Reflexiones de Olinto Carruyo,
Joven estudiante de Sociología en LUZ, con vocación de político y escritor. @olinto_c
¿Por
qué decir que el ser humano aprendemos de los errores? si en el periodo de
nuestra existencia los seguimos cometiendo una y otra vez, consientes e
inconscientemente. Muchas veces hemos dicho: “El pasado quedo en el pasado”.
Sin embargo, nos contradecimos al cometer en el presente los mismos errores de aquel
pasado, y el decir que no los volveremos a cometer en un futuro es tan falso como mirar nuestro REFLEJOS DE UN
ESPEJO DE MADERA.
Los
errores son como ese último tiempo de un compa en la música, aunque es uno como
cualquier otro, siempre le prestamos más atención que a los demás. En ocasiones
tendemos a estar pendientes, la mayor parte del tiempo, en no errar tontamente
en algo que nos quite tiempo valioso para nosotros y nuestros seres queridos. Claro,
esto es algo que no se nota al instante, pero, con el tiempo, nos puede afectar
en toda la extensión de la palabra.
Enfocándome
más en los errores que cometemos inconscientemente, me atrevo a asegurar que en
el futuro será mas fuerte la frustración e impotencia que este mismo cause
debido a que no estábamos preparados para recibir las consecuencias de este que
a veces nos llenan de rabia hacia nosotros mismos debido al grado de estupidez
del error cometido.
¿Qué pasa si
definimos o indagamos en una familia promedio y descubrimos que la nuestra no
tiene nada en especial o diferente a las demás, que hacen las mismas cosas, que
tal vez no tienen las mismas costumbres pero, al final, somos iguales sólo que
nuestras huellas dactilares son diferentes?
¿Qué pasa si,
como seres humanos que somos, “según la ciencia”, nos realizamos un autoexamen
y el resultado de este no es tan parecida al que esperábamos o, mejor dicho,
reprobamos este examen? Me atrevo a decir que sólo alrededor del 60% de las
personas aceptarán dicho resultado y tal vez sólo el 40% razone y se diga así mismo: “tengo que
cambiar para mejorar”.
Los errores están
ahí, a la vuelta de la esquina, a un paso y hasta en el frente de nuestras
casas, pero no nos preguntemos ¿por qué están? Porque ellos son partes de
nosotros mismo. Porque son tan necesarios para la vida como el aire mismo. Porque
la vida sin errores no sería como los REFLEJOS DE UN ESPEJO DE MADERA y nuestro
mundo… sería aburrido.
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