domingo, 1 de agosto de 2010

Dos instituciones incómodas

Por el Economista Neuro J. Villalobos Rincón
Ex-Rector de LUZ

“Jesús ha combatido y derrotado la tentación de un mesianismo político caracterizado por el dominio sobre las naciones". CEV
La Iglesia cristiana y la Universidad son instituciones incómodas para los cultores del odio, para los promotores del oscurantismo, para los acomplejados frente a la inteligencia, para los infatuados con el poder. Dos instituciones milenarias que se han encumbrado por encima de las bajas pasiones de gobernantes sin escrúpulos, de los mediocres aposentados sin cultura y de los resentidos sin gloria.
Para la Iglesia cristiana, “sólo el amor es capaz de transformar de modo radical la relación que los seres humanos tienen entre sí. Desde esta perspectiva, todo hombre de buena voluntad puede entrever los vastos horizontes de la justicia y del desarrollo humano en la verdad y en el bien". La Doctrina Social de la Iglesia se pronuncia sobre todos los aspectos de la vida del hombre desde una visión del humanismo integral y solidario, que bien podría hacer cambiar la promoción del odio entre los seres humanos y rectificar con verdadero propósito de enmienda.
La fuerza moral de la Iglesia la lleva a plantearnos el derecho a la objeción de conciencia y el derecho de resistencia frente a los gobernantes cuando sus prescripciones son contrarias a ésta; y el comunismo lo es porque pregona que la religión “es el opio del pueblo”.
La Universidad es en esencia una institución axiológica también, plural y receptiva a toda manifestación del pensamiento, lo cual la hace imperecedera. Lossada lo expresa muy bien: “La Universidad debe tener sus lumbres abiertas de par en par a todas las corrientes ideológicas, debe ser tienda de las doctrinas, vivas de las hipótesis, hospedaje de las luces. Solamente habrá de impedir la entrada al dogmatismo, de cualquier índole que sea, porque dogmatismo es intransigencia, rigidez inadaptable a la movilidad real, paro de la investigación y de la crítica, barrera de la inteligencia.”
También el doctor Manuel Dagnino lo expresó muy bien en el acto de erección de la Universidad: “La religión que nació con Cristo en el Calvario, y la Iglesia, que se amaestró en las catacumbas, no necesitan que los gobiernos les permitan vivir o las priven de su enseñanza en las universidades. Ellas viven por sí porque están encarnadas en la conciencia de los pueblos, y oponerse a ellas es como oponerse al impetuoso Amazonas cuando entra al mar".

24-07-2010

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