MENSAJE DE AÑO NUEVO
A TODOS LOS SACERDOTES
Y MIEMBROS DEL PUEBLO DE DIOS
Luego de haber celebrado con alegría la fiesta de la Navidad, nos disponemos a recibir un año nuevo. Es una hermosa oportunidad para hacer una revisión de vida por lo que hemos realizado a lo largo del año 2010: así podremos dar gracias a Dios por los beneficios recibidos, reconocer nuestras faltas por lo que no hicimos bien o por lo que dejamos de hacer, y también evaluar la marcha de nuestro trabajo evangelizador.
Durante el año 2010 hemos podido continuar la MISION DIOCESANA, con la que estamos desarrollando la MISION CONTINENTAL en nuestra Iglesia local. Hemos celebrado los 400 años de la venerada imagen del Santo Cristo de La Grita, que nos permitió reafirmar nuestra fe en el Señor Redentor de la humanidad. Hemos ido consolidando el Proyecto Diocesano de Pastoral y así se han venido fortaleciendo numerosas Comunidades Eclesiales de Base. En las últimas semanas de este año sentimos la fuerza de la naturaleza: no pocos hermanos nuestros acá en el Táchira y en Venezuela fueron golpeados por las lluvias y otros fenómenos naturales. Ello nos permitió reafirmar el sentido de solidaridad existente entre nosotros y hacerles llegar nuestra fraterna demostración de caridad.
El nuevo año 2011 se nos presenta con nuevos retos y compromisos. Hemos aprobado el Plan Trienal de la Diócesis en la Asamblea Diocesana de Pastoral de octubre pasado. Entre los programas del mismo hay dos que son urgentes: los aportes para la renovación moral de nuestra sociedad y la defensa y consolidación de la institución familiar en nuestra región. Comenzar a poner en práctica este Plan Trienal nos permitirá reafirmar lo que concluimos en el II Sínodo: queremos que nuestra Iglesia local de San Cristóbal se renueve en “espíritu y verdad”. A la vez, que se haga presente con lo que le es propio: el anuncio de la Palabra liberadora a todo hermano, en todas las comunidades e instituciones.
Sabemos que el nuevo año se avizora con dificultades de diverso tipo en el campo político, social y económico. Nuestra actitud debe ser la de un compromiso en comunión con todos, promoviendo el encuentro y el diálogo, sin importar la diversidad de opiniones. Con nuestras acciones pastorales, con el testimonio decidido y valiente de cada uno y con la fuerza del Espíritu nos corresponde edificar la solidaridad, la paz, la concordia, la reconciliación y la fraternidad: es nuestra colaboración a la edificación del reino de Dios y nuestra contribución al auténtico desarrollo de nuestra sociedad.
No olvidemos a los más pobres y necesitados, en especial a los que han sido golpeados por las inclemencias de la naturaleza. Es importante que sigamos mostrando que en el Táchira los creyentes somos solidarios, capaces de vencer toda mezquindad y egoísmo, para hacer brillar el amor y la luz del Dios de la vida.
Que el año 2011 sea un tiempo de gracia y de paz, en el que manifestemos con nuestras acciones enriquecidas por la oración, la Palabra y los sacramentos que somos “hijos de la luz” y que hacemos presentes al Dios de la Vida y del Amor en todo momento y lugar.
Imploro la bendición del Señor para todos y la maternal protección de María del Táchira, Nuestra señor de la Consolación.
San Cristóbal, 1 de enero del año 2011.
+Mario Moronta R., Obispo de San Cristóbal.
A TODOS LOS SACERDOTES
Y MIEMBROS DEL PUEBLO DE DIOS
Luego de haber celebrado con alegría la fiesta de la Navidad, nos disponemos a recibir un año nuevo. Es una hermosa oportunidad para hacer una revisión de vida por lo que hemos realizado a lo largo del año 2010: así podremos dar gracias a Dios por los beneficios recibidos, reconocer nuestras faltas por lo que no hicimos bien o por lo que dejamos de hacer, y también evaluar la marcha de nuestro trabajo evangelizador.
Durante el año 2010 hemos podido continuar la MISION DIOCESANA, con la que estamos desarrollando la MISION CONTINENTAL en nuestra Iglesia local. Hemos celebrado los 400 años de la venerada imagen del Santo Cristo de La Grita, que nos permitió reafirmar nuestra fe en el Señor Redentor de la humanidad. Hemos ido consolidando el Proyecto Diocesano de Pastoral y así se han venido fortaleciendo numerosas Comunidades Eclesiales de Base. En las últimas semanas de este año sentimos la fuerza de la naturaleza: no pocos hermanos nuestros acá en el Táchira y en Venezuela fueron golpeados por las lluvias y otros fenómenos naturales. Ello nos permitió reafirmar el sentido de solidaridad existente entre nosotros y hacerles llegar nuestra fraterna demostración de caridad.
El nuevo año 2011 se nos presenta con nuevos retos y compromisos. Hemos aprobado el Plan Trienal de la Diócesis en la Asamblea Diocesana de Pastoral de octubre pasado. Entre los programas del mismo hay dos que son urgentes: los aportes para la renovación moral de nuestra sociedad y la defensa y consolidación de la institución familiar en nuestra región. Comenzar a poner en práctica este Plan Trienal nos permitirá reafirmar lo que concluimos en el II Sínodo: queremos que nuestra Iglesia local de San Cristóbal se renueve en “espíritu y verdad”. A la vez, que se haga presente con lo que le es propio: el anuncio de la Palabra liberadora a todo hermano, en todas las comunidades e instituciones.
Sabemos que el nuevo año se avizora con dificultades de diverso tipo en el campo político, social y económico. Nuestra actitud debe ser la de un compromiso en comunión con todos, promoviendo el encuentro y el diálogo, sin importar la diversidad de opiniones. Con nuestras acciones pastorales, con el testimonio decidido y valiente de cada uno y con la fuerza del Espíritu nos corresponde edificar la solidaridad, la paz, la concordia, la reconciliación y la fraternidad: es nuestra colaboración a la edificación del reino de Dios y nuestra contribución al auténtico desarrollo de nuestra sociedad.
No olvidemos a los más pobres y necesitados, en especial a los que han sido golpeados por las inclemencias de la naturaleza. Es importante que sigamos mostrando que en el Táchira los creyentes somos solidarios, capaces de vencer toda mezquindad y egoísmo, para hacer brillar el amor y la luz del Dios de la vida.
Que el año 2011 sea un tiempo de gracia y de paz, en el que manifestemos con nuestras acciones enriquecidas por la oración, la Palabra y los sacramentos que somos “hijos de la luz” y que hacemos presentes al Dios de la Vida y del Amor en todo momento y lugar.
Imploro la bendición del Señor para todos y la maternal protección de María del Táchira, Nuestra señor de la Consolación.
San Cristóbal, 1 de enero del año 2011.
+Mario Moronta R., Obispo de San Cristóbal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario