lunes, 16 de agosto de 2010

Bajo fuego civil

Por el Sociólogo
Luis Pedro España
Domingo, 15 de agosto de 2010


La participación del Estado en esta guerra civil desde el punto de vista formal es la ausencia, pero informalmente la alimenta por sus interpretaciones revolucionarias sobre la violencia
Muchas veces hemos escuchado que en Venezuela se libra una guerra que cobra más vidas que en los frentes de batalla de Medio Oriente, Afganistán o Irak. Cuando se hace alusión a ello casi siempre pensamos en las muertes, y no es para menos. Pero es probable que esa afirmación que tantas veces hacemos de manera rutinaria en verdad esté escondiendo una realidad aún más grande, y es que Venezuela está bajo una guerra civil. Antes de este gobierno escuché a muchos analistas sugerir la posibilidad de una guerra civil en el país.
Siempre me pareció exagerada esa afirmación, pues por ningún lado se ve la posibilidad de constitución de dos o más ejércitos enfrentándose dentro del país. No estaba planteada una escisión dentro de la Fuerza Armada y mucho menos parecía probable que aparecieran grupos de irregulares que pretendieran tomar el poder por la vía de la fuerza. Creo que la primera hipótesis, la unidad de la Fuerza Armada, está más que probada. Luego de tres intentos de golpe de Estado (dos en 1992 y, por lo menos uno en 2002), parece claro que todos ellos fracasaron porque suponían la división de la Fuerza Armada y, por suerte, eso es lo último que está dispuesta a arriesgar la institución armada. La segunda hipótesis se evidencia desde los hechos. No sólo porque no ha existido ni existe ningún grupo guerrillero orientado al poder en el país, sino porque los grupos armados privados que actúan tienen (por ahora) fines distintos a los de la toma del Estado. La realidad de la violencia antes de esta administración era una cosa y hoy es otra totalmente distinta. El hecho de que los homicidios se hayan multiplicado por 3 en estos últimos 10 años significa que bajo este gobierno verdaderamente se armó la guerra civil que pronosticaban los analistas, que yo no veía por ningún lado, y con la que el chavismo suele chantajear a los que creen que es necesario un gobierno como este.
Con sus variantes estamos bajo una guerra civil. Como toda confrontación armada, esta tiene sus causas, donde la pobreza no suele ser ni de cerca la más importante. La guerra entre los venezolanos comenzó con el rompimiento del sueño o la promesa del ascenso social. Por la vía del trabajo y del estudio no es posible hacerse un porvenir material para una familia en un sistema socioeconómico que no funciona. En la medida en que la población pasa de ser mayoritariamente de niños para ser cada vez más de jóvenes y adultos, la frustración por la inviabilidad institucional del sueño es mayor, de allí que los candidatos a delinquir aumentan. Dos razones más se asoman como causas de la guerra interna en nuestro país. Una fue la relajación de las normas para el uso y control de armas. La población está armada, cualquiera haya sido la forma, uno solo fue el origen. La inmensa mayoría de las armas de esta guerra le pertenecieron al Estado. La segunda fue que se permitió ¬gracias a la impunidad, la ausencia de inteligencia y la corrupción de las policías¬ que se crearan verdaderas bandas en forma de ejércitos que operan en las zonas de conflicto por el mercado de drogas, secuestro, extorsiones, ideologización de la delincuencia y cientos de delitos asociados a grandes bandas de aguantadores y comercializadores de cuanta cosa robada ande por allí.
Hay zonas de conflicto delineadas. Infiltrados en los organismos legales y policiales.
Vinculaciones con grupos internacionales. La participación del Estado en esta guerra civil desde el punto de vista formal es la ausencia, pero informalmente la alimenta por sus omisiones e interpretaciones revolucionarias sobre el uso de la violencia. Lo trágico es que esta, como todas las guerras, se termina cuando un bando la gana. En nuestro caso el único que puede ganarla es el Estado, pero tiene que asumir que estamos en guerra. ¿Entrará legal y formalmente el Estado para tratar de ganarla?

lespana@ucab.edu.ve
 

Tomado de: http://www.analítica.com/

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