martes, 20 de septiembre de 2011

“¡Que la Palabra de Dios habite en ustedes con toda su riqueza! “ (Col. 3,16)

A TODOS LOS JOVENES
DE LA DIOCESIS DE SAN CRISTOBAL
1. Al terminar el Concilio Vaticano II, los padres conciliares dirigieron un mensaje a la Humanidad. Dentro de ese Mensaje Final del Concilio, hubo un apartado especial a los jóvenes, en el cual manifestaban la importancia de la juventud para la Iglesia. Aún hoy, son palabras con una total vigencia y una llamada al compromiso evangelizador de la juventud. “Porque son ustedes los que van a recibir la antorcha de manos de sus mayores y a vivir en el mundo en el momento de las más gigantescas transformaciones de su historia. Son ustedes los que, recogiendo lo mejor del ejemplo y de las enseñanzas de sus padres y de sus maestros, van a formar la sociedad de mañana; se salvarán o perecerán con ella”.
Luego de 50 años de aquel evento conciliar, la Iglesia sigue poniendo su mirada y su confianza en los jóvenes. Prueba de ello ha sido la reciente JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD, realizada en Madrid en agosto de este año 2011. Este acontecimiento, así como los diversos actos evangelizadores realizados en nuestra Diócesis, la escuela discipular y los encuentros juveniles con el Obispo, así como la creación y fortalecimiento de los grupos juveniles en las diversas comunidades parroquiales son una clara demostración de la preocupación de nuestra Iglesia por todos ustedes.
Ustedes, con sus alegrías y esperanzas, así como con sus problemas y dificultades, son el centro de las atenciones de nuestra Iglesia. Por eso, queremos reafirmar, en sintonía con el Documento de Puebla, que en la Iglesia local de San Cristóbal hemos hecho la opción preferencial por los jóvenes y adolescentes. Hacemos nuestras las palabras del Mensaje final del Concilio: “La Iglesia los mira a ustedes con confianza y amor. Rica en un largo pasado, siempre vivo en ella, y marchando hacia la perfección humana en el tiempo y hacia los objetivos últimos de la historia y de la vida, es la verdadera juventud del mundo. Posee lo que hace la fuerza y el encanto de la juventud: la facultad de alegrarse con lo que comienza, de darse sin recompensa, de renovarse y de partir de nuevo para nuevas conquistas. Mírenla y verán en ella el rostro de Cristo, el héroe verdadero, humilde y sabio, el Profeta de la verdad y del amor, el compañero y amigo de los jóvenes. Precisamente en nombre de Cristo les saludamos, les exhortamos y les bendecimos”.
Por eso, quiero animarlos a todos a sentirse Iglesia y desde ese sentido de pertenencia continuar la tarea de evangelizar, en especial a los otros jóvenes. Bien saben que contamos con ustedes para seguir proclamando el Evangelio y consiguiendo que muchos jóvenes se decidan a hacerse verdaderos discípulos de Jesús. No duden de amar a la Iglesia, Madre y Maestra. Ello requiere conocerla, servirla y, sobre todo, hacerla presente en todas partes mediante el testimonio personal de cada uno de ustedes.
2. La reciente JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD, en la que participó un nutrido grupo de tachirenses acompañados por algunos sacerdotes de nuestro presbiterio, les ha invitado a tener como centro de sus vidas a Cristo. El lema, tomado de la carta a los Colosenses (2,7) así lo subraya: Enraizados en Cristo”. Para ello, es necesario que sigamos conociendo al Maestro, con su Palabra de vida eterna. Así nos lo señala el Papa Benedicto XVI: Hay palabras que solamente sirven para entretener, y pasan como el viento; otras instruyen la mente en algunos aspectos; las de Jesús, en cambio, han de llegar al corazón, arraigar en él y fraguar toda la vida” (Discurso en la Plaza de Cibeles 18 agosto 2011).
En la medida que se va conociendo a Cristo, crece el entusiasmo por Él, así como el deseo de ser fieles a la misión evangelizadora para la cual nos convoca: “Aprovechen… para conocer mejor a Cristo y cerciorarse de que, enraizados en Él, su entusiasmo y alegría, sus deseos de ir a más, de llegar a lo más alto, hasta Dios, tienen siempre futuro cierto, porque la vida en plenitud ya se ha aposentado dentro del ser de cada uno de ustedes” (Ib.). Ese conocimiento de Cristo debe ser vital, de modo que se traduzca luego en acciones concretas. Pero, ante todo debe conducirles al encuentro vivo con el Señor Jesús. Este encuentro, alimentado con la Palabra, la Eucaristía y los sacramentos, así como con la oración y la caridad actuante, hará posible descubrir la clave para una existencia juvenil cristiana: Entonces “descubrirán que la roca que sostiene todo el edificio y sobre la que se asienta toda su existencia es la persona misma de Cristo, su amigo, hermano y Señor, el Hijo de Dios hecho hombre, que da consistencia a todo el universo.” (Ib.)
Con esta conciencia adquirida en el encuentro con Cristo, seguirán dando el paso que les caracteriza en nuestra Iglesia local de San Cristóbal: actuar en el nombre del Señor. ¡Qué bueno es poder contar con ustedes para poder evangelizar a otros jóvenes y adultos, para edificar el reino de justicia y de paz! Por eso, los aliento a no desfallecer. Hoy, la Iglesia en el Táchira cuenta con ustedes de un modo muy particular. Son esa nota de esperanza que necesitamos para alimentar nuestra misión a favor de todos. En los liceos, en las universidades, en los diversos capos donde trabajan… en todas partes, a tiempo y a destiempo” (2 Tim 4,2), no duden en ser testigos del amor de Dios y heraldos de la Palabra de salvación.
Es importante que no se olviden de ser solidarios con los que más sufren y los más pequeños de la sociedad. Así nos lo indicó Benedicto XVI en la JMJ de Madrid: “Queridos jóvenes, que el amor de Cristo por nosotros aumenten su alegría y les aliente a estar cerca de los menos favorecidos. Ustedes, que son muy sensibles a la idea de compartir la vida con los demás, no pasen de largo ante el sufrimiento humano, donde Dios les espera para que entreguen lo mejor de ustedes mismos, su capacidad de amar y de compadecer” (Durante el Via Crucis 19 agosto 2011.).
En nuestra Diócesis, con la ayuda del Secretariado de pastoral juvenil, estamos empeñados en brindar una adecuada formación integral para que sean de verdad discípulos y misioneros del Señor. Las diversas experiencias de campos misión, retiros, escuela discipular y social y otras tantas iniciativas hacen que ustedes puedan de verdad profundizar en el conocimiento de la Verdad que nos hace libres (Cf. Jn 8,32). Así, con jóvenes formados y animados por la luz del Espíritu, podemos garantizar un futuro para nuestra Iglesia y hacer sentir en el presente la fuerza de una esperanza que hace crecer a todos. Les invito a permanecer “firmes en la fe” pues también a ustedes les incumbe la extraordinaria tarea de ser discípulos y misioneros de Cristo… donde hay multitud de jóvenes que aspiran a cosas más grandes, y vislumbrando en sus corazones la posibilidad de valores más auténticos, no se dejan seducir por las falsa promesas de un estilo de vida sin Dios” (Misa del 21 de agosto de 2011, en Cuatro Vientos).
Quiero expresarles el aprecio de los sacerdotes y de los adultos hacia ustedes, rubricado por mi cariño y acompañamiento de pastor. Unidos en el Señor, con la bendición de María, podremos seguir haciendo de esta Iglesia de San Cristóbal la grey que tiene a Jesús como único y Buen Pastor. No desfallezcan y miren siempre hacia delante, teniendo en cuenta de que sólo quien pone las manos en el arado y no se deja seducir por lo que ha dejado atrás podrá alcanzar el Reino de Dios (cf. Lc 9,62). Tenemos una certeza que nos alienta: Cristo es el camino, la verdad y la vida”. Esa certeza nos impulsa de tal manera a ser testigos suyos que muchos se entusiasmen por seguir a Cristo (Cf. Hech 2,47).
Para dar gracias a Dios por la reciente JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD y las diversas acciones evangelizadoras realizadas durante el mes de agosto en varias parroquias de nuestra Diócesis, los convoco a celebrar la Eucaristía el próximo 23 de octubre, a las 11.00 am. En la Basílica-Santuario de Nuestra Señora de la Consolación (Táriba). Los espero.
Los saludo con el afecto de pastor y con la alegría de saber que podemos contar con todos ustedes para hacer brillar en el Táchira el esplendor de la verdad y del evangelio de Cristo el Señor. Para culminar, hago mías las palabras de Benedicto XVI en la misa del 21 de agosto en Cuatro Vientos: “Que todos en la Iglesia, pastores y fieles, nos acerquemos cada día más al Señor, para que crezcamos en santidad de vida y demos así un testimonio eficaz de que Jesucristo es verdaderamente el Hijo de Dios, el Salvador de todos los hombres y la fuente viva de su esperanza. Amén”

Con mi cariñosa bendición,
+Mario del Valle
Obispo de San Cristóbal
San Cristóbal, 18 de septiembre del año 2011

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