El Color Azul del fondo del escudo Arzobispal simboliza a la Santísima Virgen María.
El Sol en la parte superior, alude a Jesucristo Sol de Justicia para todos los pueblos. Recuerda, también, la ciudad natal de S.E.R. Mons. Edgar Peña Parra: “Maracaibo, tierra del Sol amada”.
El Oro es el metal más noble, y símbolo de la primera Virtud: la Fe. Por esta razón, tanto el sol como la banda son en oro: porque sólo con la Fe es posible percibir la luz y la sabiduría que vienen de Cristo.
Las Peñas o Montes, además de estar relacionadas con el apellido del Arzobispo, quieren también evocar el Salmo 17, en el cual el Salmista, refiriéndose a Dios lo invoca llamándole: “Peña mía, refugio mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte”. El simbolismo se convierte, así, en confesión de fe y de confianza en el poder misericordioso y salvador del Señor que ha llamado a Monseñor Peña Parra a seguirlo como sucesor de los apóstoles.
El Agua, esbozada en la parte inferior del Escudo, evoca el amplio sentido bíblico de este elemento que es, en particular, como lo presenta el Evangelio de Juan, categoría sumamente significativa del encuentro y del proceso de “estar” siempre con la persona viva de Cristo, “fuente de agua viva”.
El moto Episcopal “Fiat voluntas tua” (Hágase tu voluntad), tomado de la oración del Padre Nuestro, es también un memorial del Sí de la Virgen María al proyecto de Dios sobre ella. La frase bíblica pone de manifiesto que el programa de vida de todo cristiano, pero particular y especialmente de quienes han recibido la plenitud del Sacerdocio, no puede ser otro que seguir fielmente la Voluntad de Dios en sus vidas, cooperando con denuedo y sin reservas a que ella se cumpla siempre y en todas partes.
Autor: Su Excelencia el Card. Andrea Lanza Cordero di Montezemolo, es experto en heráldica y fue creador del nuevo escudo papal, de S.S. Benedicto XVI
El Sol en la parte superior, alude a Jesucristo Sol de Justicia para todos los pueblos. Recuerda, también, la ciudad natal de S.E.R. Mons. Edgar Peña Parra: “Maracaibo, tierra del Sol amada”.
El Oro es el metal más noble, y símbolo de la primera Virtud: la Fe. Por esta razón, tanto el sol como la banda son en oro: porque sólo con la Fe es posible percibir la luz y la sabiduría que vienen de Cristo.
Las Peñas o Montes, además de estar relacionadas con el apellido del Arzobispo, quieren también evocar el Salmo 17, en el cual el Salmista, refiriéndose a Dios lo invoca llamándole: “Peña mía, refugio mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte”. El simbolismo se convierte, así, en confesión de fe y de confianza en el poder misericordioso y salvador del Señor que ha llamado a Monseñor Peña Parra a seguirlo como sucesor de los apóstoles.
El Agua, esbozada en la parte inferior del Escudo, evoca el amplio sentido bíblico de este elemento que es, en particular, como lo presenta el Evangelio de Juan, categoría sumamente significativa del encuentro y del proceso de “estar” siempre con la persona viva de Cristo, “fuente de agua viva”.
El moto Episcopal “Fiat voluntas tua” (Hágase tu voluntad), tomado de la oración del Padre Nuestro, es también un memorial del Sí de la Virgen María al proyecto de Dios sobre ella. La frase bíblica pone de manifiesto que el programa de vida de todo cristiano, pero particular y especialmente de quienes han recibido la plenitud del Sacerdocio, no puede ser otro que seguir fielmente la Voluntad de Dios en sus vidas, cooperando con denuedo y sin reservas a que ella se cumpla siempre y en todas partes.
Autor: Su Excelencia el Card. Andrea Lanza Cordero di Montezemolo, es experto en heráldica y fue creador del nuevo escudo papal, de S.S. Benedicto XVI
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