tráfico de drogas, y de los asesinatos hasta por motivos banales. Este desprecio a la vida se manifiesta también cuando se hacen llamados a la guerra, ignorando las trágicas consecuencias que ello acarrearía y afectando gravemente la paz en las familias y en la población, especialmente las ubicadas en las fronteras.
7. Un número significativo de venezolanos se abstiene de manifestar abiertamente sus convicciones políticas por el temor a las represalias, a las heridas a su dignidad con insultos y difamaciones, a los atropellos a su propiedad y a los medios de producción privados, a la falta de imparcialidad, a la politización y a la manipulación de la justicia, y a la persecución y el peligro de cárcel por la expresión de su disidencia. La Iglesia, fiel a su tradición, muy claramente expresada desde 1957, con la publicación de la Carta Pastoral de Mons. Rafael Arias Blanco, Arzobispo de Caracas, acompaña a todos los perseguidos y presos políticos, a los exiliados y a los inhabilitados, para velar por su dignidad y la defensa de sus derechos, de lo cual en otros momentos han sido beneficiados muchos venezolanos, incluso algunos de los actuales dirigentes del país.

II. CRITERIOS NECESARIOS

8. “El amor es una fuerza extraordinaria que mueve a las personas a comprometerse con valentía y generosidad en el campo de la justicia y de la paz… Defender la verdad, proponerla con humildad y convicción y testimoniarla en la vida son formas exigentes e insustituibles de caridad” (Benedicto XVI, Carta Encíclica Caritas in Veritate, 1). En nuestra situación actual como país que busca la paz y la convivencia armónica, es indispensable la práctica de la verdad desde el amor. La Iglesia promueve el crecimiento integral del hombre como consecuencia de la proclamación del mandamiento del amor (Cfr. Pablo VI, Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi, 29) (Cfr. Concilio Plenario de Venezuela, Contribución de la Iglesia a la Gestación de una Nueva Sociedad, 80).
9. La fe de los cristianos debe tener una manifestación clara, no sólo en el encuentro íntimo y fecundo con Jesucristo, en la convicción de que Él es el Salvador y el Redentor del hombre y del mundo, sino también en el encuentro caritativo y solidario con el hermano y sus necesidades. El mismo Jesucristo nos enseña cómo obrar, cuando lo hace en la curación del paralítico (cfr. Mt 9,2-8) y en la multiplicación de los panes y los peces (cfr. Jn 6,3-14), entre otros ejemplos. Se hace necesario que convirtamos nuestras vidas en fidelidad a Dios y a su mensaje para alcanzar una mejor convivencia social en la que vivamos la verdad de la fraternidad cristiana, basada en la práctica del amor (Cfr. Concilio Plenario de Venezuela, Contribución de la Iglesia a la Gestación de una Nueva Sociedad, 90). Este es uno de los frutos que esperamos de la Misión Continental Evangelizadora, en la que está empeñada actualmente la Iglesia en Venezuela.
10. La construcción de la nueva sociedad no recae sólo sobre quienes detentan alguna autoridad o tienen poder de decisión. La responsabilidad de éstos es mayor. Sin embargo, todos los ciudadanos podemos y debemos colaborar en la construcción de una sociedad más humana y fraterna. Cada uno en su propio ámbito (familia, trabajo, vecinos, diversión…) es constructor de la civilización del amor, en la que se vivirá la justicia, la verdad, el desarrollo y la paz.
11. No se puede pretender que en esta construcción se establezcan como únicos criterios válidos los que pertenecen a un grupo específico, sea éste mayoritario o no. La búsqueda de consensos y de acuerdos excluye totalmente la imposición de un grupo sobre otro. Esto último generaría una situación de tensión que provocaría una violencia que nadie desea.
12. En orden a lograr un acercamiento efectivo y afectivo entre los venezolanos, consideramos fundamental tender a la búsqueda del diálogo fecundo y enriquecedor entre todos. Buscar como expresión de nuestra fe coherente en Cristo, caminos de reconciliación y de unión, nunca en función de ideologías, sino como apertura al otro, fruto del amor de Dios. Perdonar sinceramente, exigir lo justo y comprender, son manifestaciones de nuestro amor a la verdad y al diálogo.

III. PROPUESTAS CONCRETAS

13. Los Obispos consideramos que es esencial promover la vivencia de los principios y valores cristianos que han caracterizado tradicionalmente la vida de la inmensa mayoría de los venezolanos. Para ello, invitamos a fomentar el encuentro con Cristo vivo y resucitado. El que conoce y ama a Jesucristo, abre su corazón a los demás, pues sólo el amor en la verdad es fuente de verdadero desarrollo. Animamos a vivir con mayor imaginación y creatividad el ejercicio de la caridad (cfr. Juan Pablo II, Novo Millennio Ineunte, 50), y la invitación de Jesucristo a hacer nuestras las Bienaventuranzas a través de diversas iniciativas, en particular en la atención a los necesitados, los pobres, los enfermos, los niños y los ancianos. Asimismo, a conocer y vivir las verdades básicas de nuestra fe, que contienen los fundamentos del desarrollo humano, a orar personal y comunitariamente, a meditar con frecuencia la Palabra de Dios y, de manera especial, a participar activamente en la Eucaristía dominical.
14. Insistimos en la necesidad del diálogo como único camino para solucionar los desencuentros. Se debe saber argumentar para convencer y no imponer. Las posibilidades pueden ser muchas, pero las decisiones deben estar fundamentadas en la búsqueda del bien común y en la promoción del hombre y de su desarrollo. El ser humano, su promoción y su dignidad, el respeto a sus derechos y a su trascendencia, debe estar en el centro de todos los esfuerzos. La búsqueda de la paz y del desarrollo integral del hombre deben ser criterios básicos para establecer el diálogo. Invitamos a todos los partidos políticos a superar las tensiones internas, a un diálogo constructivo que apunte a la búsqueda de caminos de solución a los problemas nacionales y a acompañar a la sociedad civil en sus luchas y exigencias.
15. Solicitamos a los responsables del Gobierno nacional acatamiento a las decisiones tomadas por la población en el Referéndum de diciembre de 2007. En él, los habitantes expresaron su rechazo a la propuesta de Reforma Constitucional. La aprobación de leyes que van en contra de lo que la población expresó la consideramos como un irrespeto a la voluntad democrática de los ciudadanos. Invitamos a todos los que ejercen funciones de gobierno, a respetar la estructura democrática del Estado, promoviendo la autonomía de los poderes y el auténtico estado de justicia y de derecho. Sólo así será legítima la acción del Gobierno.
16. Es necesario enfrentar el problema de la corrupción con mayor determinación. Por ello, invitamos al Gobierno al ejercicio de una eficaz contraloría en el uso de los dineros públicos, que se fundamente más en criterios técnicos que políticos, de manera de evitar su pérdida y su mal uso, en detrimento de la riqueza del Estado y de la aplicación de esos fondos para la solución de los graves problemas sociales que nos aquejan. No es suficiente el castigo ejemplar de algunos que han caído en este delito, sino que es necesario impedirlo. Igualmente animamos a todos los ciudadanos a rechazar la codicia, la avaricia, el consumismo y el afán desmedido de placer y, en consecuencia, a respetar los bienes que compartimos, y no pretender aprovecharse abusivamente de ellos. Recordamos que la dignidad humana se fundamenta sobre todo en lo que somos y no en lo que tenemos: somos hijos de Dios y nuestra gran riqueza está, en primer lugar, en vivir como cristianos.
17. Exhortamos a todos a fomentar el amor y el respeto reverente por la vida en todas sus etapas, como manifestación del sincero amor a Dios y a los demás. Toda persona tiene derecho a la buena fama, al respeto a sus bienes y a la protección de su intimidad. Asimismo, solicitamos a las autoridades competentes el diseño de políticas y acciones efectivas que conduzcan a la erradicación de la violencia y de sus causas, a fin de ofrecer a la población una mayor seguridad. Los venezolanos merecemos vivir en un clima de serenidad que sea expresión de la armonía social. Consideramos necesario que se adelanten esfuerzos por eliminar el clima bélico, que ha producido tensión entre Colombia y Venezuela. Manifestamos nuestro total apoyo al empeño de los Presidentes de las Conferencias Episcopales de Ecuador, Colombia y Venezuela para buscar caminos de paz, concordia y reconciliación.
18. Alentamos a nuestros conciudadanos a mantener el espíritu cívico de amor a la patria, que se demuestre en la denuncia de las injusticias, en la exigencia de los derechos y en el cumplimiento de los deberes. Animamos a todos a adelantar con empeño y esperanza acciones constructivas para la búsqueda de una sociedad más justa y fraterna, en la expresión de las propias convicciones políticas, sin temor a posibles represalias, y a tolerar las diversas formas de pensar. Solicitamos a las autoridades actuar con justicia siguiendo el debido proceso, aplicar con mesura y objetividad las penas judiciales, y otorgar medidas de gracia para aquellos prisioneros y perseguidos por sus convicciones políticas, tal como fue solicitado y concedido en el año 1994. Esto representaría una muestra de magnanimidad, buena voluntad y deseos de reconciliación.
19. Es necesario el respeto reverente de la dignidad de la persona humana y la promoción de sus derechos y obligaciones, los cuales no deben ser jamás atropellados, por cuanto la persona está en el centro de todas las consideraciones, y por tanto, por encima de cualquier institución, incluida el Estado. Animamos a las organizaciones de defensa de los derechos humanos a mantener un espíritu vigilante y promotor de los mismos. Invitamos a quienes ejercen el poder a respetar los tratados internacionales suscritos en esta materia y cualquier expresión que sea ejercicio de algún derecho humano. Deploramos los atropellos a los derechos humanos que se han producido en la prisión de la Jueza María Lourdes Afiuni, en el traslado forzoso del productor Franklin Brito, y en otros casos conocidos de la opinión pública.
20. Estamos nuevamente en un año electoral. Animamos a todos los venezolanos a acudir masivamente a elegir a los diputados que conformarán la nueva Asamblea Nacional, y a votar con libertad y conciencia. El Consejo Nacional Electoral debe estimular al voto y conservar su completa imparcialidad. En esto se basa la esencia democrática del árbitro electoral. Lo contrario sería una grave herida al ejercicio del voto como expresión cívica y a la confianza que la población deposita en él. La promoción de la abstención, podría implicar la poca preocupación por los problemas cotidianos y la falta de afecto al país, sería invitar a declararse indiferentes ante la posibilidad de expresarse que ofrece el voto y, a quienes la asuman irresponsablemente, les acarrearía una complicidad pasiva ante los problemas que nos aquejan.
21. Consideramos urgente una política de respeto al medio ambiente, que vaya en la línea del Mensaje de la Jornada Mundial de oración por la Paz, del 1 de enero de 2010, de Su Santidad Benedicto XVI: “Si quieres promover la Paz, protege la creación”. De esta manera, como ha sido tradicional en la Iglesia, se estaría asumiendo la responsabilidad del problema ecológico como algo que atañe a todos, y que nos afecta a todos. Existe un desarrollo que destruye la naturaleza. En Venezuela, ante la grave crisis energética que se está presentando, el llamado a ahorrar electricidad y otros sistemas de energía, debe ser tomado con espíritu de solidaridad pues todos los venezolanos tenemos que ser responsables en el uso común de estos bienes. Comprendemos que ciertas medidas que se han tomado son necesarias para asegurar el suministro de algunos servicios básicos, sin embargo, consideramos muy importante superar la falta de planificación y la improvisación que se han evidenciado en los últimos años para buscar soluciones estables, en orden a asegurar estos servicios a la población, tales como la producción nacional de alimentos y el suministro de electricidad y de agua.

IV. CONCLUSIÓN

22. Al hacer público este mensaje nos mueve la búsqueda del bien de Venezuela y de todos sus habitantes, y asumimos nuestro compromiso pastoral de caminar con todos, colaborando con nuestro mejor empeño, para alcanzar esta meta. Queremos mantener en el centro de todas nuestras atenciones a Jesucristo. Y poner a cada venezolano y a cada familia del país en la presencia del Señor. Colocamos todos estos propósitos en las manos de nuestra Madre María de Coromoto, que nos ha acompañado en toda la historia patria. Ella, como Madre amorosa, sabrá asumir estas inquietudes y presentarlas a su Hijo Jesús.

Con nuestra bendición,

Los Arzobispos y Obispos de Venezuela
Caracas, 12 de enero de 2010

jueves, 21 de enero de 2010

Yo soy marxista

De Andrés Bravo
Capellán de la UNICA
El Jefe del régimen dice que es “marxista”. Hasta ahora no se había atrevido a confesarlo. Ya, como dicen, se quitó los escapularios y medallas, como lo hiciese el dictador caribeño en sus mejores tiempos. Por ser marxista es comunista. Un mal comunista porque no es fiel a su “teoría” sino a lo que han sido las prácticas soviéticas y cubanas, entre otras tristes experiencias históricas ya fracasadas. Si se hubiese formado en la Universidad Obrera de París en la década de los treinta del siglo pasado, el profesor marxista Georges Polizar (1903-1942) le habría enseñado que “el marxismo está íntimamente ligado a una filosofía y a un método: los del materialismo dialéctico. Por ello es indispensable estudiar esa filosofía y ese método para comprender bien el marxismo y para refutar los argumentos de las teorías burguesas tanto como para emprender una lucha política eficaz”. Ya sabemos que el comandante “marxista” nació en la década de los cincuenta, no pudo asistir a tal Universidad y no tendría la oportunidad de leer el libro del joven profesor, entonces sí podría ser un marxista. “Sin teoría revolucionaria no hay movimiento revolucionario”, asegura Lenin (1870-1924), fundador de la URSS.
Cuando el comandante dice que es “marxista”, confiesa una gran deficiencia: no ha leído “El Capital” (1867, obra sobre economía política), principal obra de Karl Marx (1818-1883) y, por tanto, del marxismo. Sin embargo, “dice” haber leído “El Manifiesto Comunista” (1848) y nos invita a nosotros a leerlo. Tal manifiesto es obra tanto de Marx como de Friedrich Engels (1820-1895). Hay que tomar en serio la confesión del comandante porque es sumamente grave. Por un lado, los que votaron por él le eligieron en y para la democracia. Es una infidelidad cuando nos quiere imponer un régimen distinto, sólo porque él es “marxista”. Además de violar constantemente nuestra Constitución vigente, desea cambiarla. Está en juego la Patria.
Por nuestra parte, por haber cursado la carrera de filosofía, nos tocó estudiar el marxismo. Por tanto, ya a los dieciocho años nos habíamos leído el manifiesto que ha servido de programa teórico y práctico a los Partidos Comunistas. Hoy, ante esta tímida, miedosa e insegura confesión, incluso confusamente matizada con que también es “cristiano” (no nos extraña que en poco tiempo diga lo contrario), nos sería útil señalar las líneas fuertes del manifiesto para saber quién es el jefe del régimen.
¿Qué es ser marxista? De entrada, queremos profesar un gran respeto y admiración por los que siguen este sistema con autenticidad. Al ser auténticos, aunque a nuestro juicio estén equivocados, les debemos respeto y admiración. Con ellos se puede aprender mucho en un diálogo abierto. Por eso, si el comandante es “marxista” debe aprender las líneas de tal sistema y no actuar como siguiendo más bien al “Príncipe” (1513) de Nicolás Maquiavelo (1469-1527), o la ideología de la Seguridad Nacional que sostuvieron las crueles dictaduras militares de América Latina del siglo pasado.
Para el manifiesto, la historia es la lucha de clases, del proletariado oprimido que toma conciencia de clase y destruye a la burguesía opresora. La revolución es obra del proletariado obrero que se organiza en un fuerte movimiento para, con las luchas armadas, tomar posesión de los medios de producción, destruyendo así a la clase burguesa. Su utopía es la sociedad sin clases.
El manifiesto nos enseña, además, la relación del proletariado con los comunistas. Textualmente, el manifiesto señala el objetivo de los comunistas: “formar la conciencia de clase del proletariado, derrocar el régimen de la burguesía, llevar al proletariado a la conquista del poder”. Revolución comunista sin obreros y sí con militares, es por lo menos, históricamente raro. Junto a esta lucha está la abolición de la propiedad privada: “Así entendida, sí pueden los comunistas resumir su teoría en esa fórmula: abolición de la propiedad privada” (manifiesto). Pero, tales medios de producción y propiedad social supuestamente en manos de la clase obrera, en realidad es el Estado quien la regenta: “El proletariado se valdrá del poder para ir despojando paulatinamente a la burguesía de todo el capital, de todos los instrumentos de la producción, centralizándolos en manos del Estado, es decir, del proletariado organizado como clase gobernante, y procurando fomentar por todos los medios y con la mayor rapidez posible las energías productivas” (manifiesto).
Ahora bien, ¿cómo explica el marxismo su concepción materialista del hombre y su historia? El Profesor Politzer dice que se trata de una concepción científica. Concluye lo siguiente: la materia es la que produce el espíritu y, científicamente, no existe espíritu sin materia; la materia existe fuera de todo espíritu y no necesita espíritu para existir. Y, por último, no es Dios quien crea al hombre, es el hombre quien crea a Dios como reflejo de su insuficiencia, como lo ha afirmado Ludwig Feuerbach (1804-1872): “Originalmente Dios no es más que la otra mitad que le falta al hombre”. Por su parte, Engels afirma que “la religión nace de las concepciones limitadas del hombre”.
Para finalizar estos puntos, nos arriesgamos a dar las siguientes conclusiones: ser marxista es estar dispuesto al odio de clases, a destruir a los otros por ser de otras clases sociales; a concebir al ser humano, desde el pensamiento materialista, como producto de las leyes de los procesos económicos y sociales; a negar, por tanto, toda verdad trascendente; negar a Dios y abolir la religión por ser una especie de opio que adormece al pueblo y le frena su lucha liberadora. El proletariado al poder no es sino el partido comunista como Estado totalitario. Por eso, el verdadero dilema es elegir vivir en un sistema totalitario o en democracia.

martes, 12 de enero de 2010

La nobleza de la Persona humana

De: Andrés Bravo
Capellán de la UNICA
El valor más importante es la Persona humana. No se trata de una cosa entre las cosas. No se trata de un ser vivo entre los seres vivos. Ciertamente, el humano es materia contingente y corruptible. El primer libro de la Biblia nos indica que es creado del polvo de la tierra (humus es la tierra húmeda de la que proviene, en latín, la palabra humano). La Iglesia nos enseña que “no es lícito al hombre despreciar la vida corporal, sino que, por el contrario, tiene que considerar su cuerpo bueno y digno de honra, ya que ha sido creado por Dios y que ha de resucitar en el último día. Sin embargo, herido por el pecado, experimenta las rebeliones del cuerpo. Así pues, la propia dignidad del hombre pide que glorifique a Dios en su cuerpo y no permita que esté al servicio de las inclinaciones depravadas de su corazón” (Gaudium et spes 14, en adelante GS).
En la revelación podemos aprender que el cuerpo no es un objeto que tenemos, es constitutivo del humano. Es el ser humano en su dimensión cósmica. Somos cuerpo, no es que tenemos un cuerpo. El cuerpo humano nos hace presente en el mundo, no como arrojado sino como constitutivo del mundo.
Los monismos materialistas que ven al humano en su corporeidad como una simple cosa resultado de procesos y fuerzas del mundo, lo denuncia la Iglesia como deshumanización. Entre otras, la “visión determinista” que ve al hombre como víctima de fuerzas ocultas (hechicería, horóscopos). La “visión psicologísta”, haciendo víctima a la persona “del instinto fundamental erótico o como un simple mecanismo de respuesta a estímulos, carente de libertad” (pansexualismo, el machismo). La “visión economicista”, reduciendo a la persona a un “instrumento de producción y objeto de consumo” (el capitalismo y el comunismo fundamentan su doctrina y su praxis en esta visión materialista). La “visión estatista”, esta visión reduccionista de la persona humana es denunciada por la Iglesia Latinoamericana como la base de lo que se llamó la ideología de la “Seguridad Nacional”, sostén de las más crueles dictaduras militares: “pone al individuo al servicio ilimitado de la supuesta guerra total contra los conflictos culturales, sociales, políticos y económicos y, mediante ellos, contra la amenaza del comunismo”. Hoy pareciera que es el mismo comunismo quien utilizara dicha ideología. La realidad de Venezuela es un ejemplo real, no un guión de telenovela. Por último, la “visión cientísta”, la persona como producto de las leyes científicas y tecnológicas. Estas visiones reduccionistas se encuentran ampliadas en el documento de Puebla en su apartado: “la Verdad sobre el Hombre” (Puebla 304-339).
Pero el ser humano no es sólo cuerpo, es también alma. Ciertamente, la Persona humana es un ser individual. Cada uno posee su propia identidad. Eso es, cada ser es sólo idéntico a él mismo y, por tanto, distinto a los demás. Aun formando parte de un género, es individuo. Cuando me refiero a alguien debo identificarlo con su nombre propio. Esta individualidad puede ser expresada en su misma corporeidad. Sin embargo, la distinción fundamental del humano es que, entre todas las cosas que constituyen el cosmos, él tiene una superioridad. La Iglesia enseña lo que la Biblia le revela: “No se equivoca el hombre cuando se reconoce superior a las cosas corporales y no se considera sólo una partícula de la naturaleza o un elemento anónimo de la ciudad humana. Pues, en su interioridad, el hombre es superior al universo entero; retorna a esta profunda interioridad cuando vuelve a su corazón, donde Dios, que escruta los corazones, le aguarda y donde él mismo, bajo los ojos de Dios, decide sobre su propio destino. Por tanto, al reconocer en sí mismo un alma espiritual e inmortal, no se engaña con espejismo falaz procedente sólo de las condiciones físicas y sociales, sino que, por el contrario, alcanza la misma verdad profunda de la realidad” (GS 14).
El ser humano no es sólo individualidad. Sólo lo simplemente material puede ser individualizado. Pero, el ser humano es un misterio creado por Dios como una compleja unidad de cuerpo material y alma espiritual. No sólo materia, ni sólo espíritu. Podríamos decir que es un cuerpo espiritualizado o un alma encarnada. No es un cuerpo que posee un alma, ni un alma que posee un cuerpo. Es esa compleja unidad íntima que lo hace Persona humana. No es cosa ni es Dios. Aunque participa del mundo corpóreo y de la naturaleza divina. Es único, Persona humana. Ser en el mundo, pero como peregrino. Es trascendente, su destino es la eternidad. Aun más, es válido decir que pertenece al género animal, pero superior porque posee razón, es “un animal con razón”. Pero, la verdad es que su superioridad y trascendencia es porque Dios crea a la Persona humana a su “imagen y semejanza” (Gen 1, 27), capaz de conocer y amar a su Creador. Y, por eso, es señor de todo lo creado. Ahí, según la Iglesia, radica la dignidad de Persona humana.
Este misterio de la Persona humana, para el cristiano, es revelado en Jesucristo. Éste no sólo nos revela a Dios Padre, sino que también nos revela al hombre (GS 22). Si queremos conocer a la Persona humana debemos acercarnos y seguir a la tercera Persona divina encarnada en Jesús que es el Cristo. Él es la verdadera imagen del Dios invisible y la verdadera y auténtica verdad perfecta de la Persona humana. Jesucristo es el hombre como debe ser. Pero, aun más, al encarnarse, con el misterio pascual de su pasión, muerte y resurrección, nos une íntimamente a Él. De manera que, tal como Él es Hijo de Dios, todos, configurados a Él (cf. Rom 6,1ss.), somos hijos (cf. Gálata 3,26).
La Persona humana es la imagen de Dios e hijo del mismo Dios. Ahí su nobleza.

lunes, 11 de enero de 2010

Salutación de Mons. Ubaldo Santana en la instalación de la Nonagésima Tercera Asamblea de la CEV

Eminentísimo Señor Cardenal; Excmo. Mons. Pietro Parolin, Nuncio Apostólico de Su Santidad Benedicto XVI en Venezuela; Hermanos Arzobispos y Obispos activos y eméritos; distinguidos miembros de las Directivas de Confederación Venezolana de Religiosas y Religiosos (Conver), del Consejo Nacional de Laicos (CNL) y de la Asociación Venezolana de Educación Católica (AVEC); Señores Subsecretario General y demás Directores de Departamentos del Secretariado Permanente; Invitados especiales; representantes de los MCS

1. Bienvenidos sean todos a la nonagésima tercera asamblea ordinaria de la Conferencia Episcopal Venezolana que coincide felizmente con Navidad y Año nuevo, momento especial marcado por fiestas y acontecimientos espirituales profundamente arraigados en el corazón de la familia venezolana. Bendito sea Dios que nos ofrece la gracia de encontrarnos gozosamente con El en la persona de su Hijo Jesucristo, único camino que puede conducirnos a todos a la verdad completa y alcanzar la vida en abundancia (CF Jn 10,10).
2. Saludo en primer lugar al Excmo. Sr. Pietro Parolin, nuevo nuncio apostólico quien viene a hacer presente en nuestro país y en nuestras Iglesias al Santo Padre, Su Santidad el Papa Benedicto XVI. Sucede en este importante cargo a S.E.R. Mons. Giacinto Berloco, a quien recordamos con fraternal afecto y agradecimiento por el valioso servicio, no exento de dificultades, que les prestó tanto a nuestras Iglesias como a nuestra patria . Excelencia ¡Bienvenido! Sabemos que está estrenando con nosotros su cargo de nuncio apostólico y lleva aún fresca la fragancia de su reciente ordenación episcopal. Cuente con nuestro apoyo y solidaridad para hacerle llevadera y exitosa la misión que el Santo Padre le confía. Siéntase en su casa, tanto en el seno de este organismo episcopal como en todo el territorio nacional. A través de su persona, le expresamos al Santo Padre nuestra plena comunión eclesial y nuestra sincera adhesión a su magisterio.
3. En el transcurso del año pasado dos nuevos hermanos obispos se incorporaron a la Conferencia Episcopal: sus Excelencias Jorge Aníbal Quintero, del presbiterio de la diócesis de San Cristóbal, elegido para la sede de Margarita y Fernando Castro, de la Prelatura Personal del Opus Dei y titular de Ampora, como Obispo Auxiliar del Sr. Arzobispo de Caracas, el Cardenal Jorge Urosa Savino. El 31 de enero Mons. Manuel Felipe Díaz Sánchez tomó posesión como II Arzobispo de Calabozo. Mons. José Luis Azuaje, obispo del El Vigía- San Carlos, celebró sus bodas de plata sacerdotales. Nos congratulamos con Mons. Mario Moronta por su designación como miembro de la Congregación de la Doctrina de la Fe. A todos ustedes, hermanos, nuestros parabienes. Varios hermanos sacerdotes han partido en el transcurso del 2009, a la casa del Padre. A sus respectivos obispos superiores y familias les manifestamos nuestras sentidas condolencias. Hechos estos saludos, ateniéndome a los Estatutos, les presento, a grandes rasgos, los aspectos más significativos del panorama eclesial y nacional del año 2009.

I. Panorama Eclesial
4. Como en años anteriores, nuestra Conferencia desarrolló en el 2009 una intensa actividad. Se realizaron dos asambleas ordinarias y dos extraordinarias. En la Asamblea ordinaria de enero se renovaron la directiva de la CEV y de las Comisiones Episcopales para el trienio 2009-2012. En cada asamblea tanto ordinarias como extraordinarias emitimos mensajes pastorales para ayudar al pueblo cristiano y a las personas de buena voluntad en el discernimiento moral de los acontecimientos eclesiales y sociopolíticos más sobresalientes. Se emitieron un total de 7 documentos: 3 exhortaciones pastorales, 3 comunicados y una declaración sobre el Sesquicentenario de la Guerra Federal . La Presidencia por su parte difundió siete comunicados. Las Comisiones Episcopales de Familia e Infancia y de Pastoral Social (Justicia y Paz) publicaron importantes comunicados. Los temas que más atrajeron nuestra atención en esos documentos fueron: la urgencia de una renovación ética de nuestro país, la necesidad de una más sincera y respetuosa convivencia democrática entre los venezolanos, el llamado a esforzarnos por vivir en la verdad y en el amor de Cristo y sobre todo las implicaciones de la nueva Ley orgánica de Educación.
5. La vida de nuestro organismo colegial gravitó en torno a tres acontecimientos: la puesta en práctica del Concilio Plenario de Venezuela y de la Misión Continental; la preparación y la realización de la Visita ad Limina Apostolorum Petri et Pauli del Episcopado nacional (1 al 18 de junio pasado) a Roma y la intervención en el debate que se suscitó en torno a la aprobación de la nueva Ley orgánica de Educación.
6. La Misión Continental es uno de los valiosos frutos de la Quinta Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe celebrada del 13 al 31 de mayo del 2007 en Aparecida, Brasil. En cada país se efectuó un lanzamiento nacional. El de Venezuela se realizó el 14 de enero en el espléndido marco festivo de la Visita de la Divina Pastora a Barquisimeto. En cada diócesis a su vez se produjeron lanzamientos locales. La Misión Continental ha sido interpretada por nuestra Conferencia como una ratificación providencial del camino de evangelización misionera aprobado por el Concilio Plenario de Venezuela. La Comisión Episcopal de Misiones viene trabajando en la elaboración de un Proyecto Misionero Nacional.
7. La Visita ad Limina fue un verdadero acontecimiento de gracia. Asistieron 41 arzobispos y obispos. El encuentro tanto personal como colectivo con el Santo Padre así como con sus colaboradores inmediatos, nos confirmó en nuestro ministerio episcopal, renovó nuestra comunión con el sucesor de Pedro y nos animó a entregarnos con mayor entusiasmo al servicio de nuestro pueblo.
8. El año que concluyó lleva también la fuerte impronta eclesial de la realización del Año paulino y del inicio del Año Sacerdotal, ambos declarados por el Santo Padre para conmemorar el bimilenario del nacimiento de San Pablo y el sesquicentenario de la muerte de San Juan Ma. Vianney (1859-2009), el Santo Cura de Ars. Las dos iniciativas encontraron una positiva acogida por parte de la Conferencia Episcopal y de cada iglesia local, generando actividades y programas de gran provecho para la formación bíblica de nuestra feligresía y para el crecimiento espiritual de nuestros sacerdotes. Otros acontecimientos significativos para nuestras Iglesias fueron la celebración de lo 50 Años del Primer Cursillo de Cristiandad en Venezuela y la realización del Congreso Pedagógico Nacional de Católicos en el mundo de la Educación.
9. Entre los eventos importantes promovidos por el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), reseño el sexto Encuentro Regional de Autosostenimiento de la Obra Evangelizadora de la Iglesia, llevado a cabo del 16 y el 19 de septiembre en esta casa, promovido por el Departamento de Comunión y Diálogo y por la CEV. El Encuentro contó con la participación de ochenta delegados de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, República Dominicana, Puerto Rico, Antillas de delegados de catorce circunscripciones eclesiásticas de Venezuela y del SPEV. Este encuentro, A través de sus ponencias y del intercambio de experiencias, el Encuentro ofreció valiosas herramientas para desarrollar en las comunidades y en los fieles mayor sentido de corresponsabilidad.
10. En el registro de la comunión entre Conferencias Episcopales del Continente vale la pena reseñar dos eventos. El primero la visita de los Obispos de la Comisión para América Latina de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos para América Latina a varias diócesis del país. El segundo los dos encuentros de los presidentes de las Conferencias Episcopales de Colombia, Ecuador y Venezuela, en Bogotá. Ambos se inscriben dentro de la agenda de celebración de los bicentenarios de la independencia de estos países y de la contribución de las tres conferencias en la consolidación de la paz y de la concordia entre nuestras tres naciones, envueltas a lo largo del año en un clima de confrontaciones y conflictos.
11. En nuestra exhortación del pasado mes de julio "Vivan en la verdad y en el amor de Cristo" dirigimos también un mensaje de solidaridad a la Iglesia que peregrina en Honduras a raíz de la grave crisis institucional que puso en peligro la paz interna y las buenas relaciones interamericanas. En esa oportunidad manifestamos que "nos duele la crisis político social del hermano país de Honduras, pedimos al Señor que el pueblo hondureño encuentre la reconciliación a través del diálogo, la sanación de sus heridas y el camino del proceso democrático, "sin presiones unilaterales de cualquier tipo" , respetando la soberanía de ese país".

La Encíclica Caritas in Veritate
12. En el ámbito de la Iglesia Universal, ha resultado muy oportuna e iluminadora la tercera Encíclica de Benedicto XVI "Caritas in Veritate" del 29 de junio del año pasado. Desde los grandes principios de la fe y el amor cristianos retoma y actualiza la reflexión que hiciera Pablo VI en la "Populorum Progressio" , con énfasis en temas muy actuales como la necesidad que tiene la economía de la ética para su correcto funcionamiento, la relación del ser humano con el medio ambiente, las graves implicaciones de los problemas energéticos para el desarrollo de los países pobres y la creación de un nuevo gobierno de la globalización con capacidad y autoridad moral para garantizar un verdadero desarrollo humano. "Sin Dios el hombre no sabe dónde ir ni tampoco logra entender quién es." Es un documento desde la fe, inspirador y actual incluso para aquellos que no son creyentes católicos pero que buscan soluciones a los grandes problemas mundiales de hoy y al desarrollo de aquellos pueblos que todavía padecen privaciones y subordinaciones inhumanas. El desarrollo humano o es integral, es decir en todas las dimensiones y para todos los pueblos o no es desarrollo.

II. PANORAMA NACIONAL
13. Con mirada y corazón de pastor abordo el panorama nacional e internacional, pues es un deber propio de nuestro ministerio proyectar la luz del evangelio sobre las cuestiones sociales de nuestro tiempo. Formamos parte de un mundo cada vez más interconectado. Las realidades, conflictos y dramas de aquí y de otras latitudes no nos son ajenas ni se pueden analizar ni mucho menos resolver aisladamente sin tomar en cuenta el conjunto. Vivimos en un mundo convulsionado, sacudido por aceleradas y profundas corrientes de cambio. Los católicos interpretamos las conmociones naturales e históricas no en sentido fatalista y catastrófico, como si el cosmos y la historia carecieran de guía y de sentido, sino como oportunidades de crecimiento, como crisis purificadoras, como signos esperanzadores del advenimiento más pleno de nuevas realidades . Es desde esta lectura de fe y esperanza que destaco algunos de esos signos.

La Paz.
14. Shalom, en hebreo, es un término fuerte y rico, que implica idea de perfección y de totalidad: bienestar, prosperidad espiritual y material, tanto individual como colectivo; por ende, a la paz es opuesto, todo aquello que erosiona el bienestar y la felicidad de las personas y de sus relaciones, entre si y con Dios. A la luz de este concepto podemos decir que el mundo de hoy está aún muy lejos de alcanzar la paz. Los conflictos armados, las injusticias sociales, el escándalo de las disparidades hirientes, los masivos desplazamientos humanos provocados por hambrunas y sequías, la destrucción sistemática de la vida humana, animal y vegetal, la explotación de menores, la persistencia de modelos económicos incapaces de garantizar el desarrollo humano integral, la imposición de ideologías mesiánicas inspiradas en el odio y la lucha de clases, son realidades que conspiran contra la paz. Esa es la lectura del Concilio Vaticano II, de los 43 mensajes de los Sumos Pontífices para la Jornada Mundial de la Paz, instaurada por Paulo VI en 1967 y de las Encíclicas sociales iniciadas por León XIII y continuadas sistemáticamente por sus sucesores.

Caída del muro de Berlín
15. En octubre pasado se celebraron los veinte años de la caída del muro de Berlín con una doble significación: la caída de un férreo régimen represivo y dictatorial, gracias a la movilización de las conciencias de sus ciudadanos y el derrumbe de toda la llamada "cortina de hierro", que defendía un modelo de régimen de partido único e ideología marxista, impuesto a más de una decena de países en Europa. Es significativo el contagioso papel jugado por el Papa Juan Pablo II en todo este movimiento espiritual hacia la dignidad y la libertad, que fue avanzando desde Polonia hasta Rumania pasando por la propia Unión Soviética .La caída del muro de Berlín nos remonta a una ciudad que fue la cabeza de otro monstruo totalitario: el nazismo. El mito (cuasi-religioso) del "tercer reino (Reich)" nazi y el mito del paraíso terrenal comunista, se derrumbaron por la fuerza de los hechos y de las conciencias.
16. Las conmemoraciones nos han de recordar que no se trata del final de dos males ya extirpados para siempre, sino que tenemos un reto humanitario de construir un mundo de justicia, de libertad y de paz para todos los pueblos; de lo contrario volverán los mitos y las utopías mesiánicas y las guerras y enfrentamientos sociales. A veces hemos creído ingenuamente que los organismos internacionales de la postguerra, la creciente interdependencia de las naciones, la globalización cultural y tecnológica y el surgimiento acelerado de las redes sociales bastarían para conjurar la resurgencia de tales calamidades. Lamentablemente los hechos demuestran que no son suficientes y ponen en evidencia cuán vulnerables siguen siendo nuestras democracias.

Hacia un mundo multipolar
17. Hay signos evidentes de que hay creciente consciencia y voluntad de construir un mundo multipolar que respete las diversas identidades, establezca el diálogo y la negociación como forma de resolver los conflictos, disminuya la carrera armamentista y reduzca de modo concreto los arsenales atómicos. Rusia, China, India, Brasil entre otras naciones son grandes potencias que se deben tomar en cuenta y parece que en este sentido la nueva dirigencia estadounidense está convencida de que se trata de una realidad inevitable. La verdad sobre el sentido del desarrollo humano integral exige que las organizaciones internacionales controladas por las grandes potencias incluyan de manera efectiva a centenares de naciones y estados medianos y pequeños que también están llamados a tener un espacio de dignidad en el mundo con su propia identidad. Requieren que sus problemas sean tomados en cuenta con una lógica distinta a la pura dominación de los fuertes sobre los débiles. "No se debe considerar a los pobres como un fardo sino como una riqueza incluso desde el punto de vista estrictamente económico" .

Enseñanzas de la gran crisis financiera mundial
18. La crisis del mercado financiero especulativo significó un terrible golpe para cientos de millones de personas y familias en el mundo y ha dejado en evidencia algunos de los males de nuestro tiempo, como la corrupción, la avaricia y la falta de principios éticos y morales que imperan en el mundo de hoy. Quedó también al descubierto la falacia de un concepto autónomo y autosuficiente de la ciencia económica que la ha llevado a prescindir de las exigencias de carácter moral transformándola en un fin supremo por encima del valor y de la dignidad de la persona humana , Al producirse en 2009 signos de la recuperación de los negocios, se aprecia el peligro de que se minimice la tragedia mundial de la falta de trabajo digno, de que no se realicen a fondo las correcciones del sistema capitalista que provocaron la crisis así y no se refuerce la dimensión ética mediante la creación de leyes e instituciones de control y de bien común mundial.
19. No se puede perder de vista el potencial abusivo de los grandes intereses económicos y políticos, Pero la codicia no está solamente concentrada en las élites que manejan el sistema financiero También está presente en muchos ciudadanos comunes que aspiran a ganar dinero con poco o ningún esfuerzo, en los especuladores, grandes y pequeños, que por acumular ganancias fáciles, no dudan en pisotear los derechos de sus semejantes y poner en peligro el presente y el futuro de la vida del prójimo.
20. La salvación que Cristo nos ha traído nos libera de los temores de un universo falsamente sacralizado y misterioso cuyo fin inminente se anuncia y que escapa a nuestra comprensión. Los pastores tenemos la obligación de llevar a los creyentes una palabra de alerta y esperanza para que no nos dejemos embaucar por tales predicciones catastróficas y seamos capaces de hacer frente con el testimonio cristiano, con los valores morales y éticos a todas las hegemonías económicas, políticas o religiosas que tratan de imponerse sobre los seres humanos con falsos mesianismos.
21. En cuanto al panorama nacional, me atendré a señalar algunos aspectos relevantes que inciden en la vida del pueblo venezolano desde la óptica propia de un pastor de la Iglesia católica, que cree fervientemente que las soluciones del país parten del reemplazo del clima de confrontación por un clima favorecedor de más y mejor diálogo. En múltiples oportunidades lo he dicho y hoy lo repito: los pastores de la Iglesia católica no somos ni opositores ni oficialistas; solo queremos ejercer nuestra misión de ser guías y voceros y contribuir, desde nuestra funciones específicas, a iluminar las conciencias, a fortalecer la salud espiritual y la calidad de vida de nuestra sociedad, tal como lo hemos venido haciendo a lo largo de la historia. Con nuestros planteamientos no pretendemos por consiguiente condenar a nadie sino contribuir en la búsqueda de modos y de espacios que favorezcan los encuentros en un clima de respeto, justicia y libertad.

Violencia, inseguridad y muerte
22. Según análisis y reportes nacionales e internacionales Venezuela se ha convertido en una sociedad violenta. . Con gran consternación comprobamos el incremento en ciudades, campos y fronteras, de los índices de muerte por actos violentos. Los fines de semana se han vuelto una tragedia que envuelve a muchas familias en un manto cruento de duelo y de dolor. Los jóvenes y los niños son las principales víctimas de este flagelo. La inseguridad junto con la violencia se ha apoderado del país sin distinguir entre color político, clase social o religión y se han transformado en uno de los problemas más graves del día a día de nuestros pueblos.
23. En Venezuela estamos perdiendo en forma acelerada el valor sagrado de la vida humana y del sentido mismo de la existencia. Estamos frente a un grave problema afectivo y espiritual y a una no menos grave carencia de políticas públicas acertadas. Debemos insistir en que ninguna persona, grupo o institución es dueña de la vida ni de la libertad de los seres humanos. Nunca debemos acostumbrarnos a la violencia. Necesitamos manifestar firmemente nuestro rechazo a cualquiera de sus expresiones y particularmente a los atentados contra la vida como son los secuestros, las extorsiones, el narcotráfico, el sicariato, el comercio de órganos, la explotación de menores; con firmeza y decisión debemos declarar inadmisible la presencia y la acción de grupos irregulares, de diverso signo, que se mueven libre e impunemente en nuestras fronteras. Hago un llamado a toda la sociedad para que tome mayor conciencia sobre esta problemática y a las autoridades correspondientes para que activen medidas más efectivas que protejan a toda la ciudadanía.
24. En este contexto causa gran alarma e inquietud el clima de tensión surgido entre Colombia, Ecuador y Venezuela, los tres países que realizaron durante una década la Gran Colombia el sueño unificador del Libertador Simón Bolívar. Ante tan amenazante situación para la convivencia pacífica y fraterna de estos pueblos, los habitantes de las tres naciones y de la América entera hemos de aprovechar todas las ocasiones y particularmente la Misión continental, providencial propuesta emanada de la Conferencia de Aparecida y la celebración de los bicentenarios de independencia, para impulsar con hechos y palabras la difusión del evangelio del valor de la dignidad humana y del sentido sagrado de la vida. Todos sin excepción debemos empeñarnos activamente y a fondo en la promoción de la paz y de la concordia.

La superación de la pobreza
25. Es a todas luces uno de los principales problemas del país y una de las causas generadoras de la conflictividad social imperante. Es un fenómeno envolvente y global con numerosas facetas e implicaciones que exige, tanto en su estudio como en la búsqueda de soluciones, la intervención complementaria de todos, porque todos, de una manera u otra, estamos afectados por ella. La pobreza tiene que ver con factores económicos y políticos sin duda pero también y sobretodo con la pérdida del sentido de la existencia humana.-El mundo está enfermo de consumismo extremo, de individualismo. La pobreza se combate eficazmente con equidad social. Todos los católicos, especialmente los pastores de la Iglesia, debemos empeñarnos más a fondo, en la difusión de la Doctrina Social de la Iglesia, en la formación y en la adopción de nuevos estilos de vida más solidarios y equitativos. .
26. Distintos informes reportan que en esta década la pobreza ha disminuido en términos porcentuales y ha crecido el índice de desarrollo humano. Enhorabuena. Pero también acotan que estos avances han sido insuficientes. La lucha contra la pobreza debe seguir siendo una de las banderas de todos los venezolanos de cualquier filiación política. Batalla tan descomunal exige la máxima concentración de políticas públicas, de recursos financieros y de las fuerzas activas del país. Pero ha de ser ante todo una batalla de carácter ético-cultural. Necesitamos cambiar nuestras mentalidades para convencernos de que la pobreza no la resuelve solo el gobierno con crecimiento macroeconómico o una mejor distribución de la renta petrolera sino fundamentalmente con educación de calidad, honestidad y principios morales y generación de oportunidades de trabajo productivo.

La polarización política
27. La polarización manifestada en la actuación de los dirigentes políticos sigue en aumento y genera un clima de tensión y de intolerancia que conspira contra la convivencia pacífica de los venezolanos. Ese no es el camino correcto. Hay que reinstitucionalizar al país dándole a la Constitución Nacional Bolivariana y al Estado de Derecho el lugar y la fuerza cohesionadora que les corresponden. Insistimos en la necesidad de desactivar por un lado el enfrentamiento, la intolerancia, la división, la descalificación, los malos tratos, la discriminación política y por otro de incentivar, por todos los medios, el conocimiento y la práctica del diálogo, del respeto mutuo, de los gestos más amplios de amnistía y de reconciliación así como la promoción de la participación de todos los ciudadanos en el quehacer social.

Mejorar juntos la calidad de vida
28. Solo un tratamiento consensuado y dialogado de los problemas expuestos- la violencia, la inseguridad, la pobreza y la polarización- y de tantos otros que afectan nuestra vida diaria (como el deficiente funcionamiento de algunos servicios básicos, la alta tasa de inflación, el deterioro del poder adquisitivo), pueden causar una profunda y positiva repercusión en la calidad de vida de todos los venezolanos y. en el ejercicio de los derechos humanos más básicos como son: el derecho a la vida, a la alimentación, a la salud y al desarrollo integral . El cumplimiento de la Carta Magna, sobre todo en lo atinente a la progresividad de los derechos humanos sigue siendo una tarea pendiente (Cf. Art, 19). ¿No ganará el país entero en gobernabilidad si todos sin excepción, gobernantes y gobernados, nos concentremos en estudiar, respetar y aplicar la Constitución Bolivariana actual en vez de pensar en modificarla o reemplazarla por otra?

Nueva Ley Orgánica de Educación
29. Por ser la educación un tema prioritario para la sociedad, vemos con alarma la forma cómo se elaboró, se discutió y se aprobó la reciente Ley Orgánica de Educación (LOE), sin tomar en cuenta de manera más amplia y respetuosa a todos los componentes de la sociedad. En materia de tanta trascendencia los políticos no pueden tomar decisiones exclusivas, más aún cuando los voceros calificados de gobierno pregonan su voluntad de querer ser inclusivos y plurales. Es fundamental buscar el consenso. No solo el Estado tiene la responsabilidad indeclinable de asegurar una educación de alta calidad; también la tienen los padres y la sociedad. No hay educación de calidad si no asegura, entre otros aspectos, la transmisión de los principios religiosos y de los valores éticos. La descomposición moral de nuestra sociedad y la entronización de la corrupción como parte de la praxis administrativa y del manejo de los negocios, puestos en evidencia por la reciente crisis bancaria, demuestran por si solas, cuan apremiante y urgente es la educación religiosa escolar y la formación de los ciudadanos en valores morales y éticos. Moral y Luces siguen siendo nuestras primeras necesidades.
30. El mundo, la sociedad y nuestro país reclaman una urgente renovación ética y moral. Es uno de los temas recurrentes en el magisterio de los últimos pontífices. Benedicto XVI lo presenta en estos términos en su Mensaje con motivo de la Jornada Mundial de la Paz: "La humanidad necesita una profunda renovación cultural; necesita redescubrir esos valores que constituyen el fundamento sólido sobre el cual construir un futuro mejor para todos Las situaciones de crisis por las que está actualmente atravesando –ya sean de carácter económico, alimentario, ambiental o social, son también, en el fondo, crisis morales relacionadas entre sí" " A esta misma conclusión llegó el Concilio Plenario de Venezuela.
31. Como nota final quisiera referirme al reciente fallecimiento del Dr. Rafael Caldera. El ex presidente de la República fue un hombre que quiso servir a su país con rectitud y aportar respuestas novedosas a sus problemas; un cristiano de profunda fe y amor a la Iglesia al servicio de la cual puso sus dones y talentos. Como político se distinguió por su permanente búsqueda de consenso y de respeto por sus adversarios. Amó a su país con pasión y se entregó por entero a su servicio. Que el Señor le conceda el descanso y la paz. Elevemos también una plegaria por la salud de su viuda Doña Alicia Pietri de Caldera y por el fortalecimiento espiritual de sus hijos y demás familiares.

Agenda de la Asamblea
32. Venimos a esta Asamblea concientes de la difícil situación que atraviesa el mundo y particularmente Venezuela, y de la necesidad por parte nuestra de convertirnos más decididamente al Evangelio de la vida plena que Jesús nos ha pedido transmitir, de abrirnos con mayor confianza al impulso del Espíritu y a empeñarnos más a fondo en la renovación de nuestras Iglesias. El 2009 ha sido un año de intensa actividad para la Conferencia Episcopal y para cada una de nuestras Iglesias. Son muchos las situaciones que nos desafiaron. Los retos de la nueva evangelización de nuestro país siguen siendo inmensos pero hemos recibido muchas muestras de la presencia entre nosotros de Jesús el Gran Timonel, guiando nuestra frágil embarcación aguas adentro. El Concilio Plenario, la Conferencia General de Aparecida, la Visita ad Limina, la sorprendente renovación de la imagen de la Virgen de Coromoto, nos inspiran y nos fortalecen para avanzar unidos y sin miedo en el cumplimiento fiel de nuestra misión.
33. Les invito a mirar la agenda de nuestra XCIII Asamblea ordinaria en esta perspectiva. Además de los puntos protocolares, consideraremos asuntos relacionados con la renovación del ministerio y vida de los sacerdotes, la reactivación del Instituto Nacional de Pastoral, la elaboración del plan trienal de la CEV, la aplicación de la Misión Continental y la preparación del Cuarto Congreso americano Misionero, el CAM4.
34. Este año se conmemora el décimo aniversario de la inauguración del Concilio Plenario de Venezuela. La mejor manera de celebrarlo es seguir avanzando con decisión en la aplicación de sus conclusiones y orientaciones pastorales. Contamos ya con varias publicaciones que nos ayudan a profundizar en el mensaje central y a concretar las aplicaciones. . Queda aún mucho trabajo que hacer. El Instituto Nacional de Pastoral cuya reactivación tendrá lugar esta semana, es una pieza clave para formar los agentes pastorales necesarios para su difusión y puesta en práctica. Sin laicos bien formados en su fe que fermenten las realidades temporales con los valores del Reino de Dios, sin ministros ordenados santos, renovados y valientes no contaremos con los discípulos misioneros capaces de evangelizar el siglo XXI.
35. En este mes se cumplen 25 años de la primera peregrinación apostólica que Juan Pablo II realizó a nuestro país. Todos los que vivimos esos días quedamos profundamente marcados por la cercanía, el carisma comunicacional, la contagiosa personalidad del Santo Padre y nos sumergimos gozosamente en las multitudes que lo acompañaron en los encuentros y celebraciones de Caracas, Maracaibo, Mérida y Guayana. Hoy estamos todos convencidos de que su presencia marcó un hito histórico en el crecimiento de nuestra identidad católica y abrió las compuertas de una nueva época evangelizadora. Ahora que el Papa Benedicto XVI ha reconocido la heroicidad de sus virtudes y lo podemos llamar Venerable, oramos con fervor por su pronta beatificación. A él, que tanto hizo por nuestra Iglesia dedicamos, en memoria agradecida, esta asamblea, suplicando la intercesión del Santo Cura de Ars sobre nuestros sacerdotes y la protección maternal de Nuestra Señora de Coromoto sobre nuestro país. Muchas gracias.

Caracas 07 de enero de 2010.

+Ubaldo R. Santana Sequera
Arzobispo de Maracaibo
Presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana