lunes, 12 de septiembre de 2011

OCTUBRE: UN MES BIBLICO, CATEQUISTICO, MISIONERO Y MARIANO

CARTA PASTORAL PARA EL INICIO DEL AÑO PASTORAL 2010-2011

Muy queridos presbíteros, diáconos permanentes, personas de especial consagración, candidatos al sacerdocio ministerial y fieles laicos asociados y no asociados
Reciban todos ustedes, mis amados hijos, un fraterno saludo en Cristo Jesús Nuestro Señor que nos ha encomendado la maravillosa tarea de arrojar en su nombre la semilla del Evangelio y de la fe en este sembradío marabino. Todos deseamos que la semilla que arrojamos caiga en el mejor terreno y produzca fruto abundante (Mt 13,8).
Me dirijo a todos ustedes con gran alegría, al inicio de este nuevo año pastoral, para animarles a asumir con entusiasmo la tarea pastoral que nos ha sido encomendada. El Señor ha pasado en diferentes horas de nuestra vida para invitarnos a trabajar en su viña (Cf Mt 20,1-16). Quiere contar con nosotros, sus discípulos misioneros para llevar con él vida en abundancia a nuestro pueblo (Cf Jn 10,10). Con tal fin ha derramado sobre nosotros su Espíritu y nos enriquecido con toda clase de dones y carismas para el fiel cumplimiento de nuestro servicio en el puesto que nos corresponde dentro de su cuerpo místico (Cf Rm 12, 3-8; LG 4 y 12). Al empuñar la hoz acordémonos que no somos dueños de la cosecha sino simples obreros cooperadores del “dueño de la mies” (Cf Mt 9,37), que “no cuenta ni el que planta ni el que riega: Dios que hace crecer es el que cuenta” (1 Co 3,7).
Por supuesto que la primacía de la acción divina no nos exime de la responsabilidad de llevar a cabo lo mejor posible nuestra misión porque no somos unos robots teleguiados sino servidores que, como María, hemos aceptado libre y conscientemente colaborar en la realización de los designios divinos (Cf Lc 1,26-38). Cuando el Señor antes de ascender a la derecha del Padre envió a sus apóstoles y les ordenó: “Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos y bautícenlos para consagrarlos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo” (Mt 28,218-20) nos envió también a nosotros. La carrera que hemos emprendido, “con los ojos fijos en Jesús, iniciador y consumador de nuestra fe” (He 12, 2), tiene un punto de partida, una meta, un itinerario y unas etapas que estamos aprendiendo a recorrer juntos como familia arquidiocesana mediante el proyecto arquidiocesano de renovación pastoral y de evangelización (PARP/E).
No es fácil aprender a navegar unidos en una sola barca, remando con entusiasmo todos juntos en una misma dirección. Por eso El Espíritu Santo ha hablado a nuestra Iglesia a través del Concilio Plenario de Venezuela y de Aparecida para recordarnos que esto solo es posible a través de un largo y progresivo proceso de conversión pastoral. Esta conversión está expresada en los criterios operativos que inspiran nuestro proyecto:
o Ir dejando atrás la pastoral de eventos para entrar en una pastoral de proceso de crecimiento, lenta, progresiva y global.
o Convocar a todos los bautizados, de forma sistemática, constantey organizada.
o Partir de los signos de la presencia de Dios para ofrecer al pueblo lo que pueda acoger, lo que está a la medida de su crecimiento.
o En la acción pastoral partir de los pobres: de los que no tienen, no saben, no practican, no responden, no vienen.
o No destruir nada de lo que existe sino orientarlo todo hacia lo que se quiere lograr, hacia la meta.
o Distribuir el mayor número de responsabilidades al mayor número de personas. Es mejor que muchos hagan poco que pocos lo hagan todo.
o Avanzar con la mirada puesta en el futuro deseado, la meta ansiada, la promesa por acontecer.
Para Aparecida esta conversión pastoral trae aparejada una renovación misionera de nuestras comunidades y debe impregnar “todas las estructuras eclesiales, y todos los planes pastorales de diócesis, parroquias, comunidades religiosas, movimientos y de cualquier institución de Iglesia. Ninguna comunidad (y yo añadiría ningún agente pastoral) debe excusarse de entrar decididamente, con todas sus fuerzas, en los procesos constantes de renovación misionera y de abandonar las estructuras caducas que ya no favorecen la trasmisión de la fe” (DA 365). Este es también el enorme desafío que asume la Misión Continental y se planteará la próxima Asamblea Sinodal cuyo Documento de trabajo y consulta estamos estudiando (Cf Lineamenta) para enviar nuestros aportes.
Es con este espíritu y con estas actitudes que les invito a organizar la labor pastoral del mes de octubre. Es un mes muy hermoso que rebosa de celebraciones: día del Catequista, mes de la Biblia, mes de las Misiones, mes del Rosario y varias fiestas patronales. Tal multiplicidad de eventos en un solo mes puede confundirnos, inducirnos a la superficialidad, la dispersión o a la concentración en uno o dos de ellos dejando fuera los demás.
Yo les invito más bien a organizar todas estas celebraciones de forma evangelizadora, articulada y procesual. En estos últimos años el Espíritu Santo, presente y actuante en medio de nuestra Iglesia, ha venido en nuestra ayuda y nos ha hecho descubrir y tomar conciencia de que, la Palabra de Dios (VD 73), el Año litúrgico, es decir la Pascua de Cristo (VD 52), la misión (VD 94) y la Virgen María (DA 266-272) son dimensiones fundamentales, ejes animadores que deben estar presentes en toda pastoral eclesial. Nuestro proyecto nos enseña a realizar este tipo de tejido pastoral para que todo quede bien enhebrado.
Mis queridos hijos, hermanos y colaboradores, la luz de estas consideraciones les invito a asumir con sus respectivos equipos pastorales las siguientes líneas de trabajo:
1) Impulsar decididamente la pastoral catequética y asumir los cuatro desafíos del Documento de catequesis del Concilio Plenario con sus correspondientes orientaciones pastorales (Cf CAT 109-132), es decir:
o Dar prioridad a la catequesis como proceso de iniciación y maduración en la fe de la comunidad cristiana, ante todo de los adultos.
o Implementar en nuestras parroquias y rectorías los itinerarios catequísticos de iniciación cristiana
o Formar los catequistas requeridos para esta catequesis renovada
o Promover y animar los itinerarios catequísticos contando con la asesoría y apoyo formativo del Secretariado arquidiocesano de catequesis hasta que quede implantado en toda la arquidiócesis.
2) Para que este cometido pueda alcanzarse es menester que obispos, presbíteros, diáconos permanentes, personas consagradas y catequistas nos capacitemos para poder animar y coordinar los itinerarios catequísticos como proceso de iniciación cristiana de adultos, de niños, de adolescentes y jóvenes
3) Hacer el lanzamiento del mes misionero con el envío de los catequistas y otros grupos misioneros, el 1 de octubre, día de Santa Teresita del Niño Jesús, patrona de las misiones, en el nivel arquidiocesano y el domingo 2 en el nivel parroquial. En el Bendicional encontrarán los formularios propuestos.
4) En ambas eucaristías haremos la entronización solemne de la Sagrada Escritura y la colecta para sostener el trabajo del Secretariado Arquidiocesano de Catequesis. En la reunión del clero de octubre abordaremos como tema bíblico la presentación de la tesis doctoral del Pbro. Carlos Javier Villasmil, fundamentada en la carta de San Pablo a los Efesios..
5) Como guía de formación de nuestros agentes pastorales en este mes se estudiará la exhortación postsinodal “Verbum Domini (VD)” de Benedicto XVI. El Secretariado Arquidiocesano de Catequesis ha elaborado una excelente presentación en power point y ofrecerá talleres de formación en el Colegio Claret de 8:00 a.m. a 12:00 m. sobre el documento postsinodal, los sábados 8, 15, 22 y 29 de octubre, dirigidos y animados por el P. José Manuel Iparraguirre, claretiano, doctor en Pastoral catequética y asesor de nuestro secretariado.
6) Incentivar en este mes en el que celebramos las fiestas de Ntra. Sra. del Rosario y del Pilar el rezo del rosario en familia y el rosario misionero utilizando los NN. 90 a 108 y 121 a 124 de la Exhortación postsinodal “Verbum Domini” del Santo Padre Benedicto XVI
7) Aprovechar las fiestas de Santa Teresita del Niño Jesús, San Francisco de Asís, San Antonio Ma. Claret y los Apóstoles SS. Simón y Judas Tadeo para colocar todas nuestras actividades de animación y formación misionera en el horizonte del Congreso Americano Misionero CAM 4 COMLA 9, magno evento eclesial que nos corresponde ir preparando con empeño y entusiasmo crecientes.
8) Cerrar el mes con la celebración del Domund con su correspondiente colecta en la que nuestra Arquidiócesis suele participar con creciente generosidad. Este domingo cobrará un relieve particular porque será también el marco del lanzamiento oficial del Congreso Americano Misionero CAM 4 COMLA 9, que se llevará a cabo Dios mediante del 26 de noviembre al 1 de diciembre del 2013.
9) Para darle mayor fortaleza y empuje a nuestro Proyecto de Renovación pastoral con una mayor presencia de los presbíteros he decidido que todos los delegados zonales o sus suplentes se integren al Equipo arquidiocesano de renovación pastoral (EAAP). En las reuniones de zona decidirán quién de los dos será el integrante estable.
Que el Padre Celestial nos dé a todos la gracia de implantar con ánimo, entusiasmo y perseverancia los itinerarios catequísticos de iniciación cristiana. Que Jesús de la Divina Misericordia esté presente en todas nuestras actividades pastorales. “Acoge su misericordia y construyamos fraternidad”.
María de Coromoto, madre de todos los venezolanos, anunciadora del primer kerigma entre los cospes, enséñanos a convivir como hermanos, a revalorizar nuestro bautismo y a caminar unidos hacia el cielo bajo tu guía maternal. Amen
Imploro, conjuntamente con mi obispo auxiliar, la bendición divina sobre todos ustedes.
Maracaibo 11 de septiembre de 2011, solemnidad de Ntra. Sra. de Coromoto patrona de Venezuela
+ Mons. Ubaldo Ramón Santana Sequera
Arzobispo metropolitano de Maracaibo

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