La
Iglesia habla, era hace unos años, el título del artículo semanal de Pedro
Pablo Aguilar cuando se refería a las posiciones de la Iglesia frente a la
realidad nacional. Lejanos habían quedado los períodos de ruptura, persecución
y subordinación. Vivíamos tiempos de fructífera y respetuosa relación entre el
Estado y la Iglesia.
Hoy, la
realidad ha cambiado. En el siglo XXI, la relación entre el Estado y la Iglesia
se caracteriza por el conflicto permanente. El diálogo se ha vuelto
intermitente y frecuentes son los insultos y descalificativos presidenciales
para los prelados. Fuente de discordia es el proyecto político chavista
rechazado por la Iglesia en cuanto se opone a su doctrina. Por otra parte, los
medios de comunicación han ampliado el espacio concedido a las fuentes
eclesiales y las posibilidades de acceso a la información de la comunidad han
aumentado. No obstante, numerosos sacerdotes ignoran u omiten trasmitir a la
feligresía el mensaje episcopal.
En esta
oportunidad, queremos dar cuenta del comunicado Ante las próximas elecciones
de la Conferencia Episcopal. Los obispos destacan la importancia del voto
consciente y el deber moral de sufragar. Exigen "abandonar, como tácticas
electorales, la violencia política y el ventajismo en el uso de los recursos
del Estado, la descalificación personal y las falsas promesas...". Recuerdan
al CNE y a las FAN sus deberes constitucionales y piden transparencia,
observadores internacionales, conocimiento de los resultados electorales a la
brevedad y acatamiento de la voluntad popular.
Una vez más, se pronuncian por la
reconciliación, el reencuentro, la convivencia, la cooperación en un proyecto
común de nación, la tolerancia, el respeto, el aprecio mutuo, y el pluralismo
político-ideológico, cultural y religioso, para en la perspectiva del bien
común superar la agobiante polarización que padecemos.
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