GOBIERNO
SUPERIOR ECLESIASTICO
Queridos
hermanos:
Las elecciones
del 7 de Octubre próximo son ocasión propicia para la reflexión serena y
confiada. Nuestra condición de creyente tiene sus exigencias. La primera, orar.
No se trata de repetir oraciones, sino de ponernos ante la presencia de Dios que
nos interpela: ¿Qué has hecho de tu hermano? Es decir, cómo hacemos realidad
aquello que decimos creer: el mandamiento del amor a Dios y al Prójimo. Sin
respeto y consideración del otro, cualquiera sea su condición no hay
posibilidad de construir la fraternidad. Por eso, el Episcopado Venezolano
insiste en la necesidad de la reconciliación y del diálogo. Evitemos todo odio
y violencia, todo deseo y acción que conduzca al daño físico, espiritual,
o a la muerte.
La oración debe
llevarnos al encuentro cordial con el otro. El exclusivismo, de cualquier clase
que sea, no es cristiano. El 7 de octubre es la fiesta de Nuestra Señora del
Rosario, devoción que ha marcado la lucha por la paz y la ayuda mutua.
Incorporémonos, pues, a todo gesto que nos haga ser constructores de paz y de
bien.
Pero, tenemos
también una obligación ciudadana. Votar es una manera positiva de participar y
decidir el futuro del país. Hay que hacerlo conscientemente, pensando primero
en el bien de todos antes que en el bien personal. No son mis intereses ni mis
beneficios los que deben marcar las preferencias, sino el bien social,
colectivo; el que permita que la libertad se amplíe, la opinión y l disensión
sea un derecho, la verdad brille sobre cualquier manipulación o mentira; la
creatividad serena sea nuestro mejor aporte a una sociedad en la que quepamos
todos, teniendo como norte los más pobres y desasistidos. Nos jugamos la
posibilidad de hacer realidad los valores de libertad, igualdad y fraternidad,
propios de una democracia auténtica.
Con coraje y
decisión, con respeto y solidaridad, con reconciliación y paz, participemos
activamente en la jornada electoral del 7 de octubre. Y que nos acompañe la
protección de María Santísima y la bendición abundante del Señor Jesús.
+ Baltazar Enrique Porras Cardozo
Arzobispo Metropolitano de Mérida
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