jueves, 16 de agosto de 2012

Articulo 001 de Reflejos de un Espejo de Madera


Reflexiones de Olinto Carruyo,
Joven estudiante de Sociología en LUZ, con vocación de político y escritor. @olinto_c
 
¿Por qué decir que el ser humano aprendemos de los errores? si en el periodo de nuestra existencia los seguimos cometiendo una y otra vez, consientes e inconscientemente. Muchas veces hemos dicho: “El pasado quedo en el pasado”. Sin embargo, nos contradecimos al cometer en el presente los mismos errores de aquel pasado, y el decir que no los volveremos a cometer en un futuro es  tan falso como mirar nuestro REFLEJOS DE UN ESPEJO DE MADERA.

Los errores son como ese último tiempo de un compa en la música, aunque es uno como cualquier otro, siempre le prestamos más atención que a los demás. En ocasiones tendemos a estar pendientes, la mayor parte del tiempo, en no errar tontamente en algo que nos quite tiempo valioso para nosotros y nuestros seres queridos. Claro, esto es algo que no se nota al instante, pero, con el tiempo, nos puede afectar en toda la extensión de la palabra.
Enfocándome más en los errores que cometemos inconscientemente, me atrevo a asegurar que en el futuro será mas fuerte la frustración e impotencia que este mismo cause debido a que no estábamos preparados para recibir las consecuencias de este que a veces nos llenan de rabia hacia nosotros mismos debido al grado de estupidez del error cometido.
¿Qué pasa si definimos o indagamos en una familia promedio y descubrimos que la nuestra no tiene nada en especial o diferente a las demás, que hacen las mismas cosas, que tal vez no tienen las mismas costumbres pero, al final, somos iguales sólo que nuestras huellas dactilares son diferentes?
¿Qué pasa si, como seres humanos que somos, “según la ciencia”, nos realizamos un autoexamen y el resultado de este no es tan parecida al que esperábamos o, mejor dicho, reprobamos este examen? Me atrevo a decir que sólo alrededor del 60% de las personas aceptarán dicho resultado y tal vez sólo el 40%  razone y se diga así mismo: “tengo que cambiar para mejorar”.
 Los errores están ahí, a la vuelta de la esquina, a un paso y hasta en el frente de nuestras casas, pero no nos preguntemos ¿por qué están? Porque ellos son partes de nosotros mismo. Porque son tan necesarios para la vida como el aire mismo. Porque la vida sin errores no sería como los REFLEJOS DE UN ESPEJO DE MADERA y nuestro mundo… sería aburrido.

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