sábado, 24 de marzo de 2012

Educación para transformar

Padre Luís Ugalde S.J.

Hay enfermedades que alarman al primer síntoma. Otras avanzan sigilosamente y sólo se les presta atención cuando ya no hay remedio; de este último tipo es la educación de mala calidad que va minando la sociedad, hasta que a mediano plazo aparece la tragedia irremediable. Hoy la gente parece medio conforme con la educación y las encuestas se centran en otros malestares. Al no medirnos con la buena educación de países exitosos, aumenta la inconsciencia.
Un grupo de venezolanos convencidos de que tenemos una extraordinaria oportunidad para convertir nuestra educación en la gran palanca de transformación del país, con reuniones sistemáticas mes a mes a lo largo de un año, estudiamos los nudos claves para hacer propuestas audaces y realistas con el objetivo de convertirlas en hechos en una década, tomando ejemplo de los países más exitosos. Se trata de tomar en serio lo que está en la Constitución de 1999: "Toda persona tiene derecho a una educación integral de calidad, permanente, en igualdad de condiciones y oportunidades...(es obligatoria) desde el maternal al nivel medio diversificado" y el Estado debe garantizar el financiamiento educativo en todos los niveles preuniversitarios (artículo103). Se trata de tomar en serio el derecho y el deber de ofrecer una educación de calidad para todos durante, al menos, los doce primeros años de escolaridad: ¡todo un cambio radical! Entendemos que todos los venezolanos estamos de acuerdo con este mandato constitucional, pero es evidente que la realidad contradice el logro de este objetivo y no hay señales de que la situación se esté superando. En consecuencia, necesitamos crear una nueva conciencia nacional educativa para dar un salto que cambie las inercias del pasado y la realidad, y nos encamine a una educación de calidad.
En el grupo de trabajo donde participamos hay gente competente que ha dedicado toda su vida a la educación nacional ­privada y oficial­, investigadores, docentes, actores significativos, como rectores y directores en diversos niveles, un ex ministro y algunos empresarios.
Empezamos nuestro trabajo identificando una decena de puntos claves y, sin quedarnos en el diagnóstico y la lamentación, pasamos a elaborar las propuestas con base en la siguiente metodología: escogíamos a uno de nosotros por sus conocimientos en determinado tema específico, que debía escribir alrededor de 15 páginas con sus propuestas.
Otro para que redactara cerca de 5 páginas de comentarios sobre ese texto, y luego todos (aproximadamente 20 personas en cada sesión) discutíamos sobre el tema y el escrito. Finalmente, el autor inicial recogía las observaciones, correcciones y sugerencias y volvía a redactar el informe que después se transformaría en un capítulo de este libro que recogería nuestras ideas. Nos llamaron la atención las discusiones por la libertad, apertura y creatividad de un grupo tan variado. Así surgieron los 10 capítulos del libro Educación para transformar el país y una Síntesisfinal formulada en Siete Perspectivas y Siete Propuestas. El libro y la síntesis, como separata, han sido presentados en estos días en varios ámbitos a nombre de la treintena de autores, quienes trabajaron bajo mi coordinación, en el Foro-Cerpe que los aglutina.
No queremos quedarnos en un libro, sino activar una conciencia nacional movilizada para el logro de una educación de calidad para todos, empezando por los más pobres, entre los cuales se pierden millones de talentos castigados por la baja calidad de su educación y la escasa prosecución escolar que los condena a luchar en condiciones de inferioridad.
Debemos insistir en que no nos interesa cualquier educación, sino aquella que despierte y desarrolle las potencialidades y valores personales, eleve la condición ciudadana democrática y nos vincule al hecho productivo con una capacitación y eficiencia que permita salir victorioso en un mundo tan globalizado. Es cierto, que se puede aliviar la pobreza con limosnas, pero el único modo de derrotarla es transformando el ingreso petrolero en educación de calidad para cada venezolano.
El Foro-Cerpe no debe entenderse como un grupo cerrado de treinta personas, sino como un espacio abierto a la discusión orientada a la acción y a los acuerdos eficaces. A él puede pertenecer todo aquel que comparta nuestros objetivos, independientemente del carácter de sus ideas.

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