martes, 16 de diciembre de 2014

SIGNIFICADO DE LA PARROQUIA UNIVERSITARIA EN LA VIDA INSTITUCIONAL DE LUZ




Dr. Emilio Fereira
Profesor Emérito de LUZ

Homenaje al Pbro. Dr. José Gregorio Villalobos quien,
por razones de salud, se ausenta de nuestra Casa de Estudios
Nacida a la sombra del Convento de San Francisco de Maracaibo, La Universidad del Zulia se consagra a la enseñanza, investigación y servicio de: los estudiantes, libremente reunidos con sus profesores, animados todos por el amor del saber de la comunidad regional y nacional y empeñados en cumplir nuestro lema: “Post Nubila Phoebus”; hacer brillar la luz en las tinieblas de la ignorancia y la oscuridad de una región y un país en crisis, sobre todo moral, económica y social.
La Parroquia Universitaria tiene su más profunda identidad en un diálogo que, orientado por la fe, realiza con la Cultura en respuesta al llamado del Señor Jesús de anunciar la Buena Nueva a toda la humanidad. La mayoría de quienes nos movemos en LUZ entiende que la tarea fundamental de la parroquia universitaria es la de «unificar existencialmente en el trabajo intelectual dos órdenes de realidades, que muy a menudo se tiende a oponer como si fuesen antitéticas: la búsqueda de la verdad y la certeza de conocer la fuente de la verdad»”.[1]
La Universidad constituye un lugar privilegiado de cristianización y un reto esencial al proponer el horizonte de salvación del Maestro de Nazaret. “La Universidad y, de modo más amplio, la cultura universitaria constituyen una realidad de importancia decisiva. En su ámbito se juegan cuestiones vitales, profundas transformaciones culturales, de consecuencias desconcertantes, suscitan nuevos desafíos. La Iglesia no puede dejar de considerarlos en su misión de anunciar el Evangelio”.[2] La parroquia universitaria cumple una actividad pastoral y administrativa, cuya utilidad no sólo responde a los tiempos que vivimos sino que hunde sus raíces en la vida y misión del Pueblo de Dios.
Por ello, ser párroco en la universidad implica tener conciencia de la labor de llevar a cabo un ministerio en la iglesia y por lo tanto es un don de Dios que se asocia a una tarea. La responsabilidad, eficacia y corrección requerida para llevar a cabo esta tarea, redundará en frutos de gracia y santidad en la comunidad universitaria.
La Parroquia Universitaria representa uno de los desafíos contemporáneos que los Obispos de América Latina en el documento de la Conferencia de Aparecida, resaltaron con suma importancia: “Es necesaria una pastoral universitaria que acompañe la vida y el caminar de todos los miembros de la comunidad universitaria, promoviendo un encuentro personal y comprometido con Jesucristo, y múltiples iniciativas solidarias y misioneras. También debe procurarse una presencia cercana y dialogante con miembros de otras universidades públicas y centros de estudio”.[3]
Por ello, los obispos y laicos reunidos en Aparecida (Brasil) invitan a ubicar la Pastoral Universitaria en el centro mismo de los procesos universitarios y a situarse en el corazón del proyecto educativo universitario. Se insiste en que la Pastoral universitaria no sea un sobreañadido de los procesos académicos, sino que busque una cultura evangelizada a través de la inculturación del Evangelio inspirada en el mensaje de Jesucristo, a través de las variables propias de la Universidad.
Más aún, el sacerdote que se encargue de la parroquia ha de responder a las expectativas ce la comunidad universitaria. No puede ser dogmático, de mentalidad cerrada, moralista a la ultranza, fanático religioso, poseído de sí mismo, que en vez de favorecer el diálogo abierto con los distintos sectores pensantes de la universidad, lo entorpezca.
En LUZ, sacerdotes como  Rafael Balbín,  Jesús Gutiérrez, Andrés Bravo y José Gregorio Villalobos, han venido promoviendo una búsqueda constante para responder al llamado a hacer presencia evangelizadora en el mundo universitario y esa profundización ha llevado a determinar algunas características que le han dado a la Parroquia su identidad, con matices y acentos diversos según carismas, personas y momentos:
1.           Desarrollar una pastoral de Diálogo. Por la misma comprensión y concepción de la Universidad, el párroco de LUZ ha de ser profundamente dialogante con las búsquedas de verdad que acontece al interior de la Universidad, conducido por la Antropología cristiana, la Filosofía y la Teología como ciencias fundamentales para un coloquio constructor y respetuoso, donde se construya y debata el saber con los argumentos y las personas idóneas para ello, capacitadas para suscitar encuentro, convergencia y propuestas en un mundo expectante, crítico y en proceso de búsqueda, como es nuestra institución.
2.           Propiciar una pastoral con las Inteligencias. En la universidad peregrinan intelectuales, investigadores, hombres y mujeres de ciencia que buscan, desde diversos ángulos, la Verdad. A través de su pastoral el párroco ha de situarse, también, en búsquedas y respuestas. Su acción pastoral supone lenguajes y formas que respondan a las variables y lógicas de quienes, con rigor y profundidad, interactúan en la academia. Ha de ser un sacerdote capaz de entrar en un razonamiento respetuoso e idóneo con las sensibilidades de la ciencia.
3.           Facilitar una pastoral de acompañamiento que confirme una razón de fe y proponga una fe “razonada”. Como todos los seres humanos, quien transita por la universidad tiene interrogantes existenciales profundos y no son pocos los que buscan respuesta en su fe; sin embargo, por las dinámicas propias de la universidad y sus epistemologías, esta fe puede ser vulnerable ante los embates de la ciencia positivista. Le compete a la al párroco acompañar y apoyar a los universitarios que buscan y quieren vivir su opción cristiana.
4.           Favorecer una pastoral de la creatividad. La universidad moderna se define en crecimiento y evolución constante. El mundo de la ciencia le da un status de modernidad asombrosa donde los avances de la tecnología encuentran en ella su punto de partida y de llegada. Por ello el párroco de la universidad no puede estar ajeno a esta realidad y debe ser profundamente dinámico y creativo para responder, desde las lógicas del Evangelio, en los lenguajes y formas de la Universidad.[4]
5.           Auspiciar una pastoral del servicio. El párroco ha de ser en la Universidad un servidor y acompañante. El servicio es una carta de presentación del Evangelio encarnado. Se trata de anunciar desde el servicio y proponer el Evangelio desde el testimonio de hombres, mujeres y programas que expresen el compromiso de una Iglesia que sabe de los anhelos, sufrimientos, esperanzas, miedos y tristezas del hombre actual.
Una Comunidad universitaria preocupada debe ser consciente de esta dimensión de la parroquia y sensible al modo en que ella puede influir sobre todas sus actividades, al ofrecer que ofrece a sus miembros de la ocasión de coordinar, el estudio académico y las actividades para-académicas, con principios religiosos y morales, integrando vida y fe al concretizar la misión parroquial; formando parte constituyente de su actividad y de su estructura.
Como natural expresión de su identidad, en un país y una región profundamente cristiano, la Comunidad universitaria debe ser guiada por el párroco a encarnar la fe, en sus actividades diarias, con momentos significativos para la reflexión y la oración que la parroquia le ofrece; así como brindarle oportunidades para asimilar en su vida la doctrina y las práctica de fe. Por ello, el Párroco ha de acoger presencia de personas pertenecientes a diferentes Iglesias, comunidades eclesiales o religiones, respetando sus respectivas iniciativas de reflexión y oración en la salvaguardia de su credo.
Como en la parroquia de LUZ, desde sus inicios, ha venido ocurriendo, el párroco y sus colaboradores han de invitar a los profesores y estudiantes a ser más conscientes de su responsabilidad hacia aquellos que sufren física y espiritualmente, especialmente de los más pobres y de los que sufren a causa de las injusticias en el campo económico, social, cultural y religioso; responsabilidad ha de ejercitarse, en primer lugar, en el interior de la comunidad académica, pero también encuentra aplicación fuera de ella.
En LUZ la labor pastoral del párroco  es hoy una actividad indispensable; gracias a ella los estudiantes, en cumplimiento de sus compromisos bautismales, pueden prepararse a participar activamente en la vida de la Iglesia. Esta labor ha venido contribuyendo a desarrollar y alimentar una auténtica estima del matrimonio cristiano y de la vida familiar, promover vocaciones para el sacerdocio y la vida religiosa, estimular el compromiso cristiano e impregnar todo tipo de actividad con el espíritu del Evangelio. El deseo de la Iglesia es un acuerdo entre la universidad y las Instituciones que actúan en el ámbito de la arquidiócesis en búsqueda de un beneficio común. En efecto, las Asociaciones o Movimientos de vida espiritual y apostólica, son una grande ayuda para desarrollar aspectos claves de la vida universitaria. De ahí lo delicado de escoger un párroco para LUZ.



[1] Cfr. Juan Pablo II (1990).Constitución Apostólica  Del Sumo Pontífice Sobre Las Universidades Católicas http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/apost_constitutions/documents/hf_jp-ii_apc_15081990_ex-corde-ecclesiae_sp.html. 15/12/2014.
[3] V Conferencia General del CELAM (2007). Documento Conclusivo de Aparecida. http://www.vidanueva.es/2013/04/01/documento-de-aparecida-v-conferencia-general-del-celam-2007/#sthash.OCpr8XfN.dpuf  15/12/2014.
[4]Carlos Iván Martínez Urrea, La Pastoral Universitaria en la Iglesia Católica, Identidad y Características.  www.javeriana.edu.co/.../2.../70bc3186-cfe9-4fbc-b7e0-9ba6dcff59d6 15/12/2014

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