lunes, 15 de noviembre de 2010

LA DESESPERANZA APRENDIDA

Por el Lic.
Omer José Leal Montero
Filósofo

En los tiempos actuales de cambio constante y gran turbulencia política, es responsabilidad del líder asegurar que su gente desarrolle la capacidad para perseverar en sus luchas, mediante el manejo adecuado de la ambigüedad del entorno circundante y las abundantes situaciones de frustraciones que a diario hay que enfrentar.
Podemos, tomado de la pirámide de necesidades de Maslow, comparar la vida con una ruta de accenso hacia lo más alto de una montaña y definir tres actitudes para tres tipos de personas que intentan su escalamiento: el que se rinde, el que acampa y el que asciende.

• El que se rinde renuncia a la mera posibilidad de subir la montaña, se priva de todo lo que la vida tiene que ofrecer. Hace solo lo estrictamente indispensable para sobrevivir, reducido a satisfacer sus necesidades elementales.

• El que acampa comienza su ascenso, pero se detiene a mitad de camino, se refugia en su carpa protegido de los avatares de la vida. Tuvo intenciones iniciales de ascender, pero ante las dificultades prefirió la comodidad del campamento. Juega sobre seguro, muestra algunas iniciativas y hace algún esfuerzo en la vida, pero por encima de todo se asegura de conservar lo que tiene.

• El que asciende dedica su vida al ascenso, no se detiene ante la adversidad y no permite que los obstáculos del camino detengan su marcha. Asume retos, es automotivado y trabaja para lograr lo máximo posible durante el lapso de su existencia. Hace que las cosas sucedan, no se sienta a esperar que ocurran por sí solas. Está familiarizado con la adversidad, porque durante su existencia ha tenido que enfrentarla muchas veces, y, por lo tanto, la concibe como parte de su vida.
A pesar del profundo deterior sufrido por el país durante los últimos once años, y de la cuasianarquia reinante en los primeros siete meses de 2010, aún se encuentran apatía e indiferencia en importantes sectores de la población. Desde un tendido de sombra, muchos presencian este tenebroso panorama sin atinar aún a reaccionar ante la inminencia de la sociedad totalitaria que se promete a corto plazo.
Desgraciadamente, todavía una buena parte de la sociedad está constituida por personas que acampan, que se apoyan unos a otros protegiéndose de los vientos de la adversidad, metidos en sus tiendas de campaña como si la cosa no fuera con ellos, como si fuera posible colarse éntrelas grietas y pensar que el problema es de otros, sin querer darse cuenta de que ya tienen el problema en las puertas de sus casas o negocios, que el futuro esta fuertemente comprometido. También hay muchos que se han rendido, conformandose con recibir las envilecedoras migajas que les garantiza el régimen por su fidelidad, a cambio de no trabajar.
La desesperanza aprendida inculcada desde arriba, para hacer creer que resulta imposible influir en los eventos y generar de este modo un resultado diferente al totalitarismo que se pretende imponer, producen el drenaje de la esperanza y la capacidad de lucha, disminuyen la productividad, el desempeño, la motivación, la energía, el aprendizaje, la creatividad, la salud, la vitalidad y la capacidad de persistencia. “La desesperanza aprendida”, hace que las personas dejen de escalar para dedicarse a acampar, con el agravante de que si este sentimiento se generaliza sugnificaría el fin de Venezuela como nación viable a corto plazo. Los acampan serían irremediablemente arrasados por el régimen, para convertirlos en gente que se rinde, como sucede en Cuba desde hacecincuenta años: allí nadie posee ni aspira a poseer.
Sin embargo todavía vemos luz en el tunel, asi vemos como van apareciendo nuevos liderazgos que luchan tercamente contra esa desesperanza aprendida, que diseminan con pasión las cinco características del coeficiente de adversidad: 1)capacidad para crecer frente a la adversidad, 2)habilidad para sobreponerse y tener éxito a pesar de las dificultades, 3) habilidad para ascender, 4) herramientas para perseverar en tiempos retadores, y 5) habilidad para convertir obstáculos en oportunidades.
Permitiremos en nuestro comportamiento acampar o buscaremos la forma positiva de ascender a un Pais deseado, no perfecto pero si lleno de democracia y oportunidades, o solo nos rendiremos para sobrevivir satisfaciendo nuestra necesidades?
Nuestra visión social moderna debera ser democrática, libre, plural e incluyente, sin odios ni resentimientos, sino con la misión de ayudar a reconstruir el país donde habremos de vivir y trabajar todos en paz.

Mérida, 14 de noviembre 2010

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