“30
años de la Universidad Católica Cecilio Acosta”
2/12/2013
Andrés Bravo
Capellán de la
UNICA
Este
proyecto de las autoridades de nuestra Comunidad Universitaria se hace realidad
hoy al presentarles el libro “30 años de la Universidad Católica Cecilio
Acosta”, celebrando el trigésimo aniversario de la fundación de esta amada Casa
de Estudios Superiores de la Iglesia peregrina en Maracaibo. Esta obra se gesta
y nace pensando, fundamentalmente, en nuestros estudiantes, actuales y futuros.
Con el propósito de que conozcan su Alma
Mater, su intimidad, sus valores y a sus grandes personas que inspiran
nuestro ser y quehacer como cristianos y humanistas.
En primer lugar, podrán leer en él el
histórico discurso del Dr. Ángel Lombardi pronunciado en el acto de su primera
toma de posesión como rector de nuestra Universidad el año 1998 que, sin duda,
marcó el comienzo de un nuevo amanecer para la UNICA, en medio de una Venezuela
esperanzada y luego defraudada por el espejismo revolucionario del régimen que
aún sufrimos. El título del discurso es “Universidad
Católica Cecilio Acosta: tiempo y circunstancia”. En él, después de haber leído
y reflexionado la Constitución Ex corde
Ecclesiae de Su Santidad Juan Pablo II, el Rector universitario e
historiador por vocación, nos sigue orientando sobre el sentido de una
Universidad Católica en la actual situación del país que nos desafía
exigiéndonos respuestas válidas y eficientes.
Sus primeras palabras son sobre “el
valor de lo simbólico” de la Universidad Católica Cecilio Acosta. Con la
curiosa búsqueda de la verdad del Búho filosófico, porque, enseña el rector,
“conocer por conocer es la más elevada y la más inútil de todas las ciencias”. Recuerdo
yo que, cuando comenzaba a estudiar filosofía, mi profesor nos leía un escrito
de alguien que seguramente era filósofo, diciendo que quien estudiaba filosofía
permanecía pobre, pero una persona sin filosofía es una pobre persona. No es
difícil decodificar este mensaje. El rector lo ha hecho, conocer por conocer es
la más elevada y la más inútil de todas las ciencias. Además, muchas veces el
ocio es tan necesario para pensar como para orar. Así va explicando “el valor
de lo simbólico”.
En una segunda parte de su discurso se
expresa a sus anchas de lo que más sabe por experiencia, vivencias y estudios,
pensamiento humanístico del universitario historiador. Nos habla, pues, del
“presente y futuro de la UNICA”. Como el Búho filosófico, busca la verdad
interpretando la noche muy oscura de la situación venezolana. La consigue y la
anuncia a pleno día: “Vivimos entre la tradición y el cambio. Formamos parte de
la tradición y el cambio, pero siempre es el futuro el que nos convoca en esta
posmodernidad tan confusa. La historia se desenvuelve entre ciclos y procesos.
Es el caso de la Universidad Católica Cecilio Acosta que, fundada en 1983, es
la génesis de un Proyecto Académico y Cultural que nutre la Iglesia Católica e
impulsa toda una comunidad regional. Comunidad que siempre ha entendido que el
futuro existe en la medida que construya sobre la educación intelectual y moral
del hombre y de los pueblos”. ¿Comprendemos ahora sus proyectos presentes, hacía un futuro de desarrollo
mejor para nuestra Universidad?
Prosigue su discurso exaltando la
personalidad del héroe civil Cecilio Acosta, humanista católico venezolano que
identifica nuestra Universidad. Pero, permítanme transmitirles hoy, en nuestro
trigésimo aniversario, el muy actual mensaje del rector Lombardi que pueden, no
sólo leer en este libro que hoy presentamos, también meditar, digno de ser
escuchado hoy. Dice, pues, “la Universidad Católica Cecilio Acosta quiere
formar parte del futuro. Ese es nuestro reto y el compromiso que hemos
adquirido, por lo que apelo a todos en demanda de ayuda y solidaridad.
Especialmente a nuestra comunidad universitaria: profesores, estudiantes y
egresados. La invitación es a superarnos a nosotros mismos. A erguirnos sobre
nuestras limitaciones; a convertir nuestras debilidades en fortalezas,
acompañando a las otras universidades, a la Iglesia y a nuestro pueblo, en su
andadura de historia, con la esperanza cierta de avanzar en la liberación
espiritual y material de nuestro país”.
El segundo trabajo que podemos gozar
con una lectura agradable, es el escrito por la Dra. Lilia Boscán de Lombardi,
decana de nuestro Decanato de Investigación y Postgrado. Esta letrada hace una
extraordinaria exposición sobre la persona
de “Cecilio Acosta, un ilustre humanista”. Su objetivo es que podamos
conocer a nuestro epónimo para aprender de sus supremos valores humanísticos
cristianos. Es que Cecilio Acosta está adornado de una “inmensa capacidad de
servicio (que) lo impulsó a actuar para ser útil, guiado siempre por la fe en
ideales superiores y por el compromiso con la transformación del país”.
La Patria, la Universidad y la Iglesia
roban sus más dedicados momentos, para vivirlos y para reflexionarlos. Pero,
valorando la memoria del pasado, privilegia el futuro. En este sentido, la
profesora Lilia de Lombardi cita uno de sus texto, aquel que dice: “La
antigüedad es un monumento, pero no es una regla; y estudia mal quien no
estudia el porvenir ¿Qué vale detenerse a echar de menos a otros tiempos, si la
humanidad marcha, si el vapor empuja, si en el torbellino de agitación
universal, nadie escucha al rezagado? ¿Quién puede declamar con fruto contra el
destino, si es inexorable, si es providencial, si no mira nunca para atrás?
¿Qué son los métodos, las instituciones, las costumbres, sino hilos
delgadísimos de agua que son arrastrados en la gran corriente de los siglos?”.
Este libro trae, pues, una excelente
interpretación de la vida, el pensamiento y la fe de Cecilio Acosta. Pero,
además es enriquecido, por una parte de testimonios significativos y, sobre
todo, con importantes textos de nuestro humanista católico.
El tercer escrito de este libro es
titulado “San Alberto Hurtado, una vida con sentido transcendente”, tocándome
en gracia la autoría. Cuando Mons. Ubaldo Santana, Arzobispo de Maracaibo y
Canciller de nuestra Universidad, coronó su visita pastoral aquí, el 7 de abril
de 2005, proclamando al santo chileno, el Padre Alberto Hurtado, patrono de
esta Universidad, me ordenó, como Capellán, la tarea de informar y formar sobre
su vida y obra. Agradable misión que gozo al cumplirla. Este trabajo es parte
de este mandato pastoral que se une a la iniciativa de nuestras autoridades
rectorales para que todos podamos saber de la excelente vida de nuestro
Patrono.
En la existencia de este santo
latinoamericano, encontramos los valores de un auténtico cristiano, como
estudiante inquieto y entregado al servicio de los más necesitados; como
competente y generoso profesor y padre espiritual universitario; como político
y luchador social por la causa obrera y los derechos de los niños, mujeres e
indigentes; como abogado, pedagogo, filósofo y teólogo; pero, ante todo,
sacerdote de Jesús.
Permítanme leer sólo las primeras
líneas de mi pequeño trabajo sobre él: “El sacerdote jesuita chileno Alberto
Hurtado es un ser transparente de una existencia auténtica, vivida con sentido
trascendente, fiel al seguimiento de Jesús en su Iglesia. Él mismo lo expresa
diciendo que el camino de su vida es la voluntad de Dios, su santificación, que
exige colaborar con Dios y realizar su obra. Se pregunta: <<¿Habrá algo
más grande, más digno, más hermoso, más capaz de entusiasmar?>>. Así vive
eternamente. Hoy sigue presente como antorcha encendida iluminando los caminos
de los universitarios y de los pobres a quienes tanta dedicación consagró.
Sigue siendo entusiasta y sigue entusiasmando, como <>. Esta es su mayor lección transmitida por medio
de su vida, sus palabras y sus escritos: el sentido trascendente de la
existencia. Así se convierte en el mejor maestro del humanismo cristiano,
integral y solidario”.
Y para que todos cantemos la noble
divisa del ilustre escudo de la Universidad Católica Cecilio Acosta, sabiduría
– arte – ciencia, encontramos en este valioso libro, nuestro himno que, como lo
refiere nuestro rector en su histórico discurso, “es todo un programa de
aprendizaje y búsqueda que le permite al hombre contener dentro de sí el sol y
la luna, y también las estrellas”.
Nuestra Universidad fue fundada el 1 de
diciembre de 1983, hoy seguimos fundando el futuro.
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