miércoles, 2 de marzo de 2011

CLAUSURA DEL PROCESO DIOCESANO DE BEATIFICACIÓN DE LA SIERVA DE DIOS MARÍA GERALDA GUERRERO DE PIÑERO

Mons. Mario Moronta
Obispo de San Cristobal
En Seboruco el día 1-marzo-2011

Nos narra el evangelio (cf. Lc 21, 4) que un día, estando Jesús en el templo, pasó una mujer viuda pobre y echó en la alcancía del templo unas pocas monedas; se trataba de mucho por lo que a sus condiciones económicas le permitían. El Maestro se fijó en ella e inmediatamente dio una lección a todos los que le estaban cercanos: mientras los que mucho poseían solían dar algo, particularmente poco y de lo que les sobraba, esa mujer dio de lo único que tenía. Es decir, dio mucho más que otros, sencillamente porque no ofreció nada que le sobrara, sino algo que ciertamente necesitaba. La enseñanza es clara: a Dios hay que darle de lo que uno tiene; y no de aquello que pueda ser superfluo.
Este ejemplo tomado del evangelio nos puede servir de referencia directa para enmarcar el acto que estamos realizando en esta mañana del 1 de marzo de este año de gracia del 2011. Estamos clausurando el proceso en su fase diocesana que ha estudiado la vida, virtudes y fama de santidad de la Sierva de Dios MARIA GERALDA GUERRERO DE PIÑERO, popularmente conocida como MEDARDA PIÑERO. Ha sido un trabajo serio y constante que se inició en septiembre del año 2008 y llegó a su feliz conclusión en febrero de este año. Hoy estamos en la sesión de clausura, en la que el tribunal, de acuerdo a la normativa de la Iglesia, consigna las actas al Obispo Diocesano, para que éste, a su vez, las haga llegar a la Congregación para la Causa de los Santos. Estas, con la ayuda del Excmo. Sr. Nuncio Apostólico, llegarán a su digno destino a fin de que comience la fase más importante, que permita profundizar y estudiar las actas enviadas y pueda pronunciarse al respecto.
El que el tribunal diocesano haya culminado esta fase no significa que hemos de cruzarnos de brazos. Ahora, esperaremos las indicaciones del Postulador oficial de la Causa que designará la Congregación. Para ello, hemos propuesto al sacerdote tachirense, Pbro. Dr. ROBERTH ALEXANDER HERNANDEZ GOMEZ. Pero sí podemos y debemos comenzar una tarea de difusión de la biografía de la Sierva de Dios y de la oración por la que le podemos pedir algún favor o gracia a la Santísima Trinidad por intermedio de ella, y en la cual, además pedimos por su pronta beatificación. Lo que no podemos ni debemos hacer es rendirle culto público, de acuerdo a lo que nos enseña la Iglesia. En este sentido, en cada celebración eucarística, por ejemplo, durante la oración de los fieles, podemos incluir una petición a Dios por la pronta beatificación de nuestra Sierva de Dios. De igual manera cuando recemos el rosario, o estemos haciendo una hora santa, no dejemos de incluir esa petición a la Santísima Trinidad.
En la parroquia San Pedro de seboruco se abrirá un libro especial para recibir los testimonios de posibles favores realizados por intercesión de la Sierva de Dios. Aquellos que puedan servir como testimonio de hechos prodigiosos realizados por su intercesión deberán ser presentados a la Curia Diocesana, para que el Obispo diocesano las pueda enviar al Postulador o al Vice-postulador de la causa.
Debemos unir esfuerzos para dar a conocer la vida, virtudes y testimonio de vida cristiana de MEDARDA PIÑERO. Lo hemos de hacer con pleno sentido evangelizador. El Venerable –y pronto Beato- Juan Pablo II, al invitarnos a preparar y comenzar la Nueva Evangelización en el tercer milenio, nos pidió que de manera especial realizáramos la “Pastoral de la santidad”. El punto de partida de esta acción de la Iglesia se enraíza en lo que nos enseña el Concilio Vaticano II en su Constitución LUMEN GENTIUM: todos los bautizados han recibido la llamada universal a la santidad. Con esto se cumple lo que nos pide la Palabra de Dios: “Sean ustedes santos como Dios es santo”… “Sean ustedes perfectos como el Padre celestial es perfecto”. Al difundir la vida y ejemplo de MEDARDA PIÑERO lo podemos hacer con una doble intencionalidad: primero para que muchos puedan conocer a esa mujer sencilla que supo vivir su vocación a la santidad desde la entrega generosa a los demás; y segundo, para que nos animemos continuamente a ser santos. Esa es nuestra vocación, ése es el desafío que tenemos entre manos.
MEDARDA PIÑERO nos ha enseñado muchas cosas en su vida ejemplar. Quisiera destacar algunas de ellas, de las que nos podemos valer, al presentar su biografía a los demás, como elementos evangelizadores. Un primer elemento es destacar que se trata de una laica. Casada, que dedicó parte de su vida, antes del matrimonio a cuidar a su padre enfermo y luego a otros tantos enfermos y necesitados de ayuda. Una laica de nuestro pueblo tachirense, nacida en estas montañas andinas que cantan las maravillas del Señor. Una laica que, si bien fue analfabeta, no tuvo timidez para hacer la caridad.
Este es un segundo elemento importante que hay que destacar: su entrega llena de amor a los más pobres y necesitados. No en vano se le ha calificado como la CARIDAD HECHA MUJER. No titubeó para nada a fin de hacer sentir la fuerza del amor de Dios en ella y desde ella a los enfermitos que cuidaba con tanta dedicación. Su casa se convirtió en el único hospital, si pudiéramos definirlo así del pueblo de Seboruco y de toda la comarca. Supo ir a pedir limosna, como lo hacían los famosos mendicantes de siglos atrás.
Junto a este elemento de la caridad, vivida en forma heroica, es necesario destacar su opción por los más pobres. Lo hizo no con lo que le sobraba, sino con la actitud de aquella Viuda del Evangelio de la que hacíamos mención al inicio de estas palabras. Pobre que hizo la opción preferencial por los pobres; pobres que supo compartir lo poco-mucho que tenía. Poco, ya que no tenía bienes de fortuna; mucho porque se trataba de su gran riqueza, el amor de Dios y su propia vida.
Por otra parte, en un mundo que ataca tanto a la vida y publicita los antivalores de muerte, entre ellos el aborto, nos encontramos con una defensora de la vida. No era ilustrada, según el decir de la gente; pero fue aprendiendo a ayudar a los demás. Entre sus tareas nos encontramos con su oficio de “partera”. Fueron muchos los niños a quienes ayudó a nacer; ninguno de ellos murió. Antes bien, siempre se preocupaba por su bienestar, que incluía el pronto bautismo de los recién nacidos.
La clave de su vida la encontramos en su devoción, con fe sencilla, alimentada por la oración y la eucaristía, en la persona de Jesús. Su devoción era hacia el Niño Jesús. Era su gran socio en sus actividades y era su fiel compañero en todo momento. Fue Él, ciertamente quien le inspiró a ser lo que fue. Esto nos asegura que para poder ser santo, la primera cosa que se necesita es precisamente estar en comunión con el Señor y actuar en su nombre. El ejemplo de Medarda Piñero es claro: todo lo hizo por Aquel que le dio la vida nueva de hija de Dios. Ahora le pedimos al Señor que nos la coloque como modelo de vida en los altares y que a través de ella se manifieste la Trinidad Santa.
Debo agradecer a todos por el trabajo realizado hasta ahora. Es un agradecimiento que nos permite e impulsa a dar gloria a Dios. A El todo honor por siempre. Agradecemos a cada uno de los que han hecho posible este camino hasta ahora. A los testigos que se hicieron presentes para dar su testimonio ante el tribunal. A los notarios, que han hecho una labor encomiable; al Promotor de Justicia y al Juez delegado, por su perseverancia y seriedad en la tarea encomendada. Gracias a ustedes, al Vice-postulador y al postulador, por todo. De igual manera a los párrocos de Seboruco que se involucraron más directamente; a los miembros de la comisión diocesana designada para promover la causa; así como a todos los feligreses y a las diversas autoridades por su colaboración. Un recuerdo especial de gratitud hacia alguien que, desde el mismo momento de su muerte, promovió la vida ejemplar de nuestra Sierva de Dios y que, estoy seguro está unido a nosotros en esta acción de gracias al Todopoderoso, me refiero al querido Padre OSWALDO GARCIA.
El Táchira es una tierra donde han brillado ejemplos de vida cristiana. En estos momentos tenemos cuatro procesos: uno primero de una hermana carmelita venezolana, cuya causa está en Roma, MARIA ISRAEL BOGOTA BAQUERO. El Primer Obispo de San Cristóbal, Siervo de Dios TOMAS ANTONIO SANMIGUEL y la Madre LUCIA DE LA SANTA FAZ, Carmelita Descalza. Hoy es un día grande porque concluimos el proceso de una tachirense, la primera tachirense que esperamos llegue a la gloria de los altares. Al culminar el acto de hoy, estoy seguro que podremos decir, preparándonos para la siguiente fase en la que esperamos que pronto pueda Medarda Piñero ser reconocida oficialmente como modelo de santidad y así recibir culto público: EL SEÑOR HA ESTADO GRANDE CON NOSOTROS Y ESTAMOS ALEGRES.

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